P. EDUARDO MICHEL FLORES
Hace algún tiempo vino una señora joven y me preguntó: “Padre,
¿es pecado tomar dinero de la cartera del esposo?”.
Yo le respondí: “¿Por qué me pregunta eso?, ¿usted lo ha hecho?”. Entonces,
ella me respondió: “Efectivamente, Padre, yo lo he hecho, mi esposo y yo tenemos varios años de casados, pero él es demasiado fijado en el dinero, a tal punto que cada semana yo tengo que pedirle para el gasto de la casa, como si la casa fuera solo mía, y para cada gasto extra es toda una odisea que me dé lo necesario; la verdad es que me siento muy humillada
por tener que pedirle a mi esposo hasta para el gasto más insignificante”.
Le pregunté: “Pero, ¿ha platicado de esto con su esposo?, ¿le ha expresado su molestia e inconformidad?”.
Ella me dijo: “Así es, Padre, lo hemos platicado un par de veces, pero él no lo reconoce, y finalmente dice que va a estar más atento de su conducta y que va a practicar más el desprendimiento, pero después de unos días todo sigue igual o peor. Por ejemplo, siempre que me da dinero para el gasto semanal me dice que pida notas de todos los gastos que haga y se los enseñé; eso me molesta mucho, me enoja y me entristece, por eso ha habido varios momentos en que, como él es muy descuidado y deja su cartera en la casa donde quiera, yo le he llegado a tomar dinero, para no tener que pedirle.

Una tía me dijo que tomarle dinero a mi esposo sin pedírselo era pecado,
pero una amiga me dijo que no cometía pecado; estas respuestas contrarias
me sembraron la duda, por eso he querido venir a preguntarle”.
COMUNICACIÓN ENTRE ESPOSOS
Yo le respondí: “Mire, siempre será mejor que haya muy buena comunicación entre los esposos, y que cuando la esposa necesite dinero para algún gasto de la casa o de ella misma, se lo pueda pedir con toda confianza a su marido.
Lo mejor es que platiquen y se pongan de acuerdo sobre un fondo con un mínimo indispensable, que podría tener la esposa para gastos imprevistos”.
Me interrumpió y dijo: “Padre, de eso ya hemos platicado mi esposo y yo,
pero parece que él no lo entiende, porque las cosas siguen igual o peor, por
eso veo que la mejor opción es tomarle de su cartera sin que se dé cuenta,
al cabo lo empleo en cosas de la casa, pero no sé si hago mal por tomarle dinero sin su consentimiento”.
Le dije: “Mire, aunque lo deseable es que la esposa nunca tuviera que
tomar dinero a escondidas de su esposo, si no le queda otro recurso
para tener para la comida y otros gastos de la casa, incluso de ella,
puede hacerlo sin cometer pecado, porque el dinero del esposo
es también de la esposa; además, el que hace el compromiso de ser
el sostén económico de la familia cuando se casan es él y no ella”.
ACUERDO DESDE NOVIOS
Cuando los novios se casan ya deberían haber tratado el asunto del dinero y de cómo van a manejarlo. El dinero del esposo es también de la esposa, pues por eso son familia y comparten todo. Los novios, antes de casarse, deben definir si van a trabajar los dos o solo uno, y en tal caso, el cónyuge que trabaje debe ser consciente de su deber de sostener el hogar, incluido su propio cónyuge; lo fundamental es que haya muy buena comunicación en el matrimonio, así se evitarán muchos problemas.
Un acuerdo mutuo previo siempre será lo indicado.
Que Dios los bendiga, nos leemos la próxima semana.