Una sola frase condensa todo su mensaje: «Conviértanse, porque está cerca el Reino de Dios». A la gente bien dispuesta el Bautista les propone dos actitudes básicas: amor y justicia.
"En la Iglesia tenemos urgente necesidad de una comunicación que inflame los corazones, sea bálsamo en las heridas e ilumine el camino de nuestros hermanos y hermanas"