upc4

Lupita Venegas, Psicóloga

Querida Lupita:

He sido siempre muy autosuficiente y segura de mi misma. Me separé hace algunos años porque mi esposo se quedó estancado y por más que le decía lo que debía hacer,  nunca me escuchó. He salido adelante con mis hijos pues en verdad no se me atora nada. Pero últimamente me siento pesimista, me enojo conmigo misma cuando me equivoco, algunas cosas que he hecho me decepcionan, siento desaliento y no sé cómo levantarme de nuevo.

Hilda M.

Hermana mía, Hilda:

Una primera mirada a tu carta me podría hacer pensar en que estás con pensamientos depresivos después de una pérdida no deseada pero procurada.  Querías que tu esposo fuera diferente pero al no conseguir sus cambios, decidiste terminar la relación.  Es decir, no querías que se fuera, sino que fuera diferente.

A veces estamos tan obsesionados con lo que no nos gusta de otros, que nos olvidamos de usar nuestro tiempo para el auto análisis y la auto superación.  Si pretendemos que los demás cambien para estar contentos, vamos por mal rumbo a nuestro objetivo.

El mejor camino será el de gestionar nuestro cambio personal, ¡esto sí mejora al mundo!

La mayoría de las veces, el desaliento y la depresión hunden sus raíces en la soberbia.

Algunas manifestaciones de ella son: autosuficiencia, tener una actitud despreciativa hacia los demás, hablar para quedar bien incluso a costa de la verdad, desaliento y desánimo ante los propios errores, terquedad, querer imponer el propio juicio; también puede llevar a la timidez e inseguridad ya que se tiene miedo a fallar.

Para cortar esta raíz, conviene cultivar una sana auto crítica. Comprender que todos somos hechura de Dios y tenemos cualidades y defectos; estamos llamados a hacer vida los valores que nos dignifican: ser bondadosos en el trato hacia los demás, ser flexibles y sencillos, ver con buenos ojos a quienes viven con nosotros, reconocer sus éxitos y celebrarlos, aceptar humildemente las propias limitaciones, tomar una actitud de crecimiento personal y optimismo poniendo nuestra confianza en Dios.

Es en humildad que podemos levantarnos cuando hemos caído. Ora con estas palabras del Padre Tardiff: Señor, ¡Dame un corazón nuevo!, haz brotar en mí los frutos de tu presencia, dame el fruto de tu Espíritu que es paz, alegría, amor, perdón.

Lupita Venegas/ Psicóloga

Facebook: lupitavenegasoficial

@arquimedios_gdl

TE INVITAMOS A FORMAR PARTE DE LOS

Comunicadores Parroquiales

Los cuales promueven la Pastoral de la Comunicación en sus Parroquias

Dirección

"En la Iglesia tenemos urgente necesidad de una comunicación que inflame los corazones, sea bálsamo en las heridas e ilumine el camino de nuestros hermanos y hermanas"

Papa Francisco

Copyright @2023 – Todos los Derechos Reservados.