En la curación de los endemoniados y enfermos con que concluye la intensa jornada, San Mateo ve el cumplimiento de la antigua profecía del «Siervo», que habría de liberar a los hombres de sus males.
"En la Iglesia tenemos urgente necesidad de una comunicación que inflame los corazones, sea bálsamo en las heridas e ilumine el camino de nuestros hermanos y hermanas"