Pbro. J. Jesús Suárez Arellano
I DOMINGO DE CUARESMA, 01 de marzo de 2020.
Saludo:
(Ver Segunda Lectura)
Estamos reunidos en el nombre de Jesús.
Él nos trajo vida en vez de muerte; con su obediencia compensó por nuestra desobediencia.
Que su gracia y su paz estén siempre con ustedes. R/ Amén.
Introducción por el Celebrante:
(Dos Opciones)
1. “Serviré”
Cuando nos miramos con seriedad a nosotros mismos, nos percatamos de que hay cosas que nos impiden ser lo que desearíamos ser, como personas y como cristianos. Tenemos la impresión de que no somos libres para ser auténticamente nosotros mismos… Al principio de su misión Jesús se miró a sí mismo y vio las tentaciones que le impedirían llevar a cabo su misión… La Cuaresma es para nosotros el tiempo propicio para mirar dentro de nosotros mismos y para ver qué es lo que nos impide ser verdaderamente libres para servir y amar a Dios y a los hermanos según es debido. Acompañemos a Jesús al desierto, miremos a lo hondo de nuestro corazón, y con Jesús rechacemos lo que nos atenaza, lo que nos mantiene tibios e indiferentes, para que con él y como él podamos servir…
2. Cuarenta Días para la Pascua
En este Primer Domingo de Cuaresma acabamos justamente de comenzar nuestra caminata de cuarenta días hacia la Pascua. Nosotros somos el pueblo de los cuarenta: El pueblo judío en el Antiguo Testamento necesitó cuarenta años a través del desierto, a través de sus pruebas y errores, para crecer como Pueblo de Dios preparado para la Tierra Prometida. Jesús pasó cuarenta días en el desierto ayunando y orando para prepararse para su gran opción: aceptar ser el tipo de Mesías que Dios Padre quería para él. También nosotros tenemos hoy cuarenta días por delante para volver a examinarnos ante Dios si queremos ser y si somos el tipo de cristianos que Dios quiere que seamos.
Miramos con admiración a Jesús ahora aquí presente entre nosotros para ver si con Él y con su poder estamos dispuestos a rechazar las tentaciones que intentan desviarnos de la tarea y misión que Dios nos ha dado.
Acto Penitencial:
¿Qué es lo que nos impide seguir más radicalmente a Jesús en el camino hacia Dios y hacia los hermanos? Examinémonos ante el Señor. (Pausa)
– Señor Jesús, Tú rehusaste servirte a ti mismo, ya que elegiste más bien servir al Padre y a la felicidad de los hombres. R/ Señor, ten piedad.
– Cristo Jesús, tú rehusaste impresionar a la gente con acciones espectaculares; por el contrario elegiste el camino humillante de la cruz. R/ Cristo, ten piedad.
– Señor Jesús, tú rechazaste el poder y la riqueza; por el contrario, hiciste del amor y la fe en los pobres el fundamento del reino de Dios entre nosotros. R/ Señor, ten piedad.
Ten misericordia de nosotros, Señor, perdona nuestros pecados. Danos la gracia de rechazar, contigo y como tú, todas las tentaciones; y llévanos a la vida eterna. R/ Amén.
LECTURAS:
Génesis 2, 7-9; 3, 1-7: En una antigua historia de carácter simbólico, el escritor sagrado dice que los hombres han sufrido siempre la tentación de querer ser como dioses, dueños absolutos de su propia vida y felicidad… Ésta sigue siendo la tremenda tentación del ser humano…
Salmo 50: Este salmo penitencial, atribuido a David que, lleno de confianza en la bondad/compasión/misericordia de Dios, reconoce y confiesa su pecado, también le pide ayuda para convertirse y vivir alabándolo alegremente…
Romanos 5, 12-19: Adán, representando a toda la humanidad, echó a perder la buena y recta relación con Dios, con otros seres humanos, con la naturaleza y consigo mismo… El Hijo de Dios, Jesucristo, vino a restaurar, por su obediencia a Dios, esta relación…
Mateo 4, 1-11: Jesús venció las tentaciones que se nos presentan a todos: caer en el encanto del placer sensible, de la vanagloria y del poder… Quien vence la tentación se capacita para servir…
Oración de los Fieles:
Oremos juntos al Señor con todos los cristianos que se esfuerzan como nosotros durante esta Cuaresma en ser libres para Dios y unos para otros, y digámosle: R/ Señor, por tu amor, sálvanos.
1. Por la Iglesia que amamos, para que nosotros sus miembros crezcamos juntos por el camino del servicio y del amor, roguemos al Señor: R/ Señor, por tu amor, sálvanos.
2. Por los que dudan cuando son tentados, por los atraídos por la violencia, por los atrapados en las cadenas del mal, roguemos al Señor: R/ Señor, por tu amor, sálvanos.
3. Por los que abusan de su poder, por los que rechazan a Dios, por los que rehúsan servir, roguemos al Señor: R/ Señor, por tu amor, sálvanos.
4. Por los hambrientos, por los perseguidos, por las víctimas de la violencia, roguemos al Señor: R/ Señor, por tu amor, sálvanos.
5. Por los que dudan, por los desesperados, por los que son infieles, roguemos al Señor. R/ Señor, por tu amor, sálvanos.
6. Por las comunidades carentes de amor, por los que no pueden perdonar, por los endurecidos en odio y en rencor, roguemos al Señor: R/ Señor, por tu amor, sálvanos.
Oh Dios y Padre nuestro: Te hemos pedido por tantos y tantos. Pero nos incluimos también a nosotros mismos, pues somos débiles y falibles. Tócanos con tu amor y conviértenos a todos, por medio de Jesucristo nuestro Señor.
Introducción al Padrenuestro:
Con Jesús nuestro Señor pidamos a nuestro Padre del cielo que podamos resistir todas las tentaciones. R/ Padre nuestro…
Invitación a la Comunión:
Éste es Jesucristo, el Cordero de Dios, que venció todas nuestras tentaciones para traernos justicia y vida.
Dichosos nosotros invitados a tomar parte en este banquete de salvación. R/ Señor, no soy digno…
Bendición:
Hermanos: En esta Eucaristía hemos mirado con admiración a Jesús y hemos visto cómo sufrió las tentaciones y cómo las venció.
Hemos mirado a Jesús, y en él reconocemos lo más íntimo de nosotros mismos.
Él es el tipo de persona que nosotros, cada uno a nuestra manera peculiar, debemos intentar llegar a ser…
Durante nuestros cuarenta días de Cuaresma sigamos mirándole e intentando asemejarnos a él.
Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y los acompañe siempre. R/ Amén.