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Lupita Venegas, Psicóloga

Querida Lupita:

Soy abuela de dos pequeñitos de 5 y 8 años. Veo con preocupación que ellos están mucho tiempo en sus pantallas, igual que sus papás. Parece que eso es lo normal en estos tiempos pero, ¿es correcto?

Guadalupe C.

Hermana mía, Lupita:

Hay estudios serios publicados en revistas científicas, que afirman que el uso excesivo de pantallas en los niños puede traer problemas cognitivos: bajos niveles de concentración, disminución de la memoria, en algunas ocasiones y con otros factores involucrados, podrían desencadenar algún tipo de epilepsia. 

Cuando los niños pasan demasiado tiempo en las pantallas, se comportan irritables, molestos y aislados. Habrá sedentarismo y alteraciones del sueño  que en definitiva no aportan a su sano desarrollo integral.

El profesor Armayones, investigador del eHealth Center, en su libro: “El efecto smartphone”, sugiere 5 recomendaciones para minimizar los efectos negativos del abuso en el consumo de estas tecnologías:

1.- Establece normas claras. En una plática formal, al entregar a tu hijo un smartphone, debes decir cuál es el objetivo y háblale de que se usará en tiempos limitados debido a que el exceso de consumo tiene consecuencias graves para su salud. Los expertos recomiendan máximo 30 minutos al día para niños de 3 a 5 años. Una hora para 6 a 12 años y dos horas máximo para mayores de 13 años.

2.- Negocia sin miedo. Respeten el tiempo pactado y el hecho de que la autoridad la tienen los padres. La buena conducta permitirá extender un poco el tiempo, los problemas conductuales serán señal de la necesidad de restringirlo.

3.- Ofrece alternativas. Los niños que disfrutan de la naturaleza (playa, bosque, parque…) no piden celular.  Compartir y convivir con ellos es vital. Ellos se aburren en conversaciones de adultos y es justo cuando entran al mundo digital, a veces para quedarse ahí. Tomemos precauciones.

4.- Da ejemplo. Ya sabemos que los niños no escuchan lo que les dices porque tus acciones hablan más fuerte que tus palabras. Baja tu propio consumo de pantallas.

5.- Sin contraseñas. Los padres deben supervisar la actividad de su hijo en ellas. Hay muchos riesgos y es mejor privilegiar la seguridad que la privacidad. 

Es práctico y cómodo dejar que los niños se entretengan con dispositivos electrónicos, pero sabemos que cuando debemos elegir entre lo fácil y lo difícil, conviene siempre ir por aquello que aunque cuesta más, tiene mejores resultados.

Lupita Venegas/Psicóloga

Facebook: lupitavenegasoficial

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