IV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Pbro. J. Jesús Suárez Arellano
IDEAS PARA EL CELEBRANTE
El mensaje de hoy, las Bienaventuranzas, es quizás la página más desconcertante, provocativa y desafiante del Evangelio de Jesucristo; es justamente el corazón de este. Por un lado, se dice que los ricos, los soberbios, los poderosos se sienten autosatisfechos: tienen lo que quieren. Pero, se encuentran peligrosamente encerrados en sí mismos y en todo lo que tienen. Por otro lado, se alaba a los pobres y a los que sufren, no porque posean poco o nada, o porque sean perseguidos, sino porque pueden ser conscientes de que no tienen nada más que a sí mismos para dar, y por eso esperan, confiando totalmente, en Dios y en los hermanos… Contémonos entre esos felices y dichosos…
SALUDO
Dios ha escogido lo que es débil y ha hecho que Jesucristo sea para nosotros nuestra sabiduría y nuestra virtud, nuestra santidad y nuestra libertad.
El Señor Jesús esté siempre con ustedes. R/ Y con tu espíritu.
ACTO PENITENCIAL
En silencio, con sinceridad, pidamos perdón al Señor porque somos todavía tan diferentes de él. (Pausa)
• Señor Jesús, enséñanos a ser como tú que eras pobre, pero feliz. R/ Señor, ten piedad.
• Cristo Jesús, enséñanos a ser como tú que eras humilde y amable. R/ Cristo, ten piedad.
• Señor Jesús, enséñanos a ser como tú que fuiste perseguido, y aun así te mantuviste sereno. R/ Señor, ten piedad.
Sé bondadoso y compasivo para con nosotros, tu pueblo pecador. Haznos felices con tu perdón y llévanos a la vida eterna. R/ Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios, Padre bondadoso, ayúdanos a comprender la clase de felicidad que nos ofreces por medio de tu Hijo Jesús.
Danos la gracia de compartir nuestra pobreza, a donarnos a nosotros mismos, cólmanos de tu amor y haz que nos interesemos auténticamente por el bien de nuestros hermanos.
Concédenos que no juzguemos ni condenemos, ayúdanos a perdonar y a amar sin exigir retribución.
Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. R/ Amén.
LECTURAS
Sofonías 2, 3; 3, 12-13: El profeta Sofonías promete a sus contemporáneos que, en el día del juicio, se salvarán si son humildes y pobres, si son sinceros, si respetan a sus prójimos y si se refugian confiadamente en Dios…
Salmo 145: El salmista enumera una serie de actitudes y comportamientos de Dios: es fiel, hace justicia a los oprimidos, sacia a los hambrientos, liberta a los cautivos, hace ver a los ciegos, sostiene a los débiles, ama a los justos, guarda a los peregrinos, sustenta a los huérfanos y viudas… y trastorna el camino de los malvados…
1 Corintios 1,26-31: La mayoría de los cristianos de Corinto son pobres, débiles e incultos… El Señor los ha escogido para humillar a los sabios y poderosos y para que nadie caiga en la vanagloria… Sólo Jesús es sabiduría, justicia, santificación y redención… Sólo en Él podemos gloriarnos…
Mateo 5, 1-12: Jesús, desde el monte, enseña los principios que producen la auténtica felicidad… Sus planteamientos van en contra de lo que el mundo promueve… ¿Le creemos?
Oración de los Fieles
Celebrante: Oremos a nuestro Padre del cielo para que seamos contados entre los pobres y humildes que esperan todo de Él. Y digámosle: R/ “Llena nuestros corazones con tu amor”.
1. Por los que desean encontrar a Dios, para que atinen a descubrirlo. Por los que piensan que ya poseen a Dios, para que lo busquen más sinceramente. Roguemos al Señor: R/ Llena nuestros corazones con tu amor.
2. Por los que tienen miedo al futuro, para que encuentren paz y confianza. Por los que han fallado en el pasado, para que se les den nuevas oportunidades. Roguemos al Señor: R/ Llena nuestros corazones con tu amor.
3. Por los que dudan, para que no se desesperen. Por los perdidos y abandonados en el camino en la vida, para que encuentren un hogar. Por los que viven en soledad, para que encuentren alguien que les cuide con cariño. Roguemos al Señor: R/ Llena nuestros corazones con tu amor.
4. Por los que viven ocupados y acelerados, para que puedan hacer una pausa en su vida y para que estén disponibles para sus hermanos. Por los que tienen tiempo de sobra, para que lo utilicen para la entrega y el servicio. Roguemos al Señor: R/ Llena nuestros corazones con tu amor.
5. Por los que sufren de cualquier clase de hambre, para que se sientan satisfechos. Por los que están satisfechos, para que aprendan lo que es tener hambre. Roguemos al Señor: R/ Llena nuestros corazones con tu amor.
6. Por los ricos y pudientes, para que no se vuelvan soberbios. Por los encumbrados y poderosos, para que tomen conciencia de lo vulnerables que son. Roguemos al Señor: R/ Llena nuestros corazones con tu amor.
Celebrante: Señor y Dios nuestro, de quien procede todo lo bueno, te pedimos hoy por todos los que viven entre el temor y la esperanza, y también por nosotros. Líbranos de la ansiedad y de una falsa seguridad y otórganos todo lo bello, justo y bueno, por Jesucristo nuestro Señor.
INVITACIÓN A RECITAR EL PADRENUESTRO
Conscientes de que dependemos de Dios, recitemos juntos la oración confiada que nos enseñó su propio Hijo Jesús. R/ Padre nuestro…
INVITACIÓN A LA COMUNIÓN
Éste es Jesús, el Señor, que nació en suma pobreza, y que no tenía almohada donde reclinar su cabeza, así, siendo pobre, pudo donarse y hacerse alimento para nuestra vida.
Dichosos nosotros por recibir la riqueza de su doctrina y de su ejemplo que nos alimenta para trabajar en su Reino. R/ Señor, no soy digno…
ACCIÓN DE GRACIAS EN EL SILENCIO DESPUÉS DE COMULGAR
(Puede leerse despacio… haciendo breves pausas después de cada párrafo).
Te damos gracias, Señor Dios de las bienaventuranzas,
por los que se han hecho pobres para enriquecer a otros,
cuya casa es siempre un lugar de acogida,
incluso para extraños y extranjeros.
Te damos gracias, Señor Dios de las bienaventuranzas,
por los que saben escuchar las miserias de otros,
que curan heridas haciendo el dolor más soportable;
por los que saben consolar a sus hermanos afligidos.
Te damos gracias, Señor Dios de las bienaventuranzas,
por los que siembran tranquilidad y paz,
por los que están atentos a los pequeños detalles,
y por los que se alegran cuando a otros les va bien.
Te damos gracias, Señor Dios de las bienaventuranzas,
por los que tienen hambre de justicia,
que anhelan ver libres de ataduras a todas las personas,
y que sufren cuando se cometen injusticias contra sus prójimos.
Te damos gracias, Señor Dios de las bienaventuranzas,
por los que saben juzgar a los otros con delicadeza,
que veneran el misterio de la vida,
y que abren su corazón al perdón y a la reconciliación.
Te damos gracias, Señor Dios de las bienaventuranzas,
por los que tienen intenciones francas y honestas,
cuyas palabras son sinceras,
y por los que son leales con sus hermanos.
Te damos gracias, Señor Dios de las bienaventuranzas,
por los que crean los senderos que conducen a la paz,
por los que transforman sus espadas en instrumentos de reconciliación,
y por los que se esfuerzan por hacer su fe más creíble entregándose a los demás.
Te damos gracias, Señor Dios de las bienaventuranzas,
por todos los que se sienten felices,
cuya alegría y sentido del humor lleva sonrisas a quienes los rodean,
y cuyo estilo de vida liberador es un rayo refrescante de esperanza para todos los que sufren. R/ Amén.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios y Padre nuestro, tú prefieres a los pobres y humildes de este mundo y les das a Jesús, tu Hijo, como su compañero en la vida.
Deseamos hacer el mismo camino de Jesús hacia los débiles y las víctimas de nuestra soberbia y de nuestra hambre de poder.
Haznos tu pueblo verdaderamente feliz, cuyo amor y sentido del humor provoque alegría en los ojos tristes y dé calor de esperanza a los corazones endurecidos por el dolor y el sufrimiento.
Y que en este proceso podamos experimentar la cercanía de tu Hijo ahora y por los siglos de los siglos. R/ Amén.
DESPEDIDA Y BENDICIÓN
Hermanos: Felices y dichosos nosotros si vivimos el mensaje de alegría de Cristo como personas conscientes de la pobreza de nuestros corazones y de la insuficiencia de nuestros propios recursos.
Bienaventurados nosotros si podemos entregarnos confiadamente en las manos de Dios.
Bienaventurados nosotros cuando Dios nos bendice.
Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y los acompañe siempre. R/ Amén.