Este milagro de la segunda multiplicación de los panes se lleva a cabo en tierra pagana, en favor de quienes «vienen de lejos», y pone de manifiesto la gran compasión de Jesús por la multitud hambrienta.
"En la Iglesia tenemos urgente necesidad de una comunicación que inflame los corazones, sea bálsamo en las heridas e ilumine el camino de nuestros hermanos y hermanas"