SERGIO ESTRADA

En la apertura de la XXIII Feria del Libro Católico, en el atrio de la Insigne Nacional Basílica de Guadalupe el P. Mario Ángel Flores, Director de la Dimensión para la Doctrina de la Fe de la Arquidiócesis de México, señaló que en estos momentos estamos experimentando el cambio digital de las publicaciones, pero el libro impreso será siempre importante, siendo una parte vital en la enseñanza para niños, jóvenes y adultos.
Ante los libros de texto.
Destacó el testimonio del libro católico y, ante los libros para las escuelas puntualizó que se deberían seguir ejemplos de gobiernos estatales como el de Guanajuato, de retirarlos teniendo la autoridad siendo gobiernos responsables.
“Hay que retirar, porque no sirven para la educación y como sociedad debemos estar en total desacuerdo, porque están cambiando y transformando sin haber preparado algo serio y profundo para la educación y solo se quiere ideologizar”, apuntó el también Director del Observatorio Nacional de la CEM para Asuntos Sociopolíticos.
POSICIÓN DE LOS LIBROS CATÓLICOS
Al respecto el P. Flores puntualizó que los libros católicos siempre obedecen un lugar en la formación de niños, jóvenes y adultos en el conocimiento de la dignidad humana, en la relación con Dios y en el conocimiento de la exigencia ética y moral para la construcción de un mundo mejor a partir de Cristo y su seguimiento.
“Los libros católicos ocupan un lugar especial, porque son parte de la familia y parroquias y esto es lo que nos forma antes que las escuelas, sin embargo, ha disminuido la gente que lee. Estamos en una época en que las imágenes y los videos van para arriba, pero se necesita volver a lo fundamental y esto se encuentra en la literatura”, agregó el sacerdote.
Aceptó que la lectura está a la baja no solo en los libros de contenidos católicos, sino en general en todos los contenidos, no obstante, se debe seguir promoviendo la lectura, porque es la base de la cultura que nos lleva a la reflexión y desarrollo del pensamiento.
Finalmente el ex director de la Comisión de Cultura de México concluyó que a través de los libros engrandecemos nuestra visión del mundo, de la cultura a partir de nuestra cercanía con Dios y todo lo que ello implica.