VI DOMINGO DEL TIEMPO PASCUAL
Pbro. J. Jesús Suárez Arellano
IDEAS PARA EL CELEBRANTE
Somos cristianos, es decir, seguimos a Cristo. ¿Qué es lo que nos da la seguridad de que realmente lo amamos? Jesús nos dice hoy: “Si me aman, guardarán mis mandamientos”. Y sabemos muy bien que su mandamiento es: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y a tu prójimo como a ti mismo”.
Hoy Jesús nos promete el Espíritu Santo, que nos hará comprender lo que tenemos que hacer para amar a Dios y a nuestro prójimo y que nos dará la fuerza para hacerlo.
Cuando un padre ejemplar de una familia fallece, es de gran consuelo para su esposa, familiares y amigos que sus ideales y estilo de vida permanezcan vivos en sus hijos; se dice que “el sigue inspirándolos…” Jesús no está muerto, pues, aunque murió, resucitó a una nueva vida, aunque ya no esté físicamente entre nosotros… Además, su Espíritu está todavía con nosotros, como un aliento, como el viento o incluso como una tormenta. Donde él sopla, lo sentimos sin verlo. Él toca nuestros corazones y nos empuja hacia este mundo frío, para renovarnos a nosotros, a nuestra Iglesia y a nuestro mundo por medio de nuestras manos y corazones…
SALUDO
“No los dejaré huérfanos – dice Jesús – pues mi Padre les dará el Espíritu de la verdad”.
El Espíritu de nuestro Señor Jesús esté siempre con ustedes. R/ Y con tu espíritu.
ACTO PENITENCIAL
Reconozcamos que aún estamos lejos de amar a Dios con todo nuestro corazón y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Por eso y más, le pedimos al Señor que nos perdone. (Pausa)
• Señor Jesús, cuando realmente te amemos, escucharemos al Espíritu que nos dirá cómo amar y servir a Dios. R/ Señor, ten piedad.
• Cristo Jesús, cuando realmente te amemos, dejaremos que el Espíritu nos guíe para idear nuevas formas de amar a los que nos rodean más eficazmente. R/ Cristo, ten piedad.
• Señor Jesús, cuando realmente te amemos, dejaremos que el Espíritu nos inspire para asemejarnos más a ti: R/ Señor, te piedad.
Ten misericordia de nosotros, Señor, y perdona nuestros pecados. Derrama tu Espíritu de luz sobre nosotros y llévanos a la vida eterna. R/ Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Tu Hijo nos prometió que no nos dejaría huérfanos.
Danos el Espíritu de la Verdad, para que esté con nosotros y viva en nosotros y así sepamos a dónde nos encaminamos;
y para que sigamos a Jesucristo en el camino que conduce a ti y a los hermanos.
Que este Espíritu encienda en nosotros el amor de Jesús, para que hagamos visible y tangible a todos la Buena Noticia de su amor.
Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. R/ Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA
Hechos 8, 5-8. 14-17: La fe en Cristo va extendiéndose, el diácono Felipe ha evangelizado Samaria y los apóstoles Pedro y Juan van a confirmar la comunidad y a conferirles e Espíritu Santo.
Salmo 65: Alabemos al Señor por las obras admirables que ha hecho a favor de los seres humanos, por ejemplo, la liberación de la esclavitud en Egipto… Él siempre está atento a escuchar nuestras súplicas y no nos retira su gracia…
1 Pedro 3, 15-18: Pedro invita a los cristianos a dar razón de su esperanza con sencillez y anima a los que sufren incomprensión y persecución por hacer el bien, a vivir el misterio pascual de Cristo que murió en su cuerpo pero resucitó glorificado…
Juan 14, 15-21: (En el ambiente de la despedida durante la última cena) Jesús pide a sus apóstoles que cumplan su mandamiento del amor (a Dios y al prójimo) como prueba de que lo aman a Él… Les promete que no los dejará huérfanos, sino que les enviará un defensor: el Espíritu de la Verdad que habitará en y entre ellos… Y les promete que ellos, por amor, serán capaces de ver y de sentir presente y actuante desde su interior a Él y a su Padre…
ORACIÓN DE LOS FIELES
Celebrante: Fieles al mandamiento de Jesús, que nos llama a amar a todos, unámonos en oración y digámosle: “¡Señor, danos tu Espíritu!”
- Para que los que tienen que dar testimonio de la esperanza que está viva en nosotros reciban el Espíritu de fortaleza, roguemos al Señor. R/ ¡Señor, danos tu Espíritu!
- Para que los que son perseguidos por seguir el dictado de su conciencia y por vivir y defender su integridad reciban el Espíritu de poder, roguemos al Señor. R/ ¡Señor, danos tu Espíritu!
- Para que los que todavía no conocen al Señor y los que se cansan de seguirlo reciban el Espíritu de luz, roguemos al Señor. R/ ¡Señor, danos tu Espíritu!
- Para que los que quieren crecer en el amor de Dios y de los hermanos reciban el Espíritu de amor, roguemos al Señor. R/ ¡Señor, danos tu Espíritu!
- Para que los que participamos en esta eucaristía con fe y comprensión recibamos el Espíritu de unidad, roguemos al Señor. R/ ¡Señor, danos tu Espíritu!
Celebrante: Señor Jesús, derrama generosamente tu Santo Espíritu sobre nuestro mundo y sobre nuestra Iglesia. Que Él nos conduzca hacia el futuro con esperanza y nos ayude a construir tu Reino, pues tú eres nuestro Dios y Señor por los siglos de los siglos. R/ Amén.
INVITACIÓN A RECITAR EL PADRENUESTRO
Unidos a Jesús, movidos por el Espíritu Santo, oremos, al Padre del cielo y de la tierra. R/ Padre nuestro…
INVITACIÓN A LA COMUNIÓN
Éste es Jesucristo, nuestro Señor resucitado, que dijo: “Los que obedecen mis mandamientos son los que me aman; y a los que me aman el Padre los amará y yo también los amaré”. Dichosos nosotros por ser amados por el Señor y por recibirlo en comunión. R/ Señor, no soy digno…
ORACIÓN FINAL:
Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo nos ha restaurado con su cuerpo y ha renovado nuestra esperanza en la venida del Espíritu.
Que este Espíritu nos proporcione los pensamientos y las actitudes de Jesucristo, para que demos testimonio, sin miedo, de su presencia entre nosotros.
Que haga surgir en nosotros la esperanza y el amor sin condiciones ni fronteras.
Guárdanos alegres y libres por la fuerza del Espíritu de Jesucristo, nuestro Señor. R/ Amén.
DESPEDIDA Y BENDICIÓN
Hermanos:
Llevemos con nosotros el Espíritu de Cristo, para que nuestras actitudes y conductas sean las del mismo Cristo…
No tengamos miedo de dar testimonio de Él, que es nuestra fortaleza.
Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y los acompañe siempre. R/ Amén.