XIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, 05 de Julio de 2020
Pbro. J. Jesús Suárez Arellano
IDEAS PARA EL CELEBRANTE:
Los que son conscientes de su pobreza, de las cargas que tienen que llevar en la vida y son humildes para reconocer sus propias necesidades, son los que pueden encontrar consuelo y motivación en los demás y en Dios… Hoy escuchamos que Dios es sencillo, pacifico, manso y que nos ayuda a llevar y superar las cruces de la vida… Además, Él nos fortalece…
El Dios que Jesús nos revela es un amigo que puede escucharnos, amable, comprensivo, capaz de darnos paz interior, sanarnos y renovar nuestras fuerzas para continuar en el seguimiento de nuestro Maestro e “imitando” su estilo de vida… hasta llegar a la resurrección…
SALUDO: (Ver el Evangelio)
Jesús nos invita: “Vengan a mí, los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré.
Aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón”.
Que este Señor bondadoso y amable esté siempre con ustedes.
ACTO PENITENCIAL
Acerquémonos al Señor con la carga de nuestros pecados. (Pausa)
– Señor Jesús, Tú vivías en la gloria del Padre y te humillaste haciéndote hombre con y como nosotros. Señor, ten piedad.
– Cristo Jesús, Hijo del Padre del cielo, Tú te hiciste pobre con nosotros. Cristo, ten piedad.
– Señor Jesús, Tú eres el Maestro, y sin embargo te haces nuestro servidor. Señor, ten piedad.
Por tu misericordia, Señor, alivia la carga de nuestros pecados, enséñanos a comportarnos guiados por tu Espíritu y llévanos a la vida eterna. Amén.
ORACIÓN COLECTA:
Oh Padre, Señor de cielo y tierra, Te bendecimos con Jesús, tu Hijo,
por revelarnos cuánto nos amas.
Haznos humildes y receptivos, para que sepamos abrirnos a la Buena Nueva de la salvación ya que Tú te revelas a los que son conscientes de su pobreza.
Inspíranos fuerza y valentía mediante tu ternura y preocupación por nosotros.
Que tu paz y tranquilidad interior permanezca en nosotros aun en medio de las luchas de la vida, mientras intentamos ser buenos discípulos de Jesús.
Te lo pedimos por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA:
Zacarías 9, 9-10: El profeta nos invita a alegrarnos porque Dios es justo y sencillo y nos gobierna con la paz…
Salmo 144: Bendigamos y demos gracias al Señor porque es clemente, misericordioso, paciente, bueno y cariñoso, fiel a su Palabra y sostiene a los débiles… Proclamemos a todos estas cualidades de nuestro Dios…
Romanos 8, 9. 11-13: A nosotros no nos gobiernan nuestros impulsos biológicos sino nuestro espíritu que se une al Espíritu de Dios y así resucitaremos a la vida eterna…
Mateo 11, 25-30: Cristo nos invita a descargar en Él nuestras fatigas y agobios, a cargar su yugo llevadero y ligero y a aprender de su mansedumbre y humildad de corazón…
ORACIÓN DE LOS FIELES:
Oremos a Jesús, Señor nuestro, que nos enseña a confiar en Él, a ser valientes en su seguimiento y a poner en práctica sus valores de mansedumbre y humildad. Y digámosle: Señor, escucha nuestra oración.
1. Señor Jesús, enseña a los sabios y a los ilustrados a hacerse pequeños y humildes, para que Tú les reveles el amor del Padre. Oremos. Señor, escucha nuestra oración.
2. Por los que tienen que soportar pesadas cargas, para que conozcan el yugo suave del evangelio, y de ese modo entiendan el amor del Padre. Oremos. Señor, escucha nuestra oración.
3. Por los responsables del bienestar de las naciones, enséñales a abandonar las guerras y a buscar la paz en la justicia, para que lleguen a conocer el amor del Padre. Oremos. Señor, escucha nuestra oración.
4. Por los que eligen servir a los más pobres, para que no se desalienten y para que experimenten el amor del Padre. Oremos. Señor, escucha nuestra oración.
5. Por todos nosotros y nuestras comunidades cristianas, para que encontremos en la oración y en el pan que compartimos la paz que tú nos has prometido. Oremos. Señor, escucha nuestra oración.
Señor Jesús, ¡qué bueno es estar contigo! Escúchanos, pues nos conoces y quieres que seamos felices. Tú eres nuestro Señor y Salvador por los siglos de los siglos. Amén.
INTRODUCCIÓN AL PADRENUESTRO:
Con la humildad de los hijos de Dios, nos dirigimos a nuestro Padre del cielo con la plegaria que Jesús nos enseñó: Padre Nuestro…
INVITACIÓN A LA COMUNIÓN:
Éste es Jesucristo, el Señor, que nos dice:
“Vengan a mí, todos los cansados y agobiados,
y yo les daré descanso y los aliviaré”.
Dichosos los que podemos recibirlo como alimento que nos fortalece y pacifica. R/. Señor, no soy digno…
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:
Señor de cielo y tierra, te alabamos porque te revelaste a nosotros en el manso y humilde corazón de Jesús.
Inspirados por su palabra y nutridos con su pan de vida,
queremos admitir que somos pobres y pequeños y aprender a dar tiempo y atención a los cansados.
Haz que sepamos transmitir tu Palabra de aliento, para que todos los que te buscan encuentren en nosotros a tu Hijo Jesucristo nuestro Señor. Amén.
DESPEDIDA / BENDICIÓN:
Hermanos: Al terminar esta celebración retornamos a nuestro mundo… este mundo que frecuentemente está manipulado por los poderosos y los violentos…
Quiera Dios que, con lo que hemos aprendido y experimentado hoy aquí, no seamos nunca más de este grupo de violentos, pues seguimos, cargando nuestro yugo, a quien es manso y humilde de corazón…
Para que consigamos el descanso de nuestras almas, carguemos animadamente nuestras responsabilidades y seamos mansos y humildes… que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y los acompañe siempre. Amén.