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Desarrollo Espiritual,

V DOMINGO DE PASCUA, Ciclo A, 10 de Mayo de 2020.

EL CAMINO PARA QUE LLEGUEMOS JUNTOS AL PADRE ES JESÚS

Pbro. Sergio Arturo Gómez M. / Pbro. J. Jesús Suárez Arellano

¿QUÉ NOS DICE DIOS EN ESTE DOMINGO?

Hechos 6, 1-7: La Iglesia primitiva estaba creciendo y los apóstoles se dan cuenta que deben delegar algunos servicios para poder seguir dedicándose a la oración y la predicación de la Palabra… Piden a la comunidad que les presenten candidatos idóneos a los que imponen las manos… Así la comunidad crece con muchas conversiones…

Salmo 32: Alabemos al Señor  por su Palabra sincera, sus acciones leales, porque ama la justicia y el derecho, tiene misericordia, nos libra de la muerte y nos reanima en tiempos de hambre…

1 Pedro 2, 4-9: Todos nosotros somos responsables de la construcción del templo espiritual de Dios… Somos elegidos, sacerdotes y ministros enviados a anunciar que Jesús nos salvó y nos hizo pasar de las tinieblas a la luz…

Juan 14, 1-12: (Durante la última cena, después del lavatorio de los pies, de que Judas sale para entregarlo, de anunciarles que le queda poco tiempo con ellos y darles el mandamiento del amor, del anuncio de la negación de Pedro…) Jesús pretende alentar a sus apóstoles, animar su esperanza, fortalecerlos en la angustia y hacerlos divisar un horizonte más lejano: El Padre… Por eso les pide reavivar su fe en el Padre y en Él mismo y se les presenta como Camino, Verdad y Vida… Si creemos esto, podremos hacer la obras que Él hace y aún mayores…

REFLEXIONEMOS:

(Notas preliminares:

•      En la primera y la segunda lectura se nos describe el “estado anímico” de los cristianos de las primeras comunidades… Es en ese ambiente y para estos cristianos que se predica inicialmente el Evangelio… A pesar de que se nos presenta una cultura distinta a la nuestra y de usar un lenguaje metafórico que hoy ya no es usual, ciertamente, nuestra situación es parecida a la de aquellos hermanos y las tareas que se les pidieron a ellos también necesitamos hacerlas hoy…

•      Para profundizar más el Evangelio de hoy, convendría leer minuciosamente los textos precedentes, mínimo el capítulo 13 que nos cuenta, entre líneas, cómo en la última cena – mientras Jesús va realizando algunos signos y pronunciando palabras de despedida, dando encargos y anunciando que será traicionado y negado – sus apóstoles se encontraban en un “estado anímico” muy peculiar: asustados, desconfiados, incrédulos, abrumados… Por eso Jesús comienza diciéndoles en el Evangelio de hoy: “No se turbe su corazón…”

•      Todo el Evangelio de hoy coloca al centro de la escena al Padre y la relación de Jesús, y la nuestra, con Él: “Crean en mi Padre… En la casa de mi Padre hay muchas moradas… Nadie va al Padre sin o es por mí… Si me conocieran, conocerían a mí Padre… Ya lo conocen y lo han visto… Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre… Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí… El Padre, que permanece en mí hace las obras… Yo me voy al Padre…” Cada una de estas frases requiere que la profundicemos, que vayamos un poco más allá de nuestros límites, que seamos capaces de contemplar y sumergirnos en el Misterio…

•      Responde: Hasta donde yo sé, ¿Cuál es el ambiente de mi Iglesia – Universal, diocesana, parroquial – actualmente y de qué manera me desafía? ¿Cómo me siento ante los retos que se me presentan? ¿Mi relación con Jesús y con su Padre me dan la seguridad para trabajar con confianza en la (re)construcción de una Iglesia Viva al servicio de mis hermanos?)

Antes de cualquier otra consideración, digamos que sólo entenderemos y viviremos la fe cristiana si aceptamos que Jesús es, como Él nos lo dice hoy, camino, verdad y vida para que juntos – como Iglesia hecha de piedras Vivas y en la que cada uno tiene un ministerio que ejercer – lleguemos al Padre:

1. “Yo soy camino”: A las personas religiosas les encanta hablar de los que andan por malos caminos o extraviados… Pero, el verdadero problema somos los que vivimos sin un camino definido, saltando entre las múltiples vías que el mundo nos ofrece…

Jesús nos salva porque su camino sí tiene una dirección final: su Padre…

Si digo creer que Jesús es mi camino, entonces debo desarrollar y cuidar un proyecto que encause todas mis energías y momentos de nuestra vida… ¿Todo parte de Jesús-Dios para ir hacia el Padre-Dios?

2. “Yo soy verdad”: Esta afirmación puede chocar a nuestros oídos modernos, pues hoy tendemos a pensar que sólo es verdad lo que es  verificable a través de las ciencias positivas… Pero, no todas las realidades del ser humano se pueden reducir al razonamiento lógico; existen aspectos que pertenecen al Misterio: El amor, la bondad, el arte, la benevolencia… La espiritualidad no se nos impone por evidencias irrefutables, Jesús nos invita y nos atrae respetuosamente…

Si creemos que Jesús es la verdad, descubriremos que su Palabra, que es del Padre, es el criterio para medir la veracidad frente a las mentiras, los engaños, la corrupción, la exclusión y la maldad que nos presenta el mundo…

Además, cuando Jesús dice que es verdad, no parece referirse a enunciados o formulaciones lógicas, sino a una forma de “ser” auténtica… No estoy en la verdad por “saber” sino por “ser”…

¿En qué concretamente se nota que creo que Jesús no sólo “dice” verdades, sino que “es” la verdad en la que confío?

3. “Yo soy vida”: El sigue vivo en y entre nosotros y nos infunde la Vida Plena y con sentido… Y, la presencia y la acción de Jesús en nuestra vida pasa casi siempre desapercibida, es callada…

Si creemos que Jesús es vida, entonces encontraremos sentido a la entrega, al servicio y a la construcción de una nueva y mejor humanidad, porque no temeremos al desgaste ni a la muerte física…

¿Cómo y en qué me compromete el saber que Jesús posee la Vida de Dios Padre y que la comparte conmigo?

Hoy se nos invita a cuestionar nuestro concepto y nuestra relación con Dios y con nuestros hermanos: ¿Mantengo una relación cercana, íntima y profunda con Dios Padre como lo hacía Jesús? ¿Me esfuerzo por profundizar cada día más mi espiritualidad? ¿Qué grado de familiaridad, cercanía y comunión cultivo con mis hermanos en la Iglesia?

Cabe insistir que la propuesta que Jesús nos lanza no es para asumirla de forma individualista, intimista o espiritualista; tampoco es para que nos aislemos de los “pecadores”, sino para que nos transformemos también nosotros en camino, verdad y vida para otros hermanos a quienes debemos servir y con quienes debemos trabajar en la Iglesia y fuera de ella… Muchos justificamos nuestra indiferencia y/o falta de compromiso argumentando el “respeto a las libertades individuales” y así dejamos que nuestros hermanos sean controlados y explotados por otros caminos, otras “verdades” y otros estilos de vida… Nuestra misión, nuestro camino siguiendo al camino de Jesús, como en los tiempos de la iglesia primitiva, debería ser unirnos a otros corresponsable e íntimamente para promover la Vida plena de todos…

En medio de las situaciones concretas mías,  de mi familia y de mi iglesia… ¿Estoy dispuesto a hacer camino con otros? ¿Quiero dar testimonio de la verdad de mi amigo Jesús? ¿A quiénes y cómo puedo darles Vida?

TE PROPONEMOS LOS SIGUIENTES EJERCICIOS PARA QUE TE ENCUENTRES CON DIOS DURANTE LA SEMANA:

1.     Es necesario aprender a “captar” más allá de lo que aparentemente evidente, sobre todo al tratarse de personas nunca debemos de suponer que lo sabemos todo… Siempre podemos descubrir algo bueno y nuevo en quienes nos vamos encontrando e, incluso, en quienes nos rodean siempre… Dedica un tiempo a responder concienzudamente:

–       ¿Qué tan profundo “veo” en el corazón y el alma de mis próximos? ¿Cuánto permito que “vean” de mí?

–       ¿Cuánto me “acerco” a las personas? ¿Hasta dónde permito que se “aprojimen” de mí?

–       ¿Con quiénes cultivo familiaridad e intimidad?

–       ¿Siento a las personas que asisten a mi parroquia como “alguien que forma parte de mí”? ¿Hago camino con ellas? ¿Soy consciente que compartimos la misma Verdad y la misma Vida? ¿Percibo que los alejados, los “malos” y los de otras ideologías también son mis hermanos?

2.     Durante esta semana, en tu íntima y profunda oración, pide al Padre que:

– Puedas “caminar” siempre hacia Él descubriéndolo en ti y en cada prójimo que se te acerca…

Que Él sea la meta final de todas las acciones de tu vida…

– Que comprendas que en su corazón cabemos todos los seres humanos y, por lo tanto, que quepan también en el tuyo…

Que tu relación de amor con Él se profundice cada día más, para que con confianza puedas poner tus dones y carismas al servicio de la comunidad de creyentes y edifiques la Comunidad Viva…

(Si esta ficha te ayuda, compártela)

Esta ficha, así como las de los domingos anteriores, la puedes encontrar en arquimediosgdl.org.mx, pestaña de “formación” y “desarrollo espiritual”.

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