Recordemos a los últimos Papas, a partir del Concilio Vaticano II, que han sido considerados santos y que gozan de gran estima entre nuestros contemporáneos.
PBRO. ADRIÁN RAMOS RUELAS
En los últimos decenios la Iglesia Católica ha tenido la fortuna de contar con grandes y santos Papas. El Romano Pontífice es signo visible de la unidad de la Iglesia. La lista de 266 Papas destaca por la santidad de muchos de ellos.
SAN JUAN XXIII
Angelo Roncalli (1959-1963)
A este santo Papa, canonizado el 27 de abril de 2014, al lado de san Juan Pablo II, se atribuye la inspiración de renovar la Iglesia convocando al Concilio Vaticano II. Su origen era humilde y tenía muy buen carácter. Le llamaban el “Papa Bueno”. Este pontífice apostó por la paz. Su carisma y don de gentes lo hizo una persona muy destacada y amada también en las relaciones diplomáticas con los jefes de Estado. Colaboró mucho en el fortalecimiento de la unidad de la Iglesia.
SAN PABLO VI
Giovanni Battista Montini (1963-1978)
A este santo Papa le tocó dar continuidad al Concilio Vaticano II hasta concluirlo. Defendió celosamente la tradición de la Iglesia. Apostó por la familia, por la vida, por el carisma del celibato, por la reproducción natural y honesta. Vivió la persecución por su postura firme al custodiar el Evangelio en tiempos turbulentos. Fue malinterpretado.
BEATO JUAN PABLO I
Albino Luciani (1978)
Su pontificado fue uno de los más cortos (apenas 33 días). Sencillo y directo, a la vez que enfermizo. “Fue un hombre que vivió con la alegría del Evangelio, sin concesiones, amando hasta el extremo”, palabras del actual Papa Francisco.
SAN JUAN PABLO II
Karol Wojtyla (1978-2005)
Mucho podemos decir sobre este santo Papa. Él luchó fuertemente con las ideologías totalitarias dominantes. Influyó positivamente en la humanidad por su probado carisma. Apenas murió, toda la humanidad se sintió “huérfana”. Este gran líder moral y espiritual nos introdujo en el siglo XXI. Apostó por la defensa de la dignidad de todo ser humano. Fue el Papa de los trabajadores, de la vida, de la familia, de la mujer. A su muerte los fieles gritaron: “¡Santo, ya!”.
¿QUÉ PODEMOS APRENDER DE ELLOS?
- Asistidos por el Espíritu Santo, nos enseñan a dar respuesta a los nuevos problemas de la humanidad, iluminándolo con su magisterio.
- Supieron dar continuidad, con sus propios carismas, al trabajo realizado por sus antecesores
- Se han destacado por ser líderes morales y espirituales en un mundo cada vez más secularizado.