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Pablo Arturo Muñoz Valenzuela, Cuarto de Teología

El pasado lunes 9 de septiembre se celebró la solemne misa de apertura del año lectivo 2019-2020 en la capilla del Seminario Mayor de Guadalajara. Este evento, los ejercicios espirituales y la Asamblea de Pastoral son actividades características de cada inicio de ciclo escolar y propician comenzar el año bajo la mirada de Dios y con objetivos bien definidos. Desde las 16:30 la casa se llenó con el alegre bullicio de los seminaristas del Menor, de Atemajac del Valle (Anacleto González Flores) y de algunos representantes de los otros Seminarios Auxiliares.

El Espíritu Santo, artífice de la unidad

La  celebración eucarística comenzó en punto de las 17 horas y fue presidida por el Arzobispo de Guadalajara y rector del Seminario, Cardenal José Francisco Robles Ortega. Se contó con la asistencia de tres diáconos y del Padre Miguel Arturo Mendoza como maestro de la ceremonia, además de la presencia de alrededor de 50 sacerdotes concelebrantes. La Schola Cantorum del Seminario Mayor ejerció competentemente el ministerio del canto. Para esta ocasión se eligió cantar la misa Te Deum laudamus de Pietro Alessandro Yon. Con la intención de pedir la asistencia especial del Espíritu Santo se eligieron los esquemas litúrgicos correspondientes.

En su homilía el señor Cardenal Robles Ortega  partió, en cierta medida, del texto tomado de los Hechos de los Apóstoles en que se relata la efusión del Espíritu Santo en Pentecostés y la manifestación de la Iglesia a los judíos de procedencia diversa. El arzobispo señaló que, de manera similar, cada uno de los alumnos del Seminario proviene de contextos y ambientes muy distintos. Sin embargo –afirmó-,  es el Espíritu Santo quien los unifica en torno a un mismo objetivo: la configuración con Cristo. Respecto a esto último, expresó su deseo de que “brille la maravilla de ver en cada seminarista cómo Cristo se va encarnando; Cristo se va haciendo vivo en la manera de ser; en la manera de pensar, sentir y actuar”.

Mismas ceremonias, nuevos rostros

Después de la Santa Eucaristía y alrededor de las 18:30 horas comenzó el acto académico. El maestro de ceremonias, como cada año, fue el padre secretario del Seminario Mayor, en este caso particular el padre Alejandro Díaz Barriga Sosa, quien recientemente ha sido designado para dicho servicio. Después del canto del himno Veni Creator, a cargo de la Schola Cantorum, se procedió a leer la nómina de profesores y formadores para el año lectivo 2019-2020. Luego, los formadores y profesores que se integran este ciclo escolar pronunciaron y firmaron públicamente el Juramento de Fidelidad y la Profesión de Fe.

 El señor Arzobispo Robles Ortega volvió a tomar la palabra para dirigirse principalmente a los seminaristas. En su breve alocución, les pidió que se hicieran cargo responsable y activamente de su propia formación acogiendo con docilidad y respeto los esfuerzos de los formadores y maestros. Después de un agradecimiento público a quienes para este año dejaron de prestar sus servicios al Seminario, la Schola volvió a intervenir entonando el himno del Seminario de Guadalajara. Al término de todo el acto, los seminaristas se toparon con la sorpresa de una lluvia torrencial que los obligaría a permanecer algún tiempo en los corredores. La ocasión fue aprovechada por ellos y por los padres formadores para intercambiar saludos (o despedidas) y para breves sostener breves momentos de conversación.

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