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PASCUA DE RESURRECCIÓN

¿Procuro que mi vida se parezca a la de Jesús?

Pbro. J. Jesús Suárez Arellano

¿QUÉ NOS DICE DIOS EN ESTE DOMINGO DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR?

Hechos 10, 34a. 37-43: Pedro nos presenta un breve, profundo y sentido resumen de la vida, pasión y muerte de Jesús… Pedro se siente testigo y enviado a anunciar su mensaje y ratifica que Jesús nos alcanzará el perdón de los pecados…
Salmo 117: El salmista se alegra y da gracias al Señor por su bondad y su amor, por su poder y sus proezas, porque arregla todas las situaciones negativas y porque da vida…
Colosenses 3, 1-4: San Pablo nos recomienda que, ya que hemos resucitado con Cristo, orientemos nuestras vidas hacia las realidades celestiales…
Juan 20, 1-9: María Magdalena va antes del amanecer al sepulcro, ve que le han quitado la piedra que lo tapaba… Se lo comunica a Pedro y Juan que van al sepulcro y descubren signos de que Jesús ha resucitado triunfante de la muerte… Ellos comprenden las Escrituras y creen…

(En vez de este evangelio, también podría leerse Lucas 24, 1-12, que se leyó en la Vigilia Pascual, o, en las misas de la tarde, Lucas 24, 13-35)

REFLEXIONEMOS JUNTOS:

[Hoy iniciamos este periodo que comprende siete semanas, desde la Resurrección del Señor hasta la Fiesta de Pentecostés. Es un Tiempo que se debe caracterizar por la alegría y el gozo de resucitar junto con nuestro amigo Jesús.
Conviene que escribas unas metas para este Tiempo Pascual:

  1. ¿Qué haré para sentirme y manifestarme más “resucitado”?
  2. ¿Qué haré para ser una persona más alegre y menos “enganchada” en todo tipo de líos?]

Este es el domingo de Pascua, el día más importante para los cristianos, Jesús ha resucitado… Esta “noticia” nos impacta íntimamente y nos transforma… Nos transforma desde dentro; nos da fuerza para resurgir… Parte la historia (y nuestra vida) en dos…

En la primera lectura escuchamos a un Pedro muy diferente de aquel primario e irreflexivo que conocíamos en los evangelios… Este Pedro que nos habla hoy – iluminado por la pasión, muerte y resurrección de Jesús, después de haber reconocido sus limitaciones y llorado sus faltas y después de haber sido confirmado en el amor de Jesús y de haber recibido su misión – describe de una forma breve, afectuosa y profunda la vida y la misión de su amigo Jesús:

  1. El Espíritu lo ungió y lo llenó de poder,
  2. La misión de su vida consistió en pasar haciendo el bien, curando y liberando,
  3. Su entrega lo llevó hasta la muerte en cruz,
  4. Dios lo respaldó resucitándolo y se apareció a los testigos escogidos para enviarlos a anunciar su mensaje, y
  5. Dios lo transformó en Juez de todos y fuente de perdón para los que creen en él…

¿Podría yo hablar de Jesús con tanta claridad y “pasión” como lo hace Pedro? ¿Es así de clara para mí su misión y así de cercanos y “contagiosos” su presencia viva y su mensaje? ¿Qué experiencias de Jesús, de su misión y de su mensaje me faltará cultivar en mi vida?

Pedro se sintió interpelado profundamente por la forma de vivir y de morir Jesús, por el significado de su resurrección… Nos lo comparte de forma sencilla y conmovedora…

A lo largo del evangelio, revisemos algunos momentos de la vida de Pedro, descubramos cómo Jesús, su amigo-maestro, le va permitiendo ser y lo acompaña en un largo proceso de aprendizaje y cambio… notemos que tuvo que ser trasformado a través de la prueba… Asumió su fragilidad, sintió dolor por su falta, se purificó de su fanfarronería; renunció a su autosuficiencia y se hizo suficientemente humilde… Tuvo que tocar fondo y llorar amargamente… Sólo después pudo comprender y lanzarse a predicar a Jesús (y no a sí mismo)… Tuvo que morir a sí mismo para resucitar con y como Cristo… Sólo a través de la resolución de varias crisis de su vida, pudo llegar a ser el discípulo y el apóstol al que Jesucristo le encargó ser el jefe de los apóstoles y el guía de su iglesia… Y yo, ¿estaré ya dispuesto a “morir” a lo que me estorba para comprender a Jesús y su estilo de vivir (y de morir) y a entregarle mi vida para ser su testigo-apóstol?

Las actitudes y comportamientos de Jesús impactaron a Pedro (y otros seguidores) y se nos presentan hoy también como un camino para comprender y crecer en nuestra fe:

  1. Desde el bautismo estamos ungidos para identificarnos con Cristo y unidos a él hemos de reproducir su imagen,
  2. Como Jesús que hizo el bien, estamos llamados a sanar corazones lastimados, a luchar contra el mal, a atender a nuestros prójimos en sus necesidades concretas, etc. Por eso hemos de mantener una mirada atenta…
  3. Hemos de entregarnos a nuestra tarea, aunque sea duro, a pesar de las crisis que pasemos… Hemos de entrar en este misterio de la Cruz que, aunque dolorosa, nos purifica…
  4. Dios siempre responde a los esfuerzos que hacemos… Él nos hace crecer a través del dolor; no deja que se pierda nada de lo bueno que hacemos, sino que lo multiplica…
  5. Cuando Dios y nosotros trabajamos de forma conjunta surge una bendición para los que nos rodean… Si crecemos en la fe, se verán beneficiados nuestros prójimos… Dice San Pablo hoy que un día apareceremos “llenos de gloria junto a él”…

Este es un itinerario que nos lleva desde el dolor y la incredulidad hasta la fe y la caridad… Haciendo nuestro este camino podremos vivir como lo hizo Jesús y aceptaremos más libremente todos los procesos de nuestra vida que nos lleven a configurarnos con Cristo: mostraremos apertura para estar en constante desarrollo, tanto en los momentos de alegría, gozo y disfrute de la vida como en los de prueba y dolor… Jesús no rechazó el dolor para llegar a la resurrección, al contrario… Nosotros también hemos de vivir iluminados por la resurrección de Jesús… ¿Cómo vivo mi desarrollo espiritual entre las alegrías y el inevitable dolor? ¿Busco sólo el placer o soy capaz también de entrega y sacrificio? ¿Cómo el dolor me ayuda a llegar a una alegría más perfecta?

Hagamos vida este misterio de la Pascua, pongamos nuestro corazón en las realidades eternas y orientemos también, a través de nuestro servicio, a otros hacia el cielo…

TE PROPONEMOS LOS SIGUIENTES EJERCICIOS PARA QUE TE ENCUENTRES CON DIOS DURANTE LA SEMANA:

  1. San Pedro nos comparte hoy una hermosa comprensión de la vida y misión de Jesús y de la suya propia…
    Ahora, elige un recuerdo de alguna vez en que hiciste conciencia de un grave error que cometiste… Analízalo desde las siguientes preguntas:
    ¿Para qué me va a servir lo que he vivido?
    ¿Cómo puedo sacar provecho a los acontecimientos dolorosos y a los comportamientos imperfectos de mi vida pasada?
    ¿De qué manera puedo aprender más sobre Dios y sobre mí?
    ¿Cómo puedo seguir creciendo a través del reconocimiento de mis errores?
    ¿Qué espera mi amigo Jesús de mí?
    (Puedes platicar con Dios frente al Santísimo o ante un crucifijo) ¿Qué quiere Dios que yo aprenda a través de lo que he vivido?
  2. En tu oración de esta semana, platica con el Señor sobre los resultados que vayas obteniendo del ejercicio número 1.
    Pregúntale al Señor: ¿Cómo puedo ir transformándome cada día más en bendición, fuente de perdón y trascendencia para los demás?
    Haz una lista de las personas que se beneficiarán con tu conversión… Agradécelas al Señor…

@arquimedios_gdl

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1 comment

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Juan Emilio Lomeli Acosta abril 16, 2022 - 10:38 pm

Muxhas Gracias por acercarnos la Palabra de Dios, y guiarnos con reflexiones y ejercicios, Dios premie todo su trabajo!!!

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