Norma Angélica Trigo
No más sufrimiento de tantas familias que no saben el paradero de sus seres queridos, pidió el Cardenal Francisco Robles Ortega ante cientos de personas que se dieron cita en la Catedral Metropolitana de Guadalajara el pasado 24 de julio.

Con fotografías, pancartas, lonas, flores, camisetas impresas con leyendas, los familiares de personas desaparecidas, desde padres, abuelos, jóvenes y niños, hicieron oración para que termine el calvario que viven día tras día por la ausencia de quien es su hermano, hijo, esposo o papá.
En el marco de la Jornada Nacional de Oración por La Paz el Arzobispo tapatío, pugnó para que las personas se reencuentren y se puedan abrazar.
“Que los que han sido desaparecidos se vuelvan a encontrar, los podamos ubicar, los volvamos abrazar de nuevo, es una necesidad que urge porque marca el corazón de las personas, de las familias que viven la tragedia y la incertidumbre de sus seres queridos desaparecidos desaparecidos”.
“Para ellos no hay noche, no hay día, no hay semana, no hay mes, ya no hay tiempo para otra cosa más que para buscar y llenar ese vacío de la ausencia del ser que injustamente ha sido desaparecido, ha sido arrebatado del seno de sus seres queridos”.
“No podemos considerarnos un país sano, un país próspero, un país en desarrollo mientras carguemos en nuestras conciencias y en nuestras espaldas el número tan grande de hermanos y hermanas caídos en la violencia y desaparecidos por la violencia, no podemos estar en paz”.
El purpurado dijo a los familiares de los desaparecidos que México no puede ser un país en armonía para buscar el bien común ya que queda este capítulo pendiente a resolver.
“Hagamos lo nuestro, pidamos con confianza a nuestro padre Dios que mire por esta necesidad tan grande que tenemos, no es imaginaria la necesidad, no es ocurrencia, es una realidad lacerante y dolorosa de nuestras familias y de nuestra sociedad y por último pidámosle al Señor que los jóvenes estén dispuestos a la luz de Jesús resucitado a darle otro rumbo a nuestro país, en el sentido de respetar la vida , la sacralidad de la vida y en el sentido de promover y buscar juntos la solución de nuestros problemas”.
JÓVENES JACUNA
A la catedral metropolitana también acudieron jóvenes del movimiento Jacuna, cuyo significado es: no hay problema a la luz de Jesús resucitado.
El Cardenal Francisco Robles Ortega, les dijo si aceptan a Jesús resucitado vivirán una vida nueva y si siguen en la vida de pecado, permanecerán en la muerte.
“Que los jóvenes crezcan en esta conciencia y nos transmitan a nosotros mayores, la necesidad urgente de cambiar nuestros criterios, nuestros valores, para enderezar nuestros pasos como sociedad y como país”.