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Sergio Padilla Moreno

En los próximos meses, nuestro país vivirá largas y cansinas campañas político-electorales de quienes aspiran a los diversos puestos de elección popular. Los analistas políticos tendrán mucha tela de dónde cortar para tratar de hacer lecturas variadas, entre las que van a tratar de desentrañar las motivaciones profundas que mueven a aspirantes y suspirantes a pertenecer a las castas políticas, siendo una de las posibilidades de análisis la definición de los perfiles humano-psicológicos de los políticos. Y es que la condición humana y psicológica de los hombres y las mujeres que han detentado el poder, o aspiran a él, han sido materia de abordaje por parte de la literatura, el cine, el teatro y, por supuesto, la ópera, siendo Macbeth un ejemplo de este género, obra del compositor italiano Giuseppe Verdi (1813-1901).
Macbeth es una ópera que pasó por diferentes etapas y ajustes en el proceso de su composición, tanto por los conflictos que tuvo Verdi con Francesco María Piave, como por las diversas versiones que hubo de la obra, hasta llegar a la edición que conocemos actualmente, pues la primera se estrenó en 1847, mientras que la definitiva es el año 1865. El argumento está basado en la obra The tragedy of Macbeth, de William Shakespeare (1564-1616), que se estrenó en 1606.

La obra verdiana nos permite penetrar hondamente, gracias a la inspirada música del compositor italiano, en el ambicioso corazón de Macbeth, general del ejército de Escocia, así como el de su esposa. En el primer acto, cuando regresa de una batalla con su amigo Banquo, las brujas le revelan a Macbeth que él será rey de Escocia, mientras que a Banquo le anuncian que será padre de una dinastía de monarcas. Cuando la esposa de Macbeth conoce el vaticinio, exclama: “¡anhelas la grandeza, ¿pero serás malvado? […] ¡Asciende a reinar!”. La pareja de esposos, movidos por la ambición, deciden adelantar el destino y asesinan al rey, lo que le permite a Macbeth llegar al trono.

Ya en el poder, la ambición de la pareja apunta hacia Banquo quien, según el vaticinio de las brujas, sería el padre de una descendencia de reyes, por lo que lo mandan asesinar a él y a su hijo Fleance, quien logra salir ileso del atentado y salvarse. A partir de ese momento, la pareja reinante entra en un estado de ansiedad y paranoia, hecho que genera las sospechas de Macduff, noble escocés, que dice: “una cueva de ladrones esta tierra se ha vuelto”.

Las paranoicas pesadillas de la esposa de Macbeth la llevan a la locura y a la muerte. En la soledad fría de su poder en declive, el defenestrado rey de Escocia enfrenta la revuelta de Macduff con una aria que revela el victimismo de alguien que no entendió la situación y no pudo hacer ni un dejo de autocrítica: “¡malvados! ¡Se han unido a los ingleses contra mí!”.

¿Hay algún parecido de estas dinámicas personales con nuestra realidad política actual? Seguro que sí, y no es mera coincidencia.

El autor es académico del ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara – padilla@iteso-.mx
Verdi – Macbeth – Paskalis, Barstow, Morris, Erwen – Subtítulos e
n Español
https://www.youtube.com/watch?- v=WXAHw4RozBs

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