XXXI DOMINGO
Pbro. J. Jesús Suárez Arellano
INTRODUCCIÓN POR EL CELEBRANTE
¡Qué ridículo resulta cuando alguien que te guía se pierde él mismo! ¿Qué credibilidad puede tener el político que hace promesas y después no las cumple; o el catequista que enseña religión, pero no va a la Iglesia; o el sacerdote que predica justicia, pero no paga justa y hasta generosamente a sus empleados? Si los líderes, ministros y fieles en general queremos ser creíbles y dignos de confianza como miembros de la Iglesia, tenemos que vivir tal como creemos y enseñamos.
Aprendamos de Jesús en esta celebración eucarística y pidámosle su ayuda para ser congruentes como él.
SALUDO
Hermanos: Den gracias a Dios, ustedes que han escuchado su mensaje por medio de su Hijo Jesucristo. No es ninguna idea humana lo que la Iglesia proclama, sino que es el mensaje mismo de Dios. Este mensaje nos da fuerza cuando creemos en él.
Que Jesús, Palabra viva de Dios, esté siempre con ustedes. R/ Y con tu espíritu.
ACTO PENITENCIAL
En silencio y con humildad, pidamos perdón al Señor y a nuestros hermanos por escandalizarlos al no cumplir la fe que profesamos. (Pausa)
• Señor Jesús, tú no viniste a ser servido, sino a servir. R/ Señor, te piedad de nosotros.
• Cristo Jesús, tú mismo cargaste tu cruz de cada día antes de pedir a los otros que cargaran las suyas tras de ti. R/ Cristo, ten piedad de nosotros.
• Señor, tu yugo es liviano porque tú nos has enseñado antes este camino. R/. Señor, ten piedad de nosotros.
Ten misericordia de nosotros, Señor, y perdona todos nuestros pecados. Ayúdanos a servir contigo al Padre y a nuestros prójimos y llévanos a la vida eterna. R/ Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios, Padre nuestro, tú nos regalas tu Palabra por medio de tu Hijo Jesucristo. Haz que la escuchemos y la acojamos con todo nuestro ser.
Que la pongamos en práctica para cambiar nuestras actitudes, mentalidad y conducta, de forma que nuestra vida sea un mensaje de salvación para todos; que quienes vean nuestras obras se sientan inspirados por ellas y te demos gloria y alabanza con nuestras vidas.
Por nuestro Señor, Jesucristo, tu hijo que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. R/ Amén.
LECTURAS
Malaquías 1, 14b-2, 2. 8-10: Malaquías amonesta de parte de Dios a los sacerdotes que no hablan palabra de Dios, confunden y hacen tropezar al pueblo. El Señor los maldecirá porque no entendieron que todos somos hijos del mismo Padre…
Salmo 130, 1b-3: El salmista invita al pueblo a confiar en Dios como él lo hace siempre, porque eso le da tranquilidad y le ayuda a ser sencillo y humilde, le hace sentir calma y confianza en Dios su “madre”.
1 Tesalonicenses 2, 7b-9. 13: Pablo exhibe todas las cualidades de un auténtico mensajero del evangelio. Predica el evangelio no como palabra propia, sino como palabra de Dios, está dispuesto a apoyarlo y defenderlo con su vida, es afectuoso, como una madre, con su gente.
Mateo 23, 1-12: Jesús nos enseña que pongamos en práctica la sana doctrina, aunque provengan de personas incongruentes. Y también nos invita a ser sencillos, a no buscar alabanzas ni fama, y a servir a los hermanos.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Celebrante: Pidamos al Dios del amor la autenticidad que la Iglesia necesita mostrar al mundo, y digámosle: “Señor, escucha nuestra oración”.
1. Por la Iglesia, especialmente por sus pastores, para que se tomen en serio la tarea de renovación y reconciliación, y se conviertan en el rostro del Señor para el mundo de hoy, roguemos al Señor.
2. Por los sacerdotes y religiosos, para que el amor de Cristo se haga visible en ellos y hagan creíble su enseñanza, roguemos al Señor.
3. Por los políticos, para que su preocupación primordial no sea el honor y el poder, sino la justicia, la dignidad y la unidad de aquellos a quienes sirven, roguemos al Señor.
4. Por los que buscan a Dios con corazón sincero y los que anhelan y buscan la verdad y la justicia, para que su hambre espiritual sea saciada, roguemos al Señor.
5. Por los comunicadores y quienes trabajan en los periódicos, la radio, la televisión y las redes sociales, para que la verdad signifique para ellos más que el sensacionalismo y la popularidad, roguemos al Señor.
6. Por las comunidades cristianas, para que seamos amantes de la verdad y dignos de confianza y para que nuestra unidad y amistad sea auténtica, de forma que no despreciemos a los que yerran o dudan, roguemos al Señor.
Celebrante: Oh Dios y Padre nuestro, ayúdanos a amarte y a servirte a ti y a los hermanos, en Espíritu y en verdad, por medio de aquel que es nuestro camino hacia ti, Jesucristo nuestro Señor. R/ Amén.
INVITACIÓN A RECITAR EL PADRENUESTRO
Sólo tenemos un Padre, el del cielo. A él nos dirigimos en oración con Jesús, nuestro hermano. R/ Padre nuestro…
INVITACIÓN A LA COMUNIÓN
Éste es Jesús, el Señor, que nos dice: quien come mi carne y bebe mi sangre vivirá por mí. Dichosos los invitados a mi banquete de la fraternidad. R/ Señor, no soy digno…
ORACIÓN FINAL
Dios y Padre nuestro, ¿quiénes somos nosotros para jactarnos o para aparentar?
Eres tú quien nos ha elegido y nos ha colmado con tus dones. Hasta nuestra capacidad de hacer el bien procede de tu bondad.
Ayúdanos a ser sencillos y humildes, sin fingimiento ante ti y nuestros hermanos.
Que sepamos servirte con alegría en la simplicidad de nuestros corazones, y proclamar nuestra fe con obras vivas y reales.
Concédenoslo, por medio de Jesucristo, nuestro Señor. R/ Amén.
DESPEDIDA Y BENDICIÓN
Hermanos: Hemos aprendido que tenemos un solo Padre, el del cielo, un solo Maestro, Jesús, el Señor.
Por eso debemos servirnos los unos a los otros en el Espíritu de la verdad y del amor.
Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y los acompañe siempre. R/ Amén.