Redacción Arquimedios
A diferencia de su santuario, que pasa ya los trecientos treinta años, la imagen de la Virgen ronda los quinientos.
Detente a considerar el significado de estos datos.
Esta imagen que contemplas ha sido el espejo donde se han visto las generaciones de cinco siglos.
Es la primera imagen de la Virgen que miraron los ojos indígenas de estos pueblos.
Es la imagen que llevó sobre su pecho el gran evangelizador, fray Antonio de Segovia.
Es la imagen que pronto descubrieron las familias españolas de Guadalajara.
Es la imagen sobre la cual se ha escrito la historia de buena parte del occidente mexicano.
Es el emblema con el que nació el Reino de la Nueva Galicia.
Es el símbolo con el que, de aquel reino, surgió el Estado de Jalisco.
Es la presencia mariana más constantes en la historia del vasto obispado de Guadalajara, hoy arquidiócesis.
Con esta imagen han bendecido a su pueblo todos los obispos y sacerdotes de la iglesia de Guadalajara, y han sido por la Virgen bendecidos.
Y tras de la pequeña imagen, como un halo, la figura inmortal y egregia de fray Antonio de Segovia, el primer evangelizador, nuestro padre en la fe cristiana que profesamos, con sus pies descalzos, el hábito en jirones, las carnes enjutas a fuerza de trabajos y ayunos, el mirar sereno, lleno de futuro y de esperanza…