“Es feliz quien nada retiene para sí”
San Francisco de Asís
Pastoral Familiar
Era la mañana del jueves 4 de octubre del 2018, fiesta de San Francisco de Asís, cuando Joaquín, como todos los días, se levantaba temprano, arregló los papeles que necesitaba, buscó su mochila en donde llevaba su computadora portátil y un par de notas que necesitaba terminar para promocionar la semana de la familia, que se organizaba en su amada parroquia de Getsemaní de la Cruz en Guadalajara. Con movimientos seguros, subía y bajaba escaleras en su casa, revisaba su celular para revisar los pendientes del día, especialmente atento a que Carmen su esposa, quien había viajado a Monterrey por asuntos de la Comisión de la Pastoral Familiar estuviera bien. Atento a los movimientos de sus hijos. A José Pablo lo vería en el negocio, a Isaac más tarde porque saldría de la ciudad por trabajo y al Pikus (Joaquín, su hijo menor) cuando regresara de la preparatoria. Revisó que no le faltara nada para sus clases de educación en la fe en el colegio en donde por muchos años dio clases en la secundaria. Llegó puntual a sus clases y como a él le gustaba, en la discreción y sin aspavientos, fue a la capilla del colegio a orar y encontrarse con el Dios que hacía muchos años le había conquistado para sí. Al terminar sus clases tropezó a la salida con una maestra del colegio y una madre de familia a quienes les dijo con la clásica certeza que caracterizaba sus palabras: “Hoy Dios tiene preparado un gran día para nosotros”.
Para la una del mediodía, Joaquín hablaba telefónicamente con Carmen quien, entrando a la catedral de Monterrey, les pedía que resolvieran los pendientes de la refaccionaria sin ella porque entraba a misa. Joaquín sigue escribiendo las frases que se pondrán en las mantas publicitarias de la semana de la familia, al mismo tiempo que recibe a Pikus quien llega de sus clases de preparatoria, y atiende la refaccionaria junto con uno de los muchachos que le ayuda. Y es entonces cuando inesperadamente deja todo lo que está haciendo para ir al auxilio de su hijo mayor y de su sobrina quienes están siendo asaltados y violentamente agredidos por una banda de asaltantes. Y en ese evento que nuestro querido Joaquín, entrega su vida en defensa de los suyos.

Joaquín nació un 16 de agosto, día en que nació San Juan Bosco, que solía decir a sus muchachos y a los salesianos “Hay que tener respeto a todos, miedo a ninguno”. Entre la 1:15 y 1:30 de ese medio día del 4 de octubre, en un arrebato sin mediar reflexión Joaquín se portó como padre, tío, amigo y patrón protector, que llevó a su máxima expresión la gran meta que Don Bosco propone como camino para alcanzar la santidad: “Ser buenos cristianos y honrados ciudadanos”. Él lo vivió en los 600 segundos (10 minutos) más violentos de su vida. Ciudadanizó cristificando el acto de valiente oblación, al atraer para sí el disparo que le privaría la vida y salvaría la de dos de sus hijos, su sobrina, al doctor amigo que asistió a apoyarlos y al muchacho trabajador que intervino en el evento. Qué mejor manera de lograr ser un “buen cristiano y honrado ciudadano”. Y como dijo San Francisco de Asís “Es feliz quien nada retiene para sí”. Estamos aprendiendo a discernir estas paradojas tan comunes en nuestra espiritualidad cristiana y que para muchos de nosotros son un gran desafío.
Siendo la 1:30 pm la noticia estremecía a toda la comunidad tapatía, quien conociéndole o no, se indignaba ante la pérdida de un papá, un esposo, un hermano, un tío, un maestro, compañero de universidad, amigo, jefe, ciudadano ejemplar y el inédito creyente cristiano que siempre fue.
A un año de este acontecimiento de amor incondicional, agradecemos el testimonio de vida que nos ha dejado nuestro entrañable amigo Joaquín, que como buen hermano del Resucitado se cumple en él lo que Jesús dice de sí mismo en el Evangelio de Juan:
“Por eso el Padre me ama, porque yo doy mi vida.
Nadie me la quita, sino que yo la doy de mi propia voluntad” (Jn. 10, 17-18).
Y desde aquel día, estamos aprendiendo a decir como tú cada mañana:
“Hoy Dios tiene preparado un gran día para nosotros”
PD. Una confidencia amigo Joaquín: algunos jóvenes y adolescentes en un retiro espiritual expresaron que tú eres un mártir del siglo XXI.