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En el día en que los seminaristas del Curso Introductorio de Tapalpa están recibiendo, de manera oficial, la sotana, como una vestimenta propia en su proceso vocacional, queremos acompañarlos de manera especial con nuestra oración, para que el Señor los ilumine, aumente su fe, su generosidad y den una respuesta a la altura de quien los llama.
Los invito a que trasciendan este acto, es decir, a que piensen en lo que Dios nos invita a hacer como cristianos con este signo.
Un verdadero creyente en Cristo debe trabajar por revestirse con los sentimientos de Jesús. Es cristiano el que asimila, hace propios y vive los mismos sentimientos de Cristo. Esto significa revestirse de Cristo y significa, en este caso, trascender la imposición de la sotana.
Los seminaristas tienen el compromiso de revestirse, cada día más, de los mismos sentimientos de Jesús. Esto que es válido para todos los cristianos, es más exigente para quienes somos llamados a seguirlo de una manera más cercana.

El primer sentimiento de Cristo y que nosotros deberíamos vivir es el de la filiación. Jesús se reconoce Hijo de Dios, se sabe amado por Él.

De esta experiencia de aceptarse Hijo amado del Padre, surge un sentimiento de total obediencia. Jesús siempre está atento a lo que su Padre Dios le señala. Se somete a su voluntad de manera total. Un cristiano se debe revestir del sentimiento de filiación (Dios es nuestro Padre), y vivir y experimentar
esto todos los días.
Un cristiano, y especialmente uno que es llamado a la vocación sacerdotal, tiene que responder a esta filiación con un sentimiento de una permanente obediencia a la voluntad de Dios.

Cristo fue obediente en cada momento hasta el final, obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Otro sentimiento que resalta en la vida de Cristo, del que deberíamos revestirnos como discípulos suyos, es el de fraternidad.

Nuestro Señor es también hermano de todos los hombres, y por eso se acercó a todos, pero de manera especial a los que más sufrían. Es una enseñanza y una invitación a todo cristiano, pero de manera particular para quien es llamado a identificarse con Jesús. El seminarista y el Sacerdote tienen que
crecer cada día más en su condición de hijos amados del Padre, y crecer como un hermano que sale al encuentro, que busca, que sale, se acerca, ama, sirve a todos sin distinción, pero de manera particular a aquellos que más necesitan. Esto es trascender.
Ese amor que distingue al Señor, lo llevó al extremo, dio la vida por nosotros, derramó su sangre, para reconciliarnos a todos con su Padre Dios.
Para trascender los actos de nuestra vida, y hacer que entren en el ámbito de la comunión con Dios, ya desde ahora, necesitamos del don, de la virtud de la fe. Invito a todos, por eso, a crecer –cada día más- en la fe.
Nuestra Iglesia, nuestra humanidad, está viviendo tempestades muy fuertes y preocupantes, pero es Jesús
quien va en esta barca, en este mundo de confusiones, de opiniones, de críticas. Está siempre, porque nos lo prometió, y su Palabra se cumple. Necesitamos creerlo.

Yo les bendigo en el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.

@arquimedios_gdl

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