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Una vez, una joven que tenía poco tiempo de casada me preguntó: “Padre, ¿es válido mi matrimonio,
aunque me haya casado en pecado?”, yo le respondí: “¿Cómo es eso? Por favor, explíquemelo detalladamente”.
Entonces, ella me dijo: “Es que yo me casé hace unos meses, y los días anteriores a mi boda estuve muy ocupada, entre los últimos preparativos de la boda, de la Misa y de la fiesta; ultimar la lista de invitados; prever mi vestido de bodas; atender a los invitados, que comenzaron a llegar de fuera desde varios
días antes, etc., la verdad no tuve tiempo para confesarme antes de mi boda, y así me casé.
“No creí que fuera tan grave, pero como tenía la duda, el otro día se lo conté a mi mejor amiga y me dijo que eso era algo muy grave que, tal vez, debido a eso ni siquiera era válido mi matrimonio.
Cuando me dijo eso me entró mucho miedo, porque yo quiero mucho a mi esposo y no quiero perderlo, por eso quise venir a aclarar mi duda”.

SACRILEGIO O ESTADO DE GRACIA
Entonces, yo le dije: “Mire, su matrimonio es válido, porque lo que hace válido el Matrimonio es el consentimiento y no el estado de gracia (haber estado en gracia hubiera sido lo mejor); en su caso, más bien, lo que se debería cuestionar es si comulgó en la Misa con conciencia de pecado grave. Si lo hizo, entonces cometió un sacrilegio, es decir, un pecado grave contra la santidad del sacramento
de la Eucaristía, pero si respecto a su matrimonio, su consentimiento fue libre y aceptó lo que la Iglesia celebra y profesa del sacramento, aceptó a su esposo para formar con él una comunidad de vida y amor, entonces su matrimonio fue válido”. Ella me dijo: “Efectivamente, Padre, mi consentimiento fue libre y el de él también, aunque me doy cuenta que cometí un pecado grave por no confesarme para mi boda”. Yo le respondí: “Entonces, su matrimonio fue válido, aun cuando no se confesó”.

Cada sacramento tiene algo esencial que lo realiza, algo constitutivo. Así como en el Bautismo su forma esencial es el momento en el que se derrama el agua sobre el bautizado; o en el sacramento de la Unción de Enfermos es la unción con el óleo haciendo la señal de la cruz; en el Sacramento de la Eucaristía
está en el pan y el vino sobre los que se pronuncia la bendición y las palabras consagratorias de Jesucristo. En el sacramento del Matrimonio está en la manifestación de la voluntad de contraer
matrimonio.

EL MATRIMONIO LO PRODUCE EL CONSENTIMIENTO
El Código de Derecho Canónico, en el canon 1057 dice al respecto: “El matrimonio lo produce el consentimiento entre las personas jurídicamente hábiles, consentimiento que ningún poder humano
puede suplir. El consentimiento matrimonial es el acto de la voluntad por el cual el varón y la mujer se entregan mutuamente para vivir el matrimonio”.

En el ritual del matrimonio hay un interrogatorio que debe hacerse en la celebración, y en el cual se pregunta por la libertad de los que se acercan a recibir el sacramento: “¿Han venido aquí, a contraer matrimonio libre y voluntariamente, sin que nada ni nadie los presione?” y, si su respuesta es afirmativa, después se les pide que ellos mismos manifiesten ese consentimiento ante Dios y ante la Iglesia.

En el ritual del matrimonio hay varias fórmulas de consentimiento, pero la más usada es esta: “Yo… te acepto a ti… como mi esposa, y prometo serte fi el en las alegrías en las penas, en la salud y en la enfermedad, y amarte y respetarte todos los días de mi vida”. Es cierto que las fórmulas para expresar el consentimiento son varias y distintas, no como en el Sacramento de la Eucaristía, donde solo hay una única fórmula de consagración y no se puede cambiar; pero, al fin, en todas las fórmulas lo fundamental
es dar el consentimiento libre y voluntario, que es la esencia del sacramento del Matrimonio. Tal es así que si falta el consentimiento y la libertad no hay matrimonio. De hecho, la Iglesia no reconoce como
válido el que dos padres pacten el matrimonio de sus hijos, sin que esté fundamentado en el consentimiento libre y voluntario de los hijos que se van a casar.

Dios los bendiga. Nos leemos la próxima semana.

@arquimedios_gdl

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