El verdadero reconocimiento de nuestros pecados implica necesariamente el confiar en Dios, que nos ama aun cuando, eventualmente, nosotros nos hayamos apartado del buen camino… • El Reino de Dios inicia el día en que se anuncia que Dios es Padre misericordioso –misericordia hecha cercana en la persona de Jesús– quien, por cierto, exige lo mismo a sus seguidores.
"En la Iglesia tenemos urgente necesidad de una comunicación que inflame los corazones, sea bálsamo en las heridas e ilumine el camino de nuestros hermanos y hermanas"