Pbro. José Manuel Anceno Rivas
El relator general del Sínodo Jean Claude Hollerich, Arzobispo de Luxemburgo, presentó el miércoles 18, en el Aula Magna Pablo VI, la sección B3 del «Instrumentum laboris» Participación, responsabilidad y autoridad, en presencia de todos los participantes.
HACIA UNA IGLESIA SINODAL
“¿Qué procesos, estructuras e instituciones son necesarios en una Iglesia sinodal misionera?». Responder a esta interrogante nos compromete a devolver a las Iglesias de las que venimos los frutos de nuestro trabajo y, sobre todo, a acompañar aquellos procesos locales que nos proporcionarán los elementos para concluir nuestro discernimiento el próximo año.
Así, estaremos llamados a una doble tarea: difundir los resultados de esta primera sesión, volviendo a convocar a los equipos sinodales, activando oportunas formas de comunicación de acuerdo con los medios que disponen nuestras comunidades, preparando los caminos de experiencias y profundización adecuados que juntos identificaremos, etc. Por otra parte, tendremos que empezar inmediatamente a planificar cómo recoger las reacciones de las Iglesias locales, los frutos de los intercambios y los caminos de experimentación y profundización.
Cargados de una conciencia más clara del pueblo de Dios sobre lo que significa ser una Iglesia sinodal y, sobre todo, qué pasos nos pide el Señor que demos para llegar a serlo y así anunciar mejor su Evangelio”.
¿CÓMO SE TRABAJÓ?
Cinco fueron las fichas de trabajo en las que trabajaron los Círculos Menores.
La primera se refirió a la renovación del servicio de la autoridad.
“Ciertamente, no se pretende cuestionar la autoridad de los ministros ordenados y de los pastores: como sucesores de los Apóstoles, los pastores, dijo el Arzobispo Hollerich, tenemos una misión especial en la Iglesia. Pero somos pastores de hombres y mujeres que han recibido el Bautismo, que quieren participar y ser corresponsables en la misión de la Iglesia.
“Donde reina el clericalismo hay una Iglesia que no se mueve, una Iglesia sin misión”.
La segunda ficha atendió a la práctica del discernimiento en común. “Hemos experimentado personalmente la potencia de una herramienta como es la conversación en el Espíritu. ¿Cómo podemos introducir su dinamismo en los procesos de toma de decisiones de la Iglesia, a distintos niveles? ¿Cómo aprender a construir un consenso que no polarice y que, al mismo tiempo, respete el rol propio de la autoridad, sin aislarla de la comunidad? Éste es el desafío del discernimiento en común”.
La tercera ficha les recordó que la vida de las comunidades humanas y de la Iglesia, pasa inevitablemente por la construcción de estructuras e instituciones, que persisten en el tiempo y ofrecen a las personas oportunidades de participación y crecimiento. ¿Cuáles son más acordes con una Iglesia sinodal? E invitó a pensar concretamente, por las instituciones que ya existen, como los consejos pastorales, y verificar su grado de sinodalidad efectiva.
La cuarta ficha estuvo pensada en llevar a poner la mirada en un tipo particular de estructuras, aquellas en las que se reúnen agrupaciones de Iglesias locales. El nivel continental fue una feliz novedad y un punto culminante del proceso del Sínodo 2021-2024. ¿Qué papel puede desempeñar el nivel continental, también para realizar la “sana descentralización” ¿Cómo pueden construir redes entre las Iglesias loca les? ¿Y cómo se configura el ministerio de unidad del Obispo de Roma en una Iglesia descentralizada y sana?
La última ficha los invitó a reflexionar sobre el potencial de la propia institución del Sínodo como lugar en el que se puede experimentar, de modo especial, la relación dinámica que une sinodalidad, colegialidad episcopal y primado petrino.
Finalmente, pidió hacer un esfuerzo especial para mantener el foco en el objetivo que persiguen, llegar a expresar convergencias, divergencias, cuestiones a explorar y propuestas concretas para avanzar.
