José Andrés Guzmán Soto
“Lo que perturba a los hombres no son las cosas, sino los juicios que hacen sobre ellas”
Epicteto
Nuestra vida cotidiana está compuesta de múltiples realidades, es decir, hechos, acontecimientos, situaciones a las que nos enfrentamos a diario: el trabajo, la familia, la escuela, la economía, la política, el deporte, la cultura, los sentimientos, las ideas o las ideologías; además, las relaciones con los compañeros de trabajo o de estudio, con los vecinos, con los desconocidos, en fin, con todos los sucesos que nos rodean a diario en nuestro caminar por la vida.
Añadamos a esto, las informaciones que nos llegan por todos los medios de comunicación sean masivos o interactivos, como la Televisión, la Radio, el Internet, las redes sociales y demás, cuyo impacto en nuestra realidad es cada vez más fuerte.
Todos estos acontecimientos que conforman nuestro entorno tienen múltiples interpretaciones de acuerdo a la forma en que cada uno de nosotros los percibimos, lo cual nos lleva a darle una interpretación propia donde tomamos posturas, hacemos juicios, valoramos, tomamos decisiones y realizamos acciones.
Ejemplos los tenemos a diario: escuchamos la televisión sobre hechos violentos en cierto lugar de nuestro país, y tomamos la decisión de no visitar ese lugar porque percibimos que podemos sufrir violencia; percibimos la muerte de un joven drogadicto y juzgamos que la juventud anda mal; nos dan datos de la reprobación de los niños y decimos que la educación está por los suelos; sabemos de un matrimonio que se divorcia y juzgamos que cada vez más se da la destrucción de la familia y así se puede hablar de un largo etcétera.
Lo anterior está llevando a muchas personas a vivir una vida de confusión mental y de desgaste emocional porque están inmersos en una serie de realidades e informaciones que los llevan a una incomprensión de la vida por las grandes contradicciones que perciben de las situaciones que viven.
Esto los lleva a unos a vivir con miedo, con angustia, con estrés, a no querer salir a ciertas partes, a no salir de noche; a otros los lleva a no querer saber nada de lo que sucede a su alrededor, a huir de la realidades y vivir en la fantasía de las películas, de las series, de los videojuegos y cerrar los ojos a una realidad que los aterra.
Es pues, urgente, que sepamos percibir la realidad de nuestro contexto con un buen juicio, para ello necesitamos ser conscientes que al percibir un hecho o un acontecimiento le damos una interpretación de acuerdo a nuestro esquema mental fruto de nuestros conocimientos y saberes, esto es de nuestra cultura.
Al percibir un hecho lo estamos interpretando; estamos construyendo una narrativa de tal acontecimiento, lo cual nos lleva a una postura que debemos cuidar bien para no caer en el error, la confusión, en el dogmatismo o en el fanatismo lo cual es muy grave para la convivencia humana y para el respeto a la dignidad de las personas.
La sabiduría está en saber percibir e interpretar de manera justa los acontecimientos porque de ello depende en futuro de nosotros como seres humanos.