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Eclipse del padre

JOSÉ MANUEL ANCENO RIVAS

“La identidad del hombre actual se resquebraja, o por lo menos se cuartea. Son muchos los que se preguntan: ¿Qué significa ser hombre? ¿Qué es lo característico de la masculinidad? ¿La fuerza, la rudeza, la agresividad y la competencia? Hoy estos rasgos oscilan en lo políticamente incorrecto. Tampoco es posible acudir a la inteligencia o a la capacidad de gestión o a la autoridad, pues el siglo XX se encargó de dejar claro que estos valores no son una exclusiva masculina. Las mujeres tienen las mismas capacidades que los hombres”, así se expresa Paul Josef Cordes en su libro El eclipse del padre.
El autor, nacido en Kirchhundem, Alemania, miembro fundador del Centro Internacional Juvenil, San Lorenzo, con suma autoridad habla sobre la figura del padre ante sus hijos. “Esta crisis personal se transforma en una crisis funcional. Y uno de los rasgos más afectados es el de la paternidad. La inseguridad masculina sobre su identidad se transforma en inseguridad sobre la paternidad, sobre su razón de ser y su misión como padre de familia. Y a la vez el padre deberá enfrentarse con el papel omnipresente y todopoderoso de la madre, con la perenne díada madre–hijo, ícono de toda sociedad a lo largo de la historia”.
Creado Cardenal por Benedicto XVI, el eclesiástico alemán señala 4 motivos que han conducido a esta situación.
1.-El cambio de la noción de autoridad. El padre sabía cuál era su lugar en el mundo, sabía que era capaz de transmitir a su hijo y el valor de su legado, pero hoy todo eso ha cambiado.
2.-El feminismo. Respuesta a la discriminación de la mujer, pero radicalizada ahora, ha arrinconado al hombre, y aún más limita las posibilidades de desarrollo masculino.

3.- La contemporánea visión constructivista de la sexualidad. Hacer que el hecho de ser mujer o ser varón aparezca como un fenómeno básicamente cultural y, por lo tanto, cambiante y modificable. No se es hombre o mujer, sino que uno se convierte en hombre o mujer a través de la cultura.
4.-La evolución legislativa en varios países. Ejemplo el derecho de custodia de los hijos conjunto padre y madre es de 17%, exclusivo de la madre 75% y exclusivo del padre 8%

Autor también de Signos de esperanza, el presidente emérito del Pontificio Consejo “Cor Unum”, señala: “La ruptura de la unidad madre–hijo corresponde al padre llevarla a sus justos términos.

Es papel del padre ser formador de la identidad del hijo. Es, así mismo, paradigma de la masculinidad para el hijo varón. Aprende a ser fuerte, pero no violento; audaz, pero no agresivo; decidido, pero no cerrado en sus ideas.

La feminidad se realza y se define frente al opuesto sexual del padre y se fortalece como mujer. Se acepta el enigma de la paternidad como paradoja, posesión extraña que implica renuncia y abnegación…El padre, contraparte de la madre. La madre despierta la autoconciencia del hijo. El padre significa apoyo, acompaña el proceso de identidad. Cuando los hijos comienzan a sentirse fuertes para buscar la autonomía, obtienen las notas de la masculinidad. El padre equilibra su aspecto amenazador con la función protectora.

La cuestión no es que el padre sea ejemplar, sino que se encuentre disponible para su hijo, que lo oriente, que lo apruebe”.

@arquimedios_gdl

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