La Iglesia Católica, respecto a la donación de órganos, tejidos y de sangre tiene una postura de completo apoyo y lo alienta por ser un acto de ayuda y solidaridad hacia otro ser humano.
En 2022 se realizaron en México seis mil 33 trasplantes de órganos y tejidos, cantidad que representó un aumento de 40 por ciento en comparación con 2021, informó el director general del Centro Nacional de Trasplantes (CENATRA).
Un donante puede salvar hasta ocho vidas, ya que puede donar ocho órganos: corazón, dos pulmones, hígado, páncreas, dos riñones e intestinos, lo que es el mejor ejemplo de dar vida después de la vida.
Para la Iglesia, es un acto de amor muy grande que se puede hacer por el prójimo. El Papa Juan Pablo II se manifestó explícitamente a favor de los trasplantes de órganos, con ocasión del Primer Congreso Internacional de Trasplantes de Órganos celebrado en Roma en 1994, y declaró: “Con el advenimiento de los trasplantes, el hombre encontró un modo de donación de sí mismo, de su cuerpo y de su sangre, para que todos puedan seguir viviendo”.
El Papa Benedicto XVI señaló que “los trasplantes de tejidos y de órganos representan una gran conquista de la ciencia médica y son ciertamente un signo de esperanza para muchas personas que atraviesan graves, y a veces extremas, situaciones clínicas”.
En el año 2019, el Papa Francisco en una alocución a los voluntarios de la Asociación Italiana de Donantes de Órganos (AIDO), que representan a miles de personas que han elegido ser testigos y difundir los valores de compartir y donar sin pedir nada a cambio.
El Papa Francisco valoró el acto de donar órganos y afirmó: “Para salvar otras vidas humanas, para preservar, recuperar y mejorar la salud de muchas personas enfermas que no tienen otra alternativa”.
Y añadió: “Donar significa mirar e ir más allá de uno mismo, más allá de las necesidades individuales y abrirse generosamente a un bien más amplio. En esta perspectiva, la donación de órganos no es sólo un acto de responsabilidad social, sino también una expresión de la fraternidad universal que une a todos los hombres y mujeres”. La religión católica fomenta la donación de órganos y la entiende como una prolongación del amor hacia el prójimo y la humanidad. Siempre se puede ser solidario con otro y ayudarlo a postergar el momento de la muerte para la cual todas las religiones preparan. Si podemos hacer algo para que una persona siga viviendo, vamos haciéndolo.
En esta edición de Semanario, las periodistas Michelle Fletes y Martha Alicia Correa nos presentan un reportaje por el Día Mundial del Donante de Sangre, nos alertan de que México es uno de los países con más baja cultura de la donación de sangre, y nos presentan un testimonio que evidencia que el conseguir sangre es un calvario.
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