II DOMINGO
¿Qué pienso de que Jesús sea la fuerza que no necesita imponerse para triunfar?
Pbro. J. Jesús Suárez Arellano
¿QUÉ NOS DICE DIOS EN ESTE DOMINGO?
Isaías 49, 3, 5-6: Isaías anuncia que vendrá un siervo de Dios y será luz no sólo de Israel, sino de todas las naciones… La comunidad cristiana reconoció a Jesús como ese siervo…
Salmo 39: El Señor está dispuesto a escucharnos siempre… Por eso, esperanzados, le pedimos que nos enseñe a cumplir su voluntad… Y pregonamos su justicia…
1 Corintios 1, 1-3: San Pablo se presenta a sí mismo como apóstol, que colabora con otros, en la misión de llevar la gracia y la paz de Dios y de Jesucristo el Señor a todo su pueblo llamado a la santidad…
Juan 1, 29-34: Juan el Bautista da testimonio de que Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo… Preexistente… Portador del Espíritu… Hijo de Dios…
REFLEXIONEMOS JUNTOS:
Podemos comenzar nuestra reflexión con una pregunta: ¿Conocemos realmente quién es Jesús para nosotros? De la respuesta a esa pregunta se derivarán otras: ¿Quiénes somos nosotros como sus seguidores? ¿Qué es la Iglesia? ¿Cómo deben trabajar los testigos de Dios en el mundo y en la Iglesia? …y muchas más…
Según San Juan Evangelista, Juan el “Bautizador” es el primer testigo de Jesús, luego vinieron más: Pablo, Sóstenes y las primeras comunidades de creyentes… Ellos eran testigos de cómo Jesús, el “cordero pascual”, liberó y puede liberarnos del “pecado del mundo”, es decir, de la injusticia, la humillación y la esclavitud… Sabemos que hay una opresión que proviene de fuera, cuando alguien oprime a otra persona; pero hay otra opresión que surge de dentro, cuando yo permito que abusen de mí. Y Jesús nos libera de ambas… El “Cordero de Dios” puede irnos liberando día a día en la medida en que vayamos reflexionando sobre su vida, la vayamos valorando y modelando… ¿Ante el mal en el mundo y en mi vida me comporto como un manso cordero o como una fiera brava?
(Vale la pena recordar que en nuestros días no se promueve sino que, al contrario, se critica y se dificulta el que alguien invierta tiempo valioso en “pensar” o “meditar”… ¿Qué puedo hacer para dedicar un tiempo todos los días para pensar y reflexionar?).
Convertirse en un testigo no es fácil, el mismo “Bautizador” dice que él tuvo que hacer un proceso interior: Confiesa que no “conocía” a Jesús y que tuvo que ir discerniendo si era en Él que se cumplían las promesas que había recibido, luego vio y se convenció, por eso, finalmente, pudo dar testimonio… Se permitió adquirir progresivamente un conocimiento de la Palabra escrita y encarnada que lo fue moldeando, transformándolo interior y permanentemente, y encontrando un sentido a su vida y su misión… Si dedicamos tiempo para ir conociendo cada vez más a Jesús, nos iremos “completando” integralmente, creceremos, seremos más plenos y, también, comprenderemos cuál es nuestra misión y el sentido de nuestra vida… ¿Me esfuerzo por ir entendiendo, conociendo mejor y haciendo experiencia de vida de Jesús cada día?
Hoy faltan testigos en nuestro mundo… Hace falta que, a fuerza de reflexión y discernimiento, nos convirtamos en testigos creíbles que, como Pablo y Juan el “Bautizador”, hablemos con entusiasmo de cómo Él ha quitado, mansamente, todo aquello que nos oprimía en nuestras vidas y nos ha traído la gracia y la paz… Este proceso es lento y profundo, porque requiere que a partir del autoconocimiento y del conocimiento de Jesús percibamos que nos conviene pensar, sentir y actuar como Él, luego, que entendamos sus valores, sus mecanismos internos y sus actitudes que hemos de adoptar para poder ser como Él: para ser libres y fuertes sin dejarnos dominar por nada ni nadie y sin emplear la violencia… Cuando descubramos dentro de nosotros la fuerza que no necesita violencia para imponerse, entonces estaremos actuando desde el Espíritu liberador de Jesús-Cordero-de-Dios… ¿Me convence este camino? ¿En qué punto voy?
Ciertamente, en este itinerario encontraremos rechazo y dificultades… El mismo Jesús pasó por esto, pero Él, movido por amor, prefirió entregar su vida antes que imponerse por la fuerza sobre los demás… El Señor quiere manifestar su gloria a través de nuestro estilo de vivir, Él quiere sacar frutos buenos de nuestro corazón y repartirlos a los demás, Él desea que colaboremos a crear un mundo más libre de pecado-opresión… ¿Podré yo convertirme también en un “cordero de Dios que quita el pecado del mundo”?

(En esta semana estaremos en octavario de oración por la unidad de los cristianos. Respondamos a esta invitación superando nuestra pobre visión y nuestros miedos que nos llevan a encerrarnos en lo nuestro y a rechazar lo diferente… Pidamos el “conocimiento” de la unidad que Dios anhela y que podamos construirla.)
PARA QUE TE ENCUENTRES CON DIOS, TE PROPONEMOS LOS SIGUIENTES EJERCICIOS PARA LA SEMANA:
1. Siempre estamos dando testimonio… Bueno o malo… Si no damos testimonio de Jesús “el Cordero de Dios”, entonces damos testimonio de otras cosas…
Analiza tu comportamiento y tu comunicación verbal y no-verbal desde fuera de ti mismo… obsérvate como lo haría una persona neutral… ¿Esa persona puede ver en ti un profeta, un apóstol, un testigo de fuerza interior y mansedumbre que va transformando el mundo a su alrededor?
¿De qué te vas dando cuenta? ¿Qué quieres hacer al respecto?
2. “Traduce” la profecía de Isaías, narrada en la primera lectura, a primera persona y repítela lentamente varias veces: “Yo soy el siervo del Señor, en mí manifestará su gloria… Él me formó desde el vientre de mi madre como su siervo, para que hiciera volver y reuniera a su pueblo… Actúo y hablo con fuerza Dios, por eso, Él no quiere que me conforme con poco, Él me hace luz de las naciones, y quiere que haga llegar su salvación hasta el confín de la tierra.”
¿Qué descubres? ¿Sientes más claridad en tu misión como siervo, testigo, apóstol y cordero?
3. Esta semana, en tu oración, dile a Dios: “Gracias Señor por elegirme para ser tu siervo, apóstol y testigo, haz que te reconozca cada vez más y te dé a conocer a otros, no sólo con mis palabras, sino con mi ejemplo de ser una persona sanada y liberada por ti… Ayúdame a seguir superando mi cobardía y conformismo para contagiar a los que caminan a mi lado, a mis conocidos, amigos y familiares, del entusiasmo por quitar todas las opresiones del mundo…”.