Fabián Acosta Rico, UNIVA
Hay que comprenderlo y entenderlo con la claridad y crudeza que el caso demandan: nuestros hijos, sobrinos, nietos… peligran en el ciber-espacio y hay que tomar medidas para protegerlos; hay muchos “lobos” con piel de “oveja” que manejan perfiles falsos con toda la mala intención de estafar o incluso extorsionar a los más desprevenidos. Los más inocentes suelen ser sus víctimas más recurrentes como ocurre con el fenómeno de Grooming.

Este fenómeno consiste en un tipo de delito cibernético perpetrado por adultos que se hacen pasar por menores de edad a través de las redes sociales o juegos en online; con argucias y empatía se ganan la confianza de los menores a tal grado que logran que estos les faciliten fotografías comprometedoras, muchas explícitamente sexuales, con las que logran doblegar su voluntad y manipularlos.
ETAPAS DEL ENGAÑO
Este ciber-delito está muy en auge en todo el mundo y Latinoamérica no podía ser la excepción. Ha sido estudiado logrando identificarse tres etapas que, con algunas variaciones, siguen los depredadores de internet.
La primera es el enganche o atrapamiento. En esta etapa el victimario intentará crear lazos de amistad y empatía con el niño, niña o adolescente fingiendo ser alguien más y falseando su edad; lo común es que entable conversaciones desenfadas en las que comparte gustos y aficiones con sus presas.
En la segunda etapa bautizada como fidelización: durante ella el acechador buscará intimidar con su víctima con la intención de que ésta le confíe la mayor cantidad de información de la más irrelevante hasta la más personal o incluso comprometedora; como si de amigos cercano se tratara intercambian secretos, confidencias, promesas…
La siguiente etapa es la seducción: en ella el acechador, tal y como su nombre lo anticipa, se dará a la tarea de seducir y de sexualizar a su víctima subiendo el tono de sus conversaciones; éste es el momento del descaro y de la proximidad con la que buscará crear en el niño, niña o adolescente una cierta dependencia emocional.
La etapa final es propiamente la del acoso sexual: durante ésta el acechador o depredador agredirá sexualmente a su víctima de múltiples formas como el demandarle imágenes o videos íntimos; llegando al extremo de proponer o exigir un encuentro personal. Si las víctimas no acceden, el acechador se dará a la tarea de doblegarlas recurriendo al chantaje, la extorsión, las amenazas o la coacción.
CONSECUENTAR O FRENAR
¿A quién culpar porque nuestros menores de edad no puedan navegar de forma segura por las redes sociales, las aplicaciones o los juegos online? En muy buena medida es culpa de la cultura sexual y de la sociedad que prefiere consecuentar dicha cultura antes que ponerle freno o en el mejor de los casos reorientarla. Imprudentemente hemos permitido el temprano despertar sexual de nuestros niños como lo propone la novela distópica de Aldux Huxley Un mundo feliz.
La temprana erotización de nuestros adolescentes ha sido sangre fresca en el tanque de los “tiburones” o depredadores sexuales muchos de los cuales han sabido sacarle provecho a las nuevas tecnologías para sus bajas y abyectas intenciones.
Ésta sobre erotizada cultura ha acelerado el ingreso de los adolescentes a la actividad sexual haciéndolos vulnerables al acecho de los depredadores de ambos sexos y de todas las orientaciones sexuales. Las estadísticas son claras y contundentes en el 2021 se computó que uno de cada cuatro internautas en México tenía entre seis y 17 años, según cifras de la Asociación de Internet MX. Respecto a la responsabilidad el 47% de los padres no usa o ignora acerca del sistema de control parental; y el 23% no impone límites en el tiempo en el que los menores usan los dispositivos electrónicos.
Negarles el ingreso al mundo digital no es la solución y resulta además difícil lo conveniente es ponerle límites, reglas y tenerlos bajo la supervisión adulta en provecho de su seguridad.
Compartimos también a nuestros lectores la Línea Te Protejo, que es un esfuerzo parte de la red mundial de líneas de reporte INHOPE (International Association of Internet Hotlines) para realizar reportes de material de abuso y explotación sexual infantil de menores de 18 años en entornos digitales.