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Pbro. Alfonso Rocha Torres

La incorporación del teléfono celular en la vida cotidiana ha sido tan fuerte que, hoy por hoy, se presenta casi como un elemento imprescindible. Sin embargo, no todo son ventajas.

Hoy por hoy, uno de los aparatos tecnológicos de mayor uso en el mundo. De hecho, y tal y como indican los últimos datos publicados por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), el número de terminales supera ya el número de habitantes en el mundo –es decir, hay más de siete mil millones de aparatos repartidos por los cinco continentes-.

Y, aunque la penetración no es la misma en todos los países, en el caso de España sí se cumple esta estadística: En abril de 2013 las líneas de telefonía móvil prácticamente alcanzaron los 55 millones de usuarios –lo que significa que hay cerca de 9 millones de líneas más que habitantes-.

En México, la encuesta anual sobre uso de tecnologías de la información que hace el INEGI, destacó que en el año 2018, el 73.5% de la población de seis años o más utilizó el teléfono celular. De éstos, ocho de cada diez usuarios, contaban con un celular inteligente (Smartphone), que les permitía conectarse a Internet. El número total de usuarios que disponen de celular inteligente (Smartphone) creció de 64.7 millones de personas en 2017 a 69.6 millones en 2018. Además, en 2018,

aumentaron los usuarios que se conectaron a internet desde un celular inteligente (Smartphone), pasando del 92.0% en 2017 a 93.4% en 2018; con una diferencia de 5.5 millones de personas. La conexión móvil a internet (conexión de datos) es la más utilizada por el 89.0% de los usuarios, mientras que el restante 11.0% se conecta a internet desde un celular inteligente (Smartphone) mediante WiFi. De los usuarios de celular inteligente (Smartphone), 45.5 millones instalaron aplicaciones en sus teléfonos: 89.5% de mensajería instantánea, 81.2% herramientas para acceso a redes sociales, 71.9% aplicaciones de contenidos de audio y video, y 18.1% alguna aplicación para acceder a banca móvil.

Conociendo estas cifras no es descabellado pensar que haya un notable número de personas que puedan llegar a considerarse auténticos adictos al móvil. Y, sin menospreciar esta patología a edades más adultas, uno de los problemas más graves a los que se están teniendo que enfrentar tanto las familias como los psicólogos es a tratar la nomofobia entre los jóvenes de 18 a 35 años. 

Se trata de la vivencia de un miedo irracional a estar sin móvil, a estar sin saldo o cobertura, a quedarse sin batería o, incluso, a salir de casa sin él y, según diversos estudios, el 77% de los jóvenes de entre 18 y 24 años y el 68% de los que tienen edades comprendidas entre los 25 y los 34 años, padece esta patología.

Al parecer, el perfil de quienes enfrentan a esta patalogía está bastante definido, ya que se trata de personas normalmente introvertidas, con baja autoestima y que presentan notables carencias a la hora de relacionarse con sus semejantes, por lo que prefieren comunicarse a través del teléfono móvil y ocupar su tiempo de ocio de esta forma.

Además, y tal y como indican diversos expertos, el hecho de disponer de un teléfono con la última tecnología y poseer conocimientos sobre él, les ayuda a creer que poseen un estatus superior tomando como referencia, por ejemplo, su actividad en los chats o las redes sociales.

Síntomas de nomofobia

Así, y con el objetivo de detectar la nomofobia lo antes posible y comenzar el tratamiento correspondiente, los psicoterapeutas destacan la importancia de detectar los síntomas más evidentes:

  • El joven se enfada en el momento en el que se le llama la atención o se le restringe el uso del móvil –aunque sea en situaciones en la que sea completamente coherente hacerlo-.
  • Es necesario repetirle constantemente las frases o indicaciones, incluso las que se le dan directamente, porque no presta atención a lo que se le dice, sino sólo a lo que le llega a través del teléfono.
  • Se observa un uso abusivo, por ejemplo, en sitios públicos donde, aun cuando se está acompañado de más gente, no se levanta la cabeza de la pantalla cuando se va andando por la calle o no se encuentran alternativas válidas para cubrir el tiempo de ocio.
  • De la misma forma, especifican que los padres y demás adultos de su entorno desempeñan un papel fundamental ya que los adolescentes y jóvenes son grandes imitadores del comportamiento.

Consejos para desconectar  

Por ello, recomiendan, entre otras actitudes, establecer una especie de hoja de ruta en la que se especifiquen claramente las situaciones en las que el uso del móvil debe estar completamente prohibido –por ejemplo, en comidas, cenas o cuando se realicen actividades con otras personas, o mantenerlo apagado por las noches-, pero también aquellas en las que sí puede contemplarse cierta flexibilidad en su empleo.

También puede configurar las notificaciones para que no invadan tu privacidad.

¿Te consideras adicto al móvil? Compruébalo en este test:

www.mundopsicologos.com/articulos/nomofobia-la-ansiedad-al-separarse-del-movil

COMENTARIOS:                vivirenlapantalla@gmail.com

PARA SABER MÁS:                       www.mundosicologos.com

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