Luis Sánchez
El pasado 12 de julio el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se reunió con su homólogo de Estados Unidos, Joe Biden, en la Casa Blanca. El encuentro entre mandatarios se dio semanas después de la tragedia en San Antonio, Texas, donde se encontraron más de 50 migrantes muertos, que viajaban de manera irregular al interior de un tráiler que fue abandonado a las afueras de la ciudad fronteriza.

En este sentido, los temas de seguridad y migración marcaron la pauta de este segundo encuentro entre los dirigentes de los países vecinos; en medio de una relación tensa, ante la ausencia del presidente mexicano en la Cumbre de Líderes de América, a modo de protesta, ya que no se invitó a Cuba, Venezuela y Nicaragua, países que han sido fuertemente criticados por el gobierno de Estados Unidos, debido a sus violaciones a derechos humanos y políticas económicas.
“No puede haber Cumbre de las Américas si no participan todos los países del continente americano o puede haber, pero nosotros consideramos que es seguir con la vieja política de intervencionismo, de falta de respeto a las naciones y a sus pueblos”. dijo López Obrador al anunciar que no asistiría a la cumbre y que después se reuniría con el presidente Joe Biden para hablar sobre los temas importantes entre las dos naciones.
Durante su encuentro con el presidente estadounidense en la Casa Blanca, el mandatario mexicano hizo énfasis en la cooperación entre países para combatir la inflación, propiciar el desarrollo y el bienestar, a través de 5 planteamientos generales:
- Suspender aranceles y flexibilizar el comercio de alimentos y otros bienes para aminorar los precios a los consumidores de ambos países.
- Inversión privada y pública para producir bienes que fortalezcan el mercado regional y así evitar la importación de productos de otros países.
- Más de mil kilómetros de gasoductos disponibles para transportar gas de Texas a Nuevo México, Arizona y California.
- México garantiza el abasto de gasolina para ciudadanos estadounidenses en las gasolineras ubicadas en la zona fronteriza.
- Permitir la llegada a EUA de trabajadores mexicanos y centroamericanos de manera ordenada y regular, a partir del otorgamiento de visas temporales de trabajo para asegurar que no se paralice la economía por falta de mano de obra.
Si bien, pareciera que los planteamientos favorecen más a Estados Unidos que a México, y alejándonos de los análisis simplistas que circularon después de la reunión, tanto a favor como en contra del presidente López Obrador y su postura en la Casa Blanca, considero importante rescatar el último punto, debido a que se tomó como referencia un programa que fue exitoso durante el siglo pasado y que dadas las condiciones actuales, podría ser una alternativa viable si se ejecuta de manera correcta: El Programa Bracero.
Implementado a partir de la crisis en el mercado laboral estadounidense que dejó la Segunda Guerra Mundial, ante el traslado masivo de hombres a la guerra y la rotación de empleos. Esto derivó en la urgencia de importar mano de obra para las cosechas y mantenimiento a la infraestructura ferroviaria, por lo tanto, en agosto de 1942, se firmó el primer convenio para satisfacer las necesidades de la economía estadounidense. El término bracero era en referencia a aquella persona que trabajaba con los brazos; así durante 22 años, este programa reguló la entrada a Estados Unidos con un patrón migratorio de puros hombres, la mayoría provenientes de áreas rurales que trabajaban temporalmente, bajo un esquema de documentación a partir del acuerdo de ambas naciones.
Ante la nueva situación postguerra de ambos países y las nuevas administraciones, se decide terminar con el programa y muchos braceros deciden quedarse en Estados Unidos, otros tantos continuaron con el flujo de ida y vuelta a través de la frontera, y otros tantos siguen yendo a probar suerte aunque esto signifique arriesgar la vida, como nuestros compatriotas que fallecieron en San Antonio Texas, de los cuales hablamos hace unas semanas.
Sin duda, volver a pensar en un Programa Bracero, no suena descabellado y más ahora por la tecnología y control de sistematización que existe en ambos países; esto generaría una relación de cooperación y beneficio para las naciones y acompañada de programas de desarrollo, pudiera ser una salida ante la urgente y siempre postergada agenda de migración. Nos leemos la siguiente semana con mejores noticias y recuerda luchar, luchar siempre, pero siempre luchar, desde espacios más informados, que construyen realidades menos desiguales y pacíficas.