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Sonia Gabriela Ceja Ramírez

Esta mañana, en punto de las 6 de la mañana, se llevó a cabo en la Catedral de Guadalajara la Misa de despedida de la imagen de Nuestra Señora de Zapopan, que de manera atípica, en este 2020, regresará a su Basílica sin el acompañamiento de los miles de fieles católicos que ordinariamente caminan junto a la pequeña imagen cada 12 de octubre después de que la bendita imagen recorre las parroquias de la Zona Metropolitana de Guadalajara.

La Eucaristía se llevó a cabo a puerta cerrada en la Catedral Metropolitana, fue concelebrada por los Obispos Auxiliares de Guadalajara, el Cabildo de la Catedral y algunos otros sacerdotes.

La celebración fue presidida por Mons. Juan Manuel Muñoz Curiel, obispo Auxiliar quien en su homilía se dirigió, además de los presentes en la catedral que eran un centenar de personas, a quienes siguen la transmisión de la Romería, en esta ocasión, virtual, a través de los medios de comunicación y redes sociales en todo el mundo.

Mons. Juan Manuel Muñoz Curiel, Obispo Auxiliar de Guadalajara.

Agradecer a Dios por el 2020

Mons. Juan Manuel invitó a que “llenos de gozo demos gracias a Dios por todos los dones y beneficios recibidos de su parte por intercesión de la Santísima Virgen María, en este año 2020, durante los recorridos que la venerada imagen de Nuestra Señora de la Expectación de Zapopan realizó de una manera peculiar por la pandemia del COVID-19 a nuestra ciudad de Guadalajara, Jalisco, México”.

Añadió que ante estas circunstancias tan especiales, “no hemos dejado de tener el consuelo de habernos visto visitados, como cada año, por la Virgen de Zapopan. Ella, como verdadera madre, ha venido a nuestro encuentro con ese amor y ternura que le caracterizan.

“Ha venido a nuestras parroquias, ha caminando por nuestras calles, colonias y barrios. Ha podido ver nuestra tristeza, desconcierto y temor ante la pandemia, pero también nuestra confiada oración en su intercesión, que sin duda nos alcanza de Dios remedio para todas nuestras necesidades espirituales y materiales”.

Un año diferente, llamado a la obediencia

“Este año hemos podido experimentar cierta tristeza por no haber podido caminar con ella, acompañándola como otros años. Hemos tenido que conformarnos con verla pasar por nuestras calles, desde nuestras puertas y ventanas, nos pesa el que no haya podido permanecer en nuestros templos y parroquias en donde le rezamos, le cantamos, le suplicamos, le danzamos. Ella sabe del amor que le tenemos y ha visto con sumo agrado el que, no sin ciertos sacrificios, nos hemos disciplinado en bien de todos nuestros hermanos pues hemos tratado de ser muy responsables en cuidarnos unos a otros observando los diversos protocolos sanitarios para salvaguardar la vida propia y la de los demás”.  

Señaló que la vida es un don precioso de parte de Dios: “qué bueno que continuemos haciendo nuestro mejor esfuerzo para protegerla, es muy loable que, en honor a la Virgen de Zapopan, procuremos seguir siendo fraternos y solidarios con los enfermos, con quienes los asisten en los hospitales y casas, les estamos muy agradecidos por su caridad y abnegación, están muy presentes en nuestra oración nuestras autoridades religiosas y civiles, también quienes han perdido algún familiar o su trabajo y tienen dificultad para llevar lo necesario a sus hogares. Reconocemos el gran esfuerzo de los padres de familia, los educadores y los alumnos, ante los retos para llevar a feliz término los programas educativos en los diferentes niveles.

“En medio de estas difíciles circunstancias nos ha caracterizado nuestro optimismo y plena confianza en el auxilio divino. No estamos derrotados sino con una firme determinación de seguir haciendo operativo nuestro plan diocesano de pastoral que tiene como objetivo la misión de la misericordia.

Ella no nos abandonará

Mons. Juan Manuel refirió que estamos llamados a ser portadores de esperanza cristiana en Cristo vivo.

“Hoy hemos venido a despedir, por este año, a la venerada imagen de Nuestra Señora de Zapopan y lo hacemos con la conciencia de que es una despedida temporal, ya que sabemos que una madre no se olvida de sus hijos por ello estamos alegres y agradecidos, porque volverá nuevamente según el plan de amor de Dios el próximo año.

“No tengamos miedo de quedar en la orfandad, pues siempre nos acompaña. Recordamos aquellas palabras que el Ángel le dirigió: no temas María porque has hallado gracia ante Dios; le hace saber que será la Madre del verdadero Dios por quien se vive y ella se abandona con plena confianza en el plan amoroso de Dios: hágase en mí, según tu Palabra”.

“Hemos venido a dar gracias a Dios y a honrar a la Virgen María, la humilde sierva del Señor, por eso tomamos muy en serio su invitación: hagan lo que mi hijo les diga.

“Honrar a la Virgen María es decidirnos a escucharla, es saber aprender de ella a escuchar la palabra de Dios, a meditarla en nuestros corazones para luego hacerla vida”.

El llamado a la santidad

Mons. Juan Manuel dijo que Dios nos eligió en Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables en el amor. Nos hemos estado preparando con gran entusiasmo para celebrar de la mejor manera los primeros 100 años de la coronación pontificia de Nuestra Señora de la Expectación de Zapopan y los 200 años de su generalato  y no hay mejor manera de hacerlo que decidirnos a ser santos e irreprochables por el amor.

“Coronar a la Santísima Virgen María es reconocer nuestra vocación común a la santidad.  Sin duda alguna, la Santísima Virgen puso en Jesús su hijo toda su confianza, y su esperanza en la vida eterna, también nosotros, en este día, pidamos su intercesión, pongamos toda nuestra confianza y esperanza en la gracia de Dios que nos capacitará para ser santos”.

Añadió que la vocación a la santidad no es fácil ni sencilla pero tampoco es imposible.

“No tengo duda de que este día, 12 de octubre del 2020, en esta Misa de despedida, Nuestra Reina y Madre viene a alentarnos, a acompañarnos en nuestro deseo de escuchar la voz de Dios y de comenzar o continuar el camino de la santidad mediante la vivencia del Evangelio. Recuerden que como dice el Papa Francisco, los santos que han llegado a la presencia de Dios mantienen con nosotros lazos de amor y comunión, podemos decir que estamos rodeados y conducidos por los amigos de Dios; no tengo que llevar yo solo lo que en realidad nunca podría soportar yo solo”, señaló el Obispo Auxiliar de Guadalajara.

“Aprendamos de María Virgen y digamos como ella: yo soy la esclava del Señor, cúmplase en mí lo que me has dicho.

“Hermanos, despedimos hoy a Nuestra Señora de Zapopan, a nuestra Reina y Generala, la Pacificadora, esperando su regreso para el próximo año, con este firme propósito de ser santos, más fraternos y sencillos y según su ejemplo de misionera incansable y aceptando la invitación del Papa Francisco.

“Les invito a que seamos una Iglesia en salida, vayamos como misioneros e instrumentos de paz y misericordia, seamos portadores de la alegría del Evangelio. Que la intercesión de la Virgen de Zapopan avive nuestro compromiso de fe, y como Ella, escuchando y obedeciendo la Palabra de Dios, llevemos a Cristo a todos nuestros hermanos. Así el señor nos lo conceda”.

La imagen de Nuestra Señora de Zapopan partió de la Catedral Metropolitana alrededor de las 7.30 de la mañana.  

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