upc4

Pbro. José Antonio Larios Suárez

Del 9 al 12 de octubre se llevarán a cabo las fiestas patronales de nuestra Arquidiócesis de Guadalajara. Cuando hablamos de fiesta significa celebración y vale la pena detenernos a pensar en este año 2019: los contextos de ahora y los que vienen;  los compromisos de lo que celebramos, pues celebrar la fe nos compromete a vivir esa fe.

En primer lugar celebramos 489 años de evangelización, con la presencia maternal de María en esta sencilla imagen de Zapopan. La imagen de Nuestra Señora de Zapopan llegó al occidente mexicano en la Pascua de 1530, un año antes incluso que la Virgen de Guadalupe al centro del país. Es la imagen mariana más antigua de todo el país; es punta de lanza a través de la cual penetró poco a poco el Evangelio. No podemos abordar el tema de la evangelización en el occidente mexicano sin hablar de Nuestra Señora de Zapopan.

Celebramos 477 años de su asentamiento en Zapopan, después de su tarea evangelizadora y pacificadora de 12 años, tarea que sigue en pie pero que en los primeros 12 años fue la cimentación del mestizaje y del cristianismo.

Celebramos 366 años de su proclamación como Taumaturga (milagrosa), después de que el obispo Ruíz Colmenero declaró la veracidad de muchos milagros que testimoniaban sus fieles, 366 años de reconocer que Dios por medio de María, en esta sencilla imagen, ha tenido compasión de su pueblo y ha salido a su encuentro.

366 años también de llamarla Virgen de la Expectación, la Virgen que está a punto de dar a luz y lleva en sus purísimas entrañas al Salvador del mundo, así lo muestra su iconografía al portar un relicario con la imagen de Jesús niño a la altura del pecho. En este título y con esta representación visual en su imagen, recordamos que María no viene sola, siempre lleva consigo a Cristo a quien transmite y comparte a donde quiera que va, tal como lo hizo con Zacarías e Isabel, un par de ancianos estériles que representaban bien la situación del pueblo de Israel: un pueblo envejecido y estéril que desesperaba por la llegada del mesías y que carecía de frutos de santidad.

A estos ancianos, que representaban bien el estado en que se encontraba el antiguo pueblo de Dios, llega María llevando a Cristo en su seno, el cual fue capaz de despertar aún sin nacer, la alegría de la salvación. María no llegó sola, llevó a Cristo y ella quiso ser el medio por el cual llegara el Salvador, ante aquellos que no podían desplazarse para contemplar su gloria.

De hecho este pasaje de Lucas 1,39-56 es el fundamento bíblico de las visitas de la imagen de la Virgen de Zapopan a nuestras comunidades.

Y hablando de las visitas de la imagen a las comunidades parroquiales… celebramos en este año 2019, 285 años de ser Patrona contra rayos, tempestades y epidemias, y concomitantemente, 285 años de su visita anual ininterrumpida a las comunidades que conforman nuestra iglesia diocesana.

Además, hablar de visitas ininterrumpidas es hablar de 285 romerías,  la Romería como tal es la fiesta de la gratitud, el pueblo que sabe que la Madre ha salido para visitarlos y ahora la acompaña hasta su casa.

Caminado con María en sus recorridos y en sus romerías aprendemos a caminar con el que nos necesita, a ser Iglesia en salida, a ser peregrinos de la fe y a no instalarnos en nuestra comodidad, a ser evangelizadores de a pie y cercanos a las necesidades de los hombres

Celebramos en esta ocasión también, 198 años de su nombramiento como Generala de armas de la Nueva Galicia por su papel activo en la consumación de la independencia de este territorio sin derramamiento de sangre, tal como se le suplicó a su intercesión. Esto nos implica seguir trabajando por una patria cada vez más libre, más pacífica, menos corrompida; la lucha por la libertad auténtica nunca es bastante.

Estamos a unos meses de celebrar 99 años de la coronación pontificia de Nuestra Señora de Zapopan, coronación que fue el símbolo del triunfo de una fe perseguida y una libertad religiosa amenazada. A 99 años de distancia de su coronación pontificia, aún es necesaria la búsqueda de una libertad religiosa más auténtica y la profesión de una fe sin ser perseguidos por dictaduras ideológicas.

Por ello estamos a punto de comenzar un año jubilar diocesano que nos lleve a recobrar el sentido de ser cristianos comprometidos con la extensión del Reino de Dios, en el cual María es reina por su colaboración especialísima en el plan de Dios a favor de la salvación y la vida plena de los hombres.

Estamos también a 64 años del prodigio de la recuperación del lago de Chapala por intercesión de Nuestra Señora de Zapopan, a 10 años de su título de Reina del Lago. Todo esto nos hace entrar en una conciencia ecológica profunda que nos lleva a agradecer el don de los recursos naturales y a ser corresponsables con el Creador para custodiar y acrecentar los bienes de la naturaleza en favor de todos.

Finalmente, este 11 de octubre se cumplen 30 años de que la Virgen de Zapopan fuera declarada Patrona de la Arquidiócesis de Guadalajara. Ella siempre ha sido patrona y protectora de la ciudad, Reina y Madre de Jalisco;  pero con este título queremos reconocer que todo nuestro ser y quehacer pastoral a nivel diocesano, tienen el patrocinio, la protección y el modelo de Nuestra Señora de Zapopan. Ella es la primera evangelizadora de estas tierras, y el primer plan pastoral  que nunca pierde eficacia, frescura y actualidad.

@arquimedios_gdl

TE INVITAMOS A FORMAR PARTE DE LOS

Comunicadores Parroquiales

Los cuales promueven la Pastoral de la Comunicación en sus Parroquias

Dirección

"En la Iglesia tenemos urgente necesidad de una comunicación que inflame los corazones, sea bálsamo en las heridas e ilumine el camino de nuestros hermanos y hermanas"

Papa Francisco

Copyright @2023 – Todos los Derechos Reservados.