Editorial de Semanario #1174
Hannah Arendt, señala que una vez que los movimientos sociales o políticos han llegado al poder, proceden a modificar la realidad conforme a sus afirmaciones ideológicas. El concepto de afrontamiento es reemplazado por el de conspiración, y ello produce una mentalidad en la que la realidad ya no es experimentada y comprendida en sus propios términos.
Guadalajara fue anteriormente una ciudad equilibrada, que no padecía de grandes concentraciones de riqueza de otras ciudades; coexistían pocos pobres, pocos ricos. Debido a los emprendimientos, talleres, pequeñas y medianas empresas que se veían por doquier, había una franja de clase media muy ancha. Hace algunos años a Guadalajara, se le consideraba la gran ciudad de la pequeña y mediana empresa. De tener una vocación manufacturera, pasó a ser meramente comercial.
A nivel nacional, el 45 por ciento de la población pertenece a la clase media, y los sociólogos de la Universidad de Guadalajara, establecen que en la actualidad la clase media en Jalisco, cuyos ingresos oscilan entre los 15 mil y los 36 mil pesos, representa el 21 por ciento de la población.
Según datos del economista Ignacio Román Morales, mientras en 1996, uno de cada dos pesos se encontraba depositado en alguna familia de clase media, en la actualidad esta participación se ha visto reducida al 40% de la riqueza estatal. El Consejo Estatal de Población (Coepo), en Jalisco apunta que la riqueza cada vez se encuentra en menos manos, a diferencia del pasado. La Zona Metropolitana articula aproximadamente al 65% de las clases medias del estado, y se detecta un debilitamiento importante en ella.
La clase media se caracteriza por tener vivienda propia, construida con materiales de calidad, servicio de agua potable, la mayoría son universitarios, y aspiran a contar con comodidades tecnológicas y poseen por lo menos un auto.
En las crisis de los años ochenta, las clases medias lucharon por co-gobernar, y se dedicaron a fortalecer los partidos políticos y participaron en la fundación de varios de ellos, como Convergencia, antecedente de Movimiento Ciudadano.
La clase media es la más sensible a los cambios económicos; en la crisis actual se ha convertido en una luchadora por sobrevivir, pues destina el mayor porcentaje de sus ingresos a pagar deudas, para poder mantener su estilo de vida.
Cuando la clase media recupera su poder adquisitivo se incrementa el consumo, el dinamismo en la economía, y se generan empleos en sectores diversos. Cuando las políticas sociales favorecen a la clase media, generan un efecto positivo en el comercio y la industria.
Los pronósticos, tanto nacionales como internacionales, apuntan a que la economía mexicana tendrá un crecimiento muy pobre y nos instalaremos en la recesión.
El movimiento ciudadano que hoy gobierna, empieza a experimentar el afrontamiento con las clases medias de Jalisco. Es una clase social que desea ser escuchada, atendida.
Se siente amenazada por la violencia, sufre la mala calidad del transporte, la inseguridad cotidiana, el precario crecimiento económico la preocupa; la falta de oportunidades de estudio en la universidad pública, la decepciona y desalienta; el desencanto ante la política aumenta su rabia social; el empobrecimiento súbito, la impunidad, y la corrupción la alientan a manifestarse, a rebelarse.
La clase media percibe que ya tiene demasiados años de políticas públicas que nunca aterrizan en las necesidades de la gente. Hoy demanda nuevas estrategias y mejores enfoques de los gobernantes.