Sergio Padilla Moreno
Este domingo 12 de diciembre se celebra la Solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe, por lo que es buena ocasión para acercarnos al homenaje que, por varios siglos, han hecho a la Santísima Virgen María varios de los grandes compositores. Veamos cinco ejemplos.
- Maitines para la Virgen de Guadalupe, del compositor Ignacio de Jerusalem (1707-1769), músico nacido en Italia pero que emigró 1742 a la Nueva España donde llegó a ser Maestro de capilla de la Catedral de México. Estos maitines -oficio sagrado que se rezaba en la madrugada antes del amanecer- se interpretaron por primera vez en 1746.
- Ave María, de Giuseppe Verdi (1813-1901). Dentro de las óperas del compositor italiano, hay varios pasajes que abordan de algún modo temáticas religiosas, pero, sin duda, una de las más bellas e inspiradas es la oración que pronuncia el personaje de Desdémona en el cuarto acto de la extraordinaria ópera Otello, penúltima entre sus composiciones del género y verdadera obra maestra, que fue estrenada el 5 de febrero de 1887. El Ave María aquí referida es una pieza de enorme dulzura e inspiración, ya que recoge la súplica humilde de Desdémona, esposa de Otello, en los momentos previos a su trágica muerte. Refleja perfectamente el alma atormentada del personaje y la súplica ferviente de una mujer llena de fe.
- Ave María de Charles Gounod (1818-1893), compositor francés que es ampliamente conocido por la adaptación que hizo en 1858 del primer preludio del Clave Bien Temperado de Juan Sebastián Bach, al incorporar la oración mariana por excelencia. Es una obra de referencia en el repertorio de los grandes cantantes operísticos de todos los tiempos.
- Magnificat, de J. S. Bach (1685-1750). El texto de esta obra reproduce el cántico de María del primer capítulo del Evangelio de San Lucas, el cual era utilizado en el oficio de Vísperas dentro de la liturgia luterana. En navidad de 1723, Bach la estrena en los oficios litúrgicos de la iglesia de Santo Tomás de Leipzig. Destaca el carácter festivo y de alabanza a Dios desde los primeros compases del coro inicial a través del uso de trompetas y timbales. A lo largo de la obra se suceden pasajes que van abordado con inusitada maestría los versos del texto bíblico, subrayando el contenido de cada uno de ellos, en perfecta fusión de música y significado. El Magnificat es, sin duda, una de las obras más interpretadas y grabadas del genio alemán.
- Stabat Mater, de Giovanni Battista Pergolesi (1710-1736). Este compositor nos dejó en su corta vida obras de notable belleza e inspiración. En el terreno de la música sacra, no podemos olvidar el Stabat Mater, compuesto en 1735, basado en el conocido poema del siglo IX que contempla el dolor de la Virgen María al pie de la cruz ante la agonía y muerte de su hijo. A lo largo de la obra se siente, a través de la música, la gravedad y tensión de la escena.
El autor es académico del ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara – padilla@iteso.mx
Signum Magnam Apparuit- IGNACIO JERUSALEM Y STELLA (Maitines para la Virgen de Guadalupe)
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ALEGRIA DE TENER NOTICIAS DE MI EX COMUNICAD QUE TANTAS ENSEÑANAZAS Y SASTISFACCIONES RECIBI.
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