Una periferia existencial, las familias en crisis.
Pbro. Eduardo Pajarito González
Asesor Diocesano de la Dimensión Familia
La familia es una de las tareas más urgentes para atender en lo pastoral, así se ha dado como resultado en el sentir de quienes han participado en las asambleas diocesanas de pastoral en nuestra Iglesia de Guadalajara. Así se ha presentado desde el VI Plan Diocesano en el numero 30: “Donde el escenario es la familia y el hecho englobante es la crisis del matrimonio y de la familia; así mismo se pone un reto que es una pastoral familiar integral e integradora.
¿Cuáles son las causas?
- Falta de formación en los valores humano-cristianos.
- Falta comunicación efectiva y afectiva.
- Violencia intrafamiliar.
- Machismo.
- Ideología de género mal entendida y su influencia.
- Deficiente ingreso económico a las familias y muchas veces, mala administración del mismo.
- Desconocimiento de la naturaleza del matrimonio-sacramento.
- Influencia negativa de los medios de comunicación.”
Rostros sufrientes que ha dejado la pandemia
Esto veíamos hace unos años en este análisis (2015) en el VI Plan Diocesano de Pastoral y ahora ante un ambiente de pandemia o postpandemia (pensando a futuro) como Dimensión Diocesana de la Pastoral Familiar de la Arquidiócesis de Guadalajara, nos reunimos para dejarnos interpelar por estas situaciones actuales que viven algunas de las familias en contexto de pandemia y compartimos parte de nuestras miradas:
- Las principales crisis se agudizaron en la pandemia en el núcleo familiar.
- Los agentes de la pastoral familiar se vivieron saturados.
- Los interlocutores de nuestras pastorales se vieron en evidentes entendibles crisis personales.
- Nuestros grupos y movimientos al verse en pausas pastorales empezaron a manifestar conductas de miedo ante las crisis cada vez más generalizadas.
- El confinamiento permitió constatar y descubrir que, entre los miembros de las familias, especialmente entre jóvenes y adultos hay distintas sintonías.
- Esta pandemia permitió volver a los orígenes personales, familiares, de pertenencia, regresó a muchos ausentes a casa.
- La crisis por la pandemia trae consigo la aceptación de una gran diversidad de nostalgias por el estilo de vida que se tenía anterior a ella.
- Entramos como personas, como familias y como sociedades en un duelo colectivo implacable por las múltiples pérdidas y duelos por vidas humanas, despidos laborales, libertad de movimiento, enfermedades y múltiples depresiones.
- Hoy nos asumimos frágiles asistiendo a la caída de casi todas nuestras certezas de vida personal y social.
Viendo y escuchando el clamor de nuestras familias, nos permitimos como Dimensión de la Pastoral Familiar identificar con respeto y objetividad, una serie de crisis que tocan a muchas de nuestras familias que se traducen en ‘rostros sufrientes’ que asumimos para visibilizarlos, acompañarlos atenderlos, para que no se queden en datos estadísticos:
- Familias en crisis económicas.
- Familias con enfriamiento de la fe.
- Familias en crisis de salud física y psicológica.
- Familias en crisis por separaciones.
- Familias en crisis por roces y conflictos.
- Familias en crisis por muertes y duelos a su interior.
- Familias en crisis por desapariciones de sus integrantes.
La tarea de iluminar y poner manos a la obra
Estas crisis las vemos con los ojos del Padre, las asumimos porque muchos de nosotros las vivimos y las discernimos desde los criterios del Hijo para identificar la oportunidad que tenemos de asumir estas realidades desde actitudes samaritanas.
Nuestras familias levantan sus ojos al Cielo y claman al Padre que las acompañe, para que la encarnación resucitada de Jesús el Cristo, permita iluminar desde los criterios del Hijo rutas de esperanza para caminar como Dimensión en sinodalidad que atienda pastoralmente estos rostros sufrientes de nuestras familias en crisis.
Pronto presentaremos las propuestas, a través de un documento que se lanzará a toda la Arquidiócesis, para revitalizar la atención pastoral de las familias en nuestras parroquias y decanatos de la Diócesis de Guadalajara.
Son propuestas concretas que pueden incentivar la reactivación de los agentes de pastoral a favor de las familias con iniciativas que movilicen la creatividad pastoral que nos urge retomar.