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Hombre amante de Iglesia, de la naturaleza, de la paz, del diálogo interreligioso, de la pobreza, de los pobres y de la humildad.

Sergio Padilla Moreno

La providencial llegada del Papa Francisco a la Cátedra de San Pedro, puso nuevamente en el horizonte, la figura de san Francisco de Asís, pues quiso asumir para su pontificado el espíritu del llamado “pobrecillo de Asís.” Además, el propio Papa lo puso como referencia en su Carta encíclica Laudato si’, sobre el cuidado de la casa común, en referencia a su Cántico de las creaturas donde nos “recordaba que nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos: ¡Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba!”.

Su figura nos compromete

Este reposicionamiento de Francisco de Asís como un testigo y modelo para los tiempos actuales nos exige, como católicos maduros, ahondar en su vida y propuesta de vida evangélica, para superar así las visiones un tanto edulcoradas y descafeinadas que, en ciertas ocasiones, tenemos de santos de este calibre, gracias a versiones cinematográficas o comics que terminan por desconfigurarlos o caricaturizarlos. Es por eso por lo que propongo un par de libros que nos pueden acercar, de una manera atractiva y provocadora, a un hombre amante de Iglesia, de la naturaleza, de la paz, del diálogo interreligioso, de la pobreza, de los pobres y de la humildad.

Su vida en páginas

El primero de los libros que propongo es el surgido de la pluma del franciscano Éloi Leclerc, titulado Sabiduría de un pobre (Encuentro, 2007), donde nos muestra el complejo momento que vivió Francisco cuando enfrentó la incomprensión entre sus primeros hermanos, a pocos años de nacimiento de la Orden Franciscana. Francisco vive la crisis, la padece, pero se abre a Dios y desde Él aprende a ver la realidad: “Ya no quedaba más que esta sola realidad desmesurada: Dios es. Eso solo importaba. Eso solo bastaba: que Dios sea Dios. Había adorado al Único. Había muerto en esta aceptación sin reserva. En esta extrema pobreza y en este supremo acoger, y la gloria de Dios le había cogido […] Francisco escuchó, una voz le llamaba. No era una voz humana. Tenía un acento de misericordia. Le hablaba al corazón. ¡Pobre hombre pequeño! -decía la voz-. Aprende ya que Yo soy Dios y deja para siempre de turbarte. ¿Porque yo te haya establecido como pastor sobre mis ovejas vas a olvidar que Yo soy el mayoral?”

El otro libro es el surgido de la pluma de Leonardo Boff: Francisco de Asís: Ternura y Vigor (Sal Terrae, 1982) donde el autor desarrolla la tesis de que “Francisco dio centralidad al corazón. Hoy sabemos que en la razón cordial y sensible se encuentra la sensibilidad profunda para con los otros, los valores éticos y la espiritualidad. La razón por sí sola no explica nuestros problemas fundamentales, porque ella solo ve, analiza y calcula. El corazón nos moverá al cuidado, al respeto y al amor a la Madre Tierra.”

El autor es académico del ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara – padilla@iteso.mx

Último Capítulo Sabiduría de un pobre de Éloi Leclerc

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