La curación del leproso nos muestra que Jesús es grande no sólo de palabra, sino también en los hechos, aunque ubicado siempre en el contexto y en la mentalidad de su época.
"En la Iglesia tenemos urgente necesidad de una comunicación que inflame los corazones, sea bálsamo en las heridas e ilumine el camino de nuestros hermanos y hermanas"