Desarrollo Espiritual,
XVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, Ciclo C, 28 de Julio de 2019.
¿De qué temas y de qué forma acostumbro hablar con Dios?
Pbro. J. Jesús Suárez Arellano / Pbro. Sergio Arturo Gómez M.
¿QUÉ NOS DICE DIOS EN ESTE DOMINGO?
Génesis 18, 20-32: Ante la oración insistente y llena de confianza de Abrahán, Dios está dispuesto a perdonar a las ciudades pecadoras en consideración a un puñado de gente buena y justa…
Salmo 137: El salmista ora lleno de confianza; agradece al Señor que haya intervenido en su favor, la atención a sus ruegos y su amor…

Colosenses 2, 12-14: San Pablo nos enseña que por nuestro bautismo hemos muerto y resucitado con Cristo… Dios nos ha dado vida y nos ha perdonado…
Lucas 11, 1-13: Jesús, que es un hombre de oración, enseña a sus discípulos cómo y por qué orar, es decir, con qué actitudes y cuales temas hay que tratar en nuestro diálogo con nuestro Padre…
REFLEXIONEMOS JUNTOS:
Abraham, el salmista, Pablo y Jesús tenían experiencia de comunicación profunda con Dios… De eso se tratan las lecturas de hoy… ¿Tengo experiencia en relacionarme con Dios? ¿De qué temas y con qué actitudes hablaban ellos con Dios? ¿Cómo es mi propia comunicación con Dios?

Los discípulos le piden a Jesús: “enséñanos a orar”, ya que ellos lo habían visto en oración y veían resultados, descubrieron que la oración era poderosa, que fortalecía a su maestro, que lo iluminaba… Por eso ellos quieren aprender a orar como él… ¿Conozco a alguien a quien se le note que la oración le ayuda y lo transforma? ¿He experimentado el poder transformador de la oración en mi vida?
Jesús, convencido en la bondad de Dios, nos invita a orar insistente y perseverantemente en medio de nuestras necesidades – personales, familiares y sociales – para que encontraremos en la oración un consuelo y en el Espíritu Santo un guía para transformar el mundo y crecer… La oración posee un dinamismo transformador que va desde nuestro interior hacia afuera…
Ante la petición de sus discípulos, Jesús comparte algunas experiencias y enseñanzas con sus amigos:
- “Cuando oren digan… Padre nuestro…” Tal vez, algunos aprendimos estas palabras de Jesús como tan sólo una oración más de nuestro devocionario, sin embargo, hoy te invitamos a que te des la oportunidad de desglosar sus frases, los temas que trata, las actitudes que propone, etc. Jesús nos enseña:

– A hablarle a Dios como “Padre nuestro”, no como Padre mío… Notemos también que Abraham intercede por los habitantes de Sodoma y Gomorra, el salmista reconoce la obra de Dios en favor de los humildes, en la parábola de hoy Jesús nos hace suponer que vamos a pedir tres panes para un amigo que vino a visitarnos… Debe haber siempre una dimensión comunitaria en nuestra oración… ¿En mi oración tengo en cuenta las necesidades de los demás?
– A “santificar” el nombre de Dios, es decir, reconocer y reverenciar su divinidad y su poder, su amor y su omnipotencia… ¿Reconozco que Dios es Santo y santificador?
– Orar para que Dios vaya extendiendo su Reino en nuestro mundo… “venga a nosotros tu Reino”… ¿Me ocupo de que los valores de Dios se vayan haciendo vida en mi entorno? ¿Qué valores difundo yo? ¿Promuevo la vida, la fraternidad, la misericordia, la paz, el amor y la benevolencia, la justicia, etc.?

– A pedir el sustento para nuestra vida… “Damos cada día el pan que necesitamos”… A pedir con humildad y a recibir con gratitud los dones que recibimos… nota el uso del plural “necesitamos”; no son bienes para satisfacer nuestros egoísmos, sino para compartir… ¿Qué bienes materiales suelo pedirle a Dios? ¿Pido para otros también? ¿Sé compartir lo que el Señor me ha dado?
– A vivir y pedir el perdón… “Perdónanos nuestros pecados, como también nosotros perdonamos a quienes nos hacen mal”… Ésta es una petición en la que también nos comprometemos: Dios sólo podrá perdonarnos si nosotros perdonamos a otros… No podemos pedirle perdón a Dios si no perdonamos primero a nuestros prójimos… ¿Cuáles dificultades tengo para perdonar a otras personas?
– A pedir ayuda para no apartarnos del mal… “No nos dejes caer en tentación”… Se trata de fomentar la confianza en Dios que quiere fortalecernos en nuestras debilidades… Paradójicamente, la primera debilidad es el sentirnos fuertes y autosuficientes… ¿Recurro a Dios cuando se me presentan tentaciones o siento que yo puedo superar todo con mis propias fuerzas?

2. En la parábola, Jesús resalta que:
– debemos acudir a Dios para pedir por otros, como quien busca panes para un amigo que lo visita; acudimos a Dios que es nuestro amigo, para pedirle favores para otros amigos…
– debemos ser perseverantes, incluso insistentes y hasta molestos… Si se requiere perseverancia para desarrollar habilidades físicas, como los deportistas y atletas, con cuánta mayor razón debemos ser perseverantes en nuestro diálogo con Dios para alcanzar la santidad y poder evangelizar a otros…
PARA ESTA SEMANA TE PROPONEMOS ALGUNOS EJERCICIOS:
1. Haz una lista de las cosas que no has podido perdonar a algunas personas.
Preséntale esta lista a Dios…
Conversa con Él sobre estos temas…

2. Haz tu propia versión del salmo y/o del Padre nuestro:
Vuelve a leer el salmo 137 y/o el texto del Padre nuestro que nos ofrece la liturgia de la Palabra de hoy…
Reelabóralo/s, es decir, escribe tu propio salmo y/o tu propio Padre nuestro… Ponles tus contenidos y experiencias personales… Habla de tu confianza en Dios y de tu disposición para atender las necesidades de otros… Expresa tus actitudes para pedir y dar ayuda… Déjate guiar por el Espíritu Santo…
Compártelo y “rézalo” con alguien para que puedas pasar de lo individual a lo comunitario…
3. Durante esta semana, en tu oración, pide insistentemente Jesús, como sus discípulos: “Señor, enséñame a orar”… Y ora con tu familia y/o con amigos de misión…
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Esta ficha, así como las de los domingos anteriores, la puedes encontrar en arquimediosgdl.org.mx, pestaña de “cultura y formación” y “desarrollo espiritual”