Cuando se mata a una mujer, se hiere a muchas más. Otras vidas también se alteran y nunca vuelven a ser las mismas. Solo Dios es capaz de sanar los corazones y las almas de quienes son víctimas colaterales de los feminicidios.
Sonia Gabriela Ceja Ramírez
Andrea perdió a su hermana hace casi 5 años, víctima de un feminicidio. El dolor, el vacío, la desolación y la impotencia aun no sanan.
Parecía un juego de infantes, cuando su hermana a quien llamaremos Nidia conoció a su primer y único novio, era apenas una niña. A los 12 años se hicieron novios y a los 16 decidieron vivir juntos. Sus padres no se opusieron, pues la joven no tenía una relación cercana con ellos, quienes lidiaban con sus propios problemas y separación de pareja.
DEL PRÍNCIPE AL VERDUGO
Al principio todo era felicidad, parecían una pareja bien integrada que
se amaba. Él la trataba bien. Procrearon dos niñas que actualmente
tienen 10 y 12 años, y que también son víctimas de toda esta situación.
La familia no sabe exactamente cuándo comenzó la violencia, pues
aunque procuraban a Nidia, ella no les platicaba al respecto y aseguraba
que estaba bien.
Un día todo cambió. A Nidia y su familia parecía que se los hubiera
tragado la tierra, iban a buscarlos y no los encontraban. Su hermana
señala en entrevista: “Decían que se habían ido a vivir a otro lado o que
andaban en la playa, pero por casi 3 años no supimos de ella. La buscábamos y nunca la encontramos.
“Después de 3 años, nos enteramos de que seguía viviendo donde mismo y llevamos una patrulla. Solamente así la pudimos frecuentar”.
“Mi hermana nos contaba que su pareja había cambiado mucho, que ya no la dejaba salir, que le prohibía todo contacto, que la dejaba en su cuarto encerrada”.
“Cuando recobramos la comunicación, ella se empezó a abrir con nosotros y nos contaba que él la golpeaba, que la insultaba, la amenazaba”.

AUNQUE NO ESTABA AHÍ, SEGUÍA ATRAPADA
Ante esta situación, su familia la apoyó y Nidia se fue a vivir a casa de una de sus hermanas; sin embargo, bajo amenazas de quitarle a sus hijas para siempre, su pareja la llevó nuevamente por la fuerza a vivir con él; así fueron los últimos 3 años de su vida.
El fatal día, Andrea y su familia recibieron un mensaje en el que les comunicaban que Nidia y su pareja habían sufrido un accidente, se habían volteado en una camioneta y ambos habían fallecido. Al llegar a la escena, Nidia, efectivamente, estaba dentro de una camioneta, la habían dejado ahí muerta.
Era mentira que él había muerto, fue una forma de que no lo inculparan.
“Inmediatamente supimos que había sido él. Nos preguntaron que por qué lo acusábamos y dijimos que ella no tenía amigos, amigas, no salía para nada, con el único que tenía contacto era con él y nosotros sabíamos que él la golpeaba. Parecía su sombra, no se le despegaba”.
La pareja de Nidia se dio a la fuga y se llevó a las niñas, las cuales pudieron ser recuperadas dos años después de la muerte de su mamá, y fueron
entregadas a su abuela materna.
La recomendación de Andrea, para las mujeres que están viviendo
alguna violencia dentro de su hogar, es que alcen la voz: “No tengan miedo, la justicia sí llega”.
“A las familias, las invito a que no las dejen solas, a que las apoyen, a que les den esperanza, no las dejen creer que las cosas serán siempre igual”.
LAS QUE SE QUEDAN
Las niñas de Nidia sufren la ausencia de su madre y la familia lucha para
que su recuerdo permanezca vivo. “Yo trato de darles ese amor, pero
siento que es un vacío que nunca van a llenar.
“No hablan de su papá, siempre hablan de ella, recuerdan los momentos que pasaban juntas”.
Las niñas se han integrado a la familia de Andrea, quien tiene a su
esposo y sus propios hijos. “Al principio eran muy tímidas, les daba vergüenza, sentían que no estaban en su casa; sin embargo, poco a poco se
han ido integrando.
“Yo busco protegerlas porque son lo único que ella dejó. Yo siempre voy a ver por ellas hasta donde me alcance la vida. Mi esposo y yo las
motivamos a que estudien hasta que tengan una carrera y puedan abrirse
camino por sí mismas”.
Aunque Andrea y su familia no acostumbraban ir a la Iglesia, últimamente se han acercado, pues Andrea siente que debe inculcarles buenos valores: “Solo Dios llena el corazón. Dios da paz. Nosotros nos alejamos, pero yo creo que Dios es el único que sana el corazón”.
El feminicida de Nidia se encuentra en prisión, y fue sentenciado a 48
años y ocho meses por su asesinato.

Pandemia incrementaron los feminicidios
El inicio de 2022 fue fatídico para las mujeres en Jalisco, pues tan solo en los primeros 9 días del año se presentó un feminicidio por día.

Al 9 de febrero, iban 17 mujeres muertas por razones de género, así lo informó Claudia Angélica Rangel Martínez, psicóloga y directora de Cuepalliztli A.C., servicios especializados en atención psicójurídica y
psicoforense a víctimas de violencia de género y abuso sexual infantil.
“Aunque las cifras indican que los feminicidios en Jalisco son menos en relación a años anteriores, esto no quiere decir que el impacto de los feminicidios esté disminuyendo. Estos se están presentando con mayor frecuencia, es decir, si antes se presentaban nueve feminicidios en 4 meses, en este 2022 iniciamos el año con un feminicidio por día.
“Esto podría ser todavía resultado de la problemática y el estrés que venimos arrastrando a causa del confinamiento por la pandemia.
“La pandemia marca un antes y un después. Antes, muchas casas eran
consideradas solo dormitorios. La gente se iba a trabajar y no tenía espacios
de convivencia cotidiana
“Con la pandemia, muchos dejaron de ser madres y padres de fines de semana y regresaron a hacerse cargo de los hijos, que hasta antes de la pandemia eran atendidos por terceras personas como los maestros, los abuelos, etcétera.
“Esto generó tensión también en las relaciones de pareja, por lo que, cuando comenzaron a abrirse los juzgados, empezaron a incrementarse las solicitudes de divorcio, así como las denuncias en el Centro de Justicia para
las Mujeres, pues se desató una ola de violencia, incluso de las mujeres hacia los hombres; hay que recordar que sí existe el maltrato de las mujeres hacia los hombres.
Muchas veces a esos hombres no se les quiere recibir la denuncia, aunque la incidencia sigue siendo mayor, puesto que de cada 10 agresiones en la pareja, 8 son de hombres contra mujeres”.
“Muchas muertes dolosas fueron tipificadas como homicidios para bajar las estadísticas de feminicidios, y ahí fue donde las activistas alzamos la voz. En comparación entre el 2019, 2020 y 2021, los feminicidios se incrementaron en un 40 por ciento”, asegura Claudia Angélica Rangel Martínez.
EL CONFINAMIENTO DESPERTÓ LOS MONSTRUOS
La tensión en el hogar provocó que la violencia se incrementara. “Hubo
hombres que pudieron planear con detenimiento cómo atentar en contra de la mujer, puesto que al estar cerrados los juzgados y al no poder salir, quienes tenían problemas de pareja y sabían que no iban a ser atendidos
para tramitar un divorcio, tomaron la decisión radical, algunos hombres, de terminar con la vida de sus parejas.
“Hubo un incremento tremendo en el número de feminicidios, pero también en el abuso sexual infantil. Los niños y las niñas fueron también muy vulnerados”.

NO DEBEMOS RENDIRNOS
“La violencia no es mediable bajo ninguna circunstancia, nos hemos dado
cuenta de casos en donde los encargados de los módulos de mediación
están presionando a las víctimas para que acepten los acuerdos reparatorios del daño, sin considerar su voluntad para continuar conforme a derecho la denuncia”. Es importante considerar que toda mujer que vaya y denuncie al Centro de Justicia para las Mujeres, deberá sostener su voluntad y permanencia para que llegue hasta la determinación del Juzgador e imponga la sanción correspondiente en la magnitud que el
daño haya sido perpetrado.
“Las víctimas tienen derecho a recibir información jurídica verídica,
sin confusión, sin presión, sin hostigamiento institucional por querer resolver burocráticamente la denuncia, exponiendo así a que se omitan gravemente sus derechos humanos. Si las mujeres que sufren violencia, van y denuncian, lleven a término sus procesos, insistan y exijan sus derechos.
Evitemos más muertes, cuidarnos y auto-defendernos también es parte de
seguir vivas, que dejemos de pensar que el tiempo es la forma de impedir
seguir, la madre del tiempo es la paciencia y las mujeres somos pacientes por naturaleza, así que no debe haber pretexto para no continuar sus
denuncias”, enfatiza Claudia Angélica Rangel Martínez.

No se conocen sentencias a los feminicidas

La impunidad propicia que se sigan cometiendo crímenes de género. ¿Cómo reconocer la violencia? Cuando nuestro autoconcepto y nuestra autoestima van a la baja, es momento de poner límites.
“Parte fundamental para que se sigan perpetrando feminicidios es la impunidad. No tenemos conocimiento de sentencias ejecutadas para que los feminicidas estén en la cárcel. No hay discursos por parte del Estado que nos señalen qué tantos feminicidas fueron consignados. Esto hace, en el imaginario colectivo, una representación de la impunidad. Te mato
porque no dicen que estamos en la cárcel”, explica Claudia Angélica Rangel.
“En un primer momento, la investigación del delito le corresponde a la
Fiscalía, pero la impartición de justicia y las sentencias le corresponden al
Consejo de la Judicatura.
“De nada nos sirve que la Fiscalía esté haciendo su chamba a través del
Centro de Justicia para las Mujeres, en donde están deteniendo a los feminicidas, a los abusadores sexuales y a los que atentan contra mujeres, niños, niñas y adolescentes, integran sus carpetas de investigación, si cuando pasan al Consejo de la Judicatura, a través del sistema de oralidad, hablando de lo penal, se les deje libres por falta de juzgar con perspectiva de género, e incluso juezas y jueces argumentan que faltan
elementos, lo que lleva a la falta de pertinencia para calificar el delito”.
QUEREMOS RESULTADOS
“Como ciudadanía, necesitamos escuchar que el Estado sí protege a las víctimas y cumple garantías de nuestros derechos humanos con relación a que va a haber sanción, juicio y sentencia; una situación que nos va a dejar satisfechos, con una sensación de justicia y de paz.
No un discurso de reclamo, diciéndole a la sociedad, ‘tú tienes la culpa porque andabas por esa calle’.
“Jalisco, el 2 de enero tuvo una sentencia histórica en un caso de abuso
sexual infantil, donde decretaron 112 años de prisión con 8 meses a un abusador sexual, un hombre de 51 años que abusó de una niña de 9 años, pero los medios de comunicación no hicieron difusión de esta sentencia. A mí me parece que de este tipo de sentencias debe haber una difusión masiva, para que los agresores tengan en cuenta que sus actos son punibles y que los delitos tienen que ser castigados”.
TODAVÍA NOS FALTA
Hay avances en la atención a la ciudadanía, pero aún se puede mejorar.
“Necesitamos que atiendan a las mujeres víctimas con una pertinencia
de respeto, de credibilidad, de profesionalismo, de especialización y, sobre
todo, de perspectiva de género y protección a los derechos humanos.
“Hemos luchado mucho para que se dé una buena atención a la violencia en contra de las mujeres. Debemos generar, entre profesionales especializados, ciudadanía en general e Instituciones, los mecanismos más oportunos para que las mujeres tengan la certeza de que, al acudir a denunciar, serán plenamente atendidas y correspondidas
conforme a sus derechos”.



En Jalisco, de 2012 a septiembre de 2021, se han cometido 433 feminicidios, de los cuales solo se ha dictado un total de 54 sentencias condenatorias, lo cual hace evidente una tasa de impunidad del 90%.
Las mujeres en México y en Jalisco no somos importantes
Los recursos destinados a políticas públicas que nos apoyen disminuyen cada vez más. Las mujeres no podemos minimizar las señales de violencia, debemos buscar redes de apoyo y atrevernos a denunciar.

“Nos interesa que las mujeres vivamos sin miedo. Buscamos que las mujeres podamos disfrutar de todo este listado de derechos que existen y que, sin embargo, pareciera que siguen siendo premios de consolación para aquellas mujeres que se porten bien. En concreto, buscamos no tener miedo y tener las mismas oportunidades”, señala Sandra Quiñones, abogada, activista y coordinadora estatal del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (CLADEM).
“La mayoría de las mujeres en CLADEM somos abogadas. Nosotras utilizamos el derecho como herramienta de cambio. Acompañamos a mujeres en situación de violencia, escuchando a la víctima, asesorándola a nivel jurídico, emocional, psicológico y tanatológico; porque cuando
una mujer es víctima de violencia, toda su integridad se trastoca, necesita continencia y herramientas para reconstruirse.
“Somos una organización que acompaña a familias que han perdido a alguna de sus integrantes víctimas de feminicidio. Acompañamos a las familias en el proceso judicial, desde la integración de la carpeta –Sandra
actualmente trabaja en siete carpetas de investigación por feminicidio
en el municipio de Puerto Vallarta, donde radica–. Algunas de ellas se inician a partir de la desaparición de las mujeres, y una vez que se encuentran los cuerpos cambia la naturaleza de la carpeta.
Jalisco es el tercer Estado feminicida en el país. Fuera del Área Metropolitana de Guadalajara, Puerto Vallarta es el municipio
con más feminicidios.
Somos uno de los Estados con mayores indicadores de violencia familiar hacia las mujeres. La familia es donde nos agreden más”, indica Sandra Quiñones.
“Atendemos, también, casos de abusos sexuales y violaciones a menores, en el ámbito civil y en el ámbito penal. Puerto Vallarta tiene una alta incidencia en asuntos de abuso sexual infantil porque estamos considerados como un destino de turismo sexual a nivel internacional”.
LO QUE SE HA ALCANZADO Y LO QUE NO
“Todo lo que hemos logrado las mujeres en este país y en el mundo, en los
últimos 300 años, ha sido gracias a la lucha, tenacidad, insistencia, persistencia y terquedad de las mujeres en diferentes lugares. De esta manera, hemos obtenido el derecho al voto, al divorcio y a comprar una casa, pero hay muchos otros derechos que están pendientes, como en la política, donde los partidos siguen siendo de hombres y para hombres, y donde a las mujeres nos está costando muchísimo trabajo la inclusión como iguales.
“El Estado es una construcción masculina, por tanto, si queremos tener los
mismos derechos hay que replantear el Estado, no desde la concepción femenina, porque entonces caeríamos en lo mismo del patriarcado, sino construirlo desde la visión de los componentes de la sociedad: el hombre y la mujer; a partir de las necesidades de ambos, no solo de las del hombre”.
NO SE VIVE DE BUENAS INTENCIONES
“Aunque los gobernantes digan que hay voluntad política, realmente no existe. Es más un discurso ante ciertas coyunturas. Una serie de buenas intenciones que quedan ahí, porque los indicadores y la realidad están muy distantes del discurso que se ofrece.
“La Secretaría de Igualdad Sustantiva debería ser un brazo derecho del
gobernador y ser transversal en todas las áreas; sin embargo, está demasiado limitada, es más, cada año le recortan el presupuesto.