upc4

XXI DOMINGO

DIOS QUIERE QUE TODOS NOS SALVEMOS, QUE ACEPTEMOS SU CORRECCIÓN Y QUE NOS ESFORCEMOS POR SANAR

Pbro. J. Jesús Suárez Arellano

¿QUÉ NOS DICE DIOS EN ESTE DOMINGO?

Isaías 66, 18-21: El libro de Isaías termina con una visión grandiosa: Dios se dará a conocer a todo el mundo y reunirá a los habitantes de todas las naciones para formar un único pueblo santo… Al final, todos seremos hermanos…

Salmo 116: Debemos dar a conocer las maravillas de Dios a todas las naciones, hablarles de su amor y su verdad, para que todos puedan darle culto…

Hebreos 12, 5-7. 11-13: Se nos presenta a Dios como un buen Padre que exhorta y reprende a sus hijos… Quienes acepten su corrección obtendrán frutos de paz y rectitud… Por eso, para sanar cada día más, hemos de caminar por caminos llanos, fortalecernos y no dejarnos vencer por el cansancio…

Lucas 13, 22-30: Jesús va predicando por ciudades y pueblos y, respondiendo a la pregunta de cuántos se salvan, nos da dos enseñanzas importantes:

  1. Para salvarse es necesario que nos esforcemos para entrar por la puerta estrecha… y
  2. No podemos suponer que seremos salvados automáticamente ni que seremos los únicos, ya que otros vendrán de lejos y serán también admitidos en el Reino (y podríamos ser desplazados y ellos ocupar nuestros lugares)…

REFLEXIONEMOS JUNTOS:

Jesús va “camino a Jerusalén” y alguien le pregunta por el número de los que se salvan… Era una pregunta curiosa, pero no comprometida, formulada por una persona que sólo quería información: “¿son pocos los que se salvan?”… El maestro habla más bien del esfuerzo y compromiso que hemos de realizar para entrar por la puerta estrecha de la salvación, de que debemos cumplir su palabra y del peligro de confundir nuestra cercanía con él con un privilegio… Porque pueden venir otros y ocupar nuestros lugares “a la mesa en el reino de Dios”…

De nada nos sirve saber si son muchos o pocos los que se van al cielo después de esta vida, lo que sí importa es que nos responsabilicemos de nuestros actos ante el Dios que se preocupa por instruirnos y corregirnos… Por eso la segunda lectura nos recuerda que nuestro Padre nos instruye y corrige y desea que caminemos seguros por sus sendas¿Siento sólo curiosidad por las cuestiones religiosas o me comprometo con Dios a vivir según sus enseñanzas?

A algunas personas (y a primera vista) les podría parecer escandalosa la imagen de un Dios exigente, que corrige y castiga, y que hasta ha puesto una puerta estrecha a la entrada del cielo… Pero, si la vida no es fácil, ¿por qué habríamos de suponer que el seguimiento de Jesús debía ser sencillo?

Parece haber dos mensajes “contradictorios” en la Palabra de hoy:

  1. La segunda lectura y la primera parte del evangelio nos dicen, como ya reflexionamos más arriba, que Dios es exigente y quiere que nos esforcemos por entrar a su reino
  2. La primera lectura, el salmo y el final del evangelio contraponen: Dios quiere invitar a todos a una fiesta…

Algún católico despistado podría decir: “la iglesia es esta comunidad festiva y cultual formada por personas de toda raza, lengua y nación”, y podría sentirse seguro y salvado… Pero, lo irónico, aparece al final del evangelio, cuando Lucas nos recuerda: “otro pueblo antes que tú (Israel) ya perdió la salvación, cuídate de no perderla tú también”…

Pero no hay contradicción sino complementariedad… Despabilémonos y entremos en la dinámica de Dios:

  1. Nos invitó, no le importó nuestro origen o condición,
  2. Una vez que ya estamos aquí hemos de dejarnos moldear por él y procurar parecérnosle: Hacernos abiertos a los demás y ayudarle a invitar a más y más personas a seguirlo con responsabilidad…
  3. La invitación seguirá vigente para otros conmigo o sin mí… Debo tener claro que en el reino de Dios yo no soy influyente, pues los privilegiados son los pobres, los marginalizados, los alejados… Ellos son invitados y yo puedo quedarme fuera…

Finalmente, preguntémonos: ¿Quiero dar un paso más en mi “camino” para acerarme más a Dios y a todos mis prójimos? ¿Me doy cuenta que la puerta estrecha que es el mismo Señor Jesús (Jn 10, 9) y su estilo de vivir y de morir?

TE PROPONEMOS LOS SIGUIENTES EJERCICIOS PARA QUE TE ENCUENTRES CON DIOS DURANTE LA SEMANA:

  1. Responde, por escrito, a las siguientes preguntas:

¿Me siento lejos o cerca de Dios? ¿Escucho su llamado a acercarme más cada vez para celebrar una fiesta con él?

¿Para qué quiero estar “cerca” de Dios?

Cuando Dios me invite a sentarme a su mesa en su reino, ¿quiero estar rodeado sólo de mis familiares y amigos o también de los pobres, migrantes, ancianos, enfermos, etc.?

¿Qué me estorba (y debo dejar) para poder entrar por la puerta estrecha?

  • En tu oración de esta semana, ve repitiendo con Miguel de Unamuno:

“Agranda la puerta, Padre, porque no puedo pasar. La hiciste para los niños, yo he crecido, a mi pesar. Si no me agrandas la puerta, achícame, por piedad; vuélveme a la edad aquella en que vivir es soñar.”

Y escribe tu propia oración para pedirle al Señor fuerza para despojarte de lo que te estorba para caber por la puerta estrecha a su reino, por la puerta que es el estilo de vida de tu amigo Jesús…

@arquimedios_gdl

TE INVITAMOS A FORMAR PARTE DE LOS

Comunicadores Parroquiales

Los cuales promueven la Pastoral de la Comunicación en sus Parroquias

Dirección

"En la Iglesia tenemos urgente necesidad de una comunicación que inflame los corazones, sea bálsamo en las heridas e ilumine el camino de nuestros hermanos y hermanas"

Papa Francisco

Copyright @2023 – Todos los Derechos Reservados.