upc4

Luis Sánchez

Hace unos días nos enteramos de un hecho que volvió a cimbrar al país: una masacre en el poblado de San José de Gracia, Michoacán. A través de un video podemos observar claramente como un comando armado forma en un paredón a dichas personas quienes asistían a un velorio y en segundos abren fuego contra ellos. De no haber sido por el video que circuló en redes sociales, probablemente no nos hubiéramos enterado de lo ocurrido.

Las autoridades dieron a conocer que el multihomicidio fue a raíz de un pleito entre dos líderes que pertenecían al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), “El Pelón” y “El Viejón”; el primero fue exiliado a Colima, tras un pleito con “El Viejón” (quien era su jefe directo), sin embargo, al fallecer su madre, volvió al poblado michoacano para asistir a su velorio, fue ahí donde le informaron de este hecho a su antiguo jefe, quien no dudó en ajustar cuentas y mandó a un grupo de sicarios para asesinar al “Pelón” y a sus acompañantes, hechos que quedaron registrados en un video que circuló a través de las redes sociales.

Posteriormente circularon fotografías donde se aprecia a civiles armados limpiando el lugar donde se llevó a cabo la ejecución; con mangueras y productos de limpieza, los involucrados en el ataque buscaron borrar toda evidencia, con todo y los cuerpos de las víctimas.

Sin cuerpo no hay delito. No hay una evidencia que confirme un homicidio, se podría hablar de una desaparición (una más de las miles que han ocurrido en el país desde hace décadas), la diferencia es que en muchos de estos casos, las familias no denuncian por temor a represalias.

Entonces por un lado, no hay un homicidio, ya que no existen las pruebas, pero por el otro, tampoco hay una denuncia por desaparición, entonces prácticamente es como si nunca hubiera pasado.

“Grupos opositores a mi Gobierno utilizan y manipulan este tipo de acciones en nuestra contra”, dijo López Obrador el lunes pasado durante su conferencia matutina, cuando se le cuestionó sobre el fusilamiento masivo en San José de Gracia. Sin embargo, contrario a lo que afirma el presidente, nadie quiere manipular nada, lo que ocurre en Michoacán es una realidad, con 480 homicidios dolosos en los primeros 59 días de 2022, el estado vecino de Jalisco, se convirtió en el más violento de México, aproximadamente asesinan a 8 personas cada 24 horas, es decir, 1 cada 3 horas.

Desde el sexenio de Felipe Calderón, Michoacán se ha visto envuelto en una ola de violencia la cual parece no tener fin, el estado ha sido víctima de distintos grupos armados, como La Familia Michoacana, Los Caballeros Templarios y ahora vive la pugna entre el CJNG y el grupo de Cárteles Unidos. Al igual que su homólogo a nivel nacional, el gobernador de la entidad, el morenista Alfredo Ramírez Bedolla, afirma que las condiciones de inseguridad y la alta tasa de homicidios, son producto de las administraciones anteriores, como la de Silvano Aureoles.

Lo cierto es que Michoacán pasó de ser un estado atractivo para el turismo, gracias a su variedad de riquezas naturales y culturales, a ser prácticamente una zona de guerra donde incluso atravesar el estado, resulta peligroso, donde el número de víctimas es mayor que el de la guerra entre Rusia y Ucrania, que lamentablemente está ocurriendo en estos momentos al otro lado del mundo, donde un comando armado puede asesinar a personas y retirarse tranquilamente después de haber limpiado la escena y desaparecido los cuerpos, para fingir que nada pasó

La estrategia “abrazos no balazos” no funciona, el presidente lo sabe, por eso ha buscado desviar la opinión del tema y minimizarlo como suele hacer con los eventos que ponen en duda las acciones que está llevando este gobierno en materia de seguridad, las cifras ahí están y siguiendo la tendencia: “A finales de abril o principios de mayo vamos a llegar a los 120 mil homicidios dolosos, superando los registrados durante todo el sexenio de Felipe Calderón”, afirma Ricardo Márquez, experto en seguridad. A más de la mitad de transcurrido el sexenio de la actual administración, ya no basta con echarle la culpa a quienes estaban antes en el poder, los resultados no llegan y las víctimas siguen aumentando. En Michoacán la guerra no ha parado.

Nos leemos la siguiente semana y recuerda luchar, luchar siempre, pero siempre luchar, desde espacios más informados, que construyen realidades menos desiguales y pacíficas.

lic.luis.sanchez.perez@gmail.com

@arquimedios_gdl

TE INVITAMOS A FORMAR PARTE DE LOS

Comunicadores Parroquiales

Los cuales promueven la Pastoral de la Comunicación en sus Parroquias

Dirección

"En la Iglesia tenemos urgente necesidad de una comunicación que inflame los corazones, sea bálsamo en las heridas e ilumine el camino de nuestros hermanos y hermanas"

Papa Francisco

Copyright @2023 – Todos los Derechos Reservados.