upc4

PBRO. EDUARDO MICHEL FLORES

En una ocasión vino un joven y me preguntó: “Padre, ¿Cómo puedo saber cuándo un pecado es mortal o venial?”, entonces yo le respondí: “¿Por qué me preguntas eso?”, él me dijo: “Porque el otro día acudí a la Misa de difunto de mi abuelo y el sacerdote, antes de la comunión, dijo que solo se acercaran a comulgar quienes estuvieran preparados, yo

quería comulgar como una forma de mostrar mi cercanía a mi abuelo, pero mi mamá me dijo que si tenía algún pecado mortal que no me acercara a la comunión, yo le pregunté que cuáles eran los pecados mortales y ella me dijo que se lo preguntara a un sacerdote, por eso vine”.

Entonces yo le dije: “El pecado es una transgresión a la Ley de Dios, que puede ser mortal o venial, es mortal si reúne tres condiciones, es decir, que se haga con pleno conocimiento de que es un pecado mortal; que se haga con pleno consentimiento, o sea que aun sabiendo que es un pecado mortal se haga consintiendo plena y libremente en el pecado; y que se haga sobre materia grave, o sea que la acción implique una violación grave a la ley moral establecida por Dios, por ejemplo: asesinato, adulterio, robo grave, blasfemia grave, etc. El pecado es venial si es una transgresión de la Ley de Dios que no cumple con una o varias de las condiciones necesarias para ser considerado mortal, por ejemplo: una mentira blanca o una falta menor contra la caridad. No te acerques nunca a recibir la comunión en pecado mortal, solo para mostrar cercanía, eso es un sacrilegio”, entonces él me dijo: “Padre, ya entendí, le agradezco la aclaración”.

La enseñanza de la Iglesia distingue entre dos tipos principales de pecados: pecados mortales y pecados veniales. Un pecado mortal es una transgresión grave y deliberada de la ley de Dios que causa una pérdida total de la gracia divina. Para que un pecado se considere mortal, deben cumplirse tres condiciones: Materia grave: El pecado debe implicar una acción grave que viole la ley moral establecida por Dios. Pleno conocimiento: La persona que comete el pecado debe ser consciente de que el acto es gravemente incorrecto y contrario a la voluntad de Dios. Pleno consentimiento: A pesar de tener el conocimiento, la persona debe dar su consentimiento pleno y libre para cometer el pecado. Si estas tres condiciones se cumplen, se considera que la persona ha cometido un pecado mortal.

Si una persona muere en estado de pecado mortal sin haberse arrepentido y buscado la reconciliación con Dios, mediante el sacramento de la confesión, se cree que su alma queda separada de la gracia divina y corre el riesgo de condenación eterna.
Un pecado venial es una transgresión de la ley de Dios que no cumple con una o varias de las condiciones necesarias para ser considerado mortal. Los pecados veniales son menos graves y no causan una separación total de la gracia divina. Sin embargo, aunque no rompen completamente la relación con Dios, sí debilitan la unión del individuo con Dios y con la Iglesia. Los pecados mortales se consideran más graves y requieren el arrepentimiento sincero y la confesión sacramental para obtener el perdón, mientras que los pecados veniales pueden ser perdonados a través de la oración, la participación en la Eucaristía y otros actos de piedad.

La Iglesia nos invita a confesar también los pecados veniales, porque si los hacemos repetidamente pueden llevarnos a cometer un pecado mortal si no nos arrepentimos a tiempo y los confesamos.

Si Dios lo permite,
nos leemos la próxima semana.

@arquimedios_gdl

TE INVITAMOS A FORMAR PARTE DE LOS

Comunicadores Parroquiales

Los cuales promueven la Pastoral de la Comunicación en sus Parroquias

Dirección

"En la Iglesia tenemos urgente necesidad de una comunicación que inflame los corazones, sea bálsamo en las heridas e ilumine el camino de nuestros hermanos y hermanas"

Papa Francisco

Copyright @2023 – Todos los Derechos Reservados.