Pbro. Javier Acosta Águila
El jueves 23 de marzo de 2020 (como se había informado en ediciones anteriores de Semanario), fue aprobado por el Papa Francisco el Directorio para la Catequesis elaborado bajo la responsabilidad del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización.
Vale la pena hacer un poco de memoria histórica catequística y recordar que existen ya el Directorio Catequístico General de 1971 y el Directorio General para la Catequesis de 1997, esto es para que no creamos que el actual Directorio hace caducar a los anteriores, sino que los rige el principio pastoral: “la continuidad en la ruptura”, por ello, es importante primero leer los anteriores.
El Directorio da luces
En el Directorio para la Catequesis (en adelante DC) son vertebrales en su inspiración los más de 50 años de la cristalización del espíritu del Concilio Vaticano II, la Catechesi Tradendae de 1979, el Sínodo sobre la Nueva Evangelización para la Transmisión de Fe Cristiana de 2012 donde el Emmo. Sr. Cardenal Francisco Robles Ortega fungió como presidente, la Evangelii Gaudium de 2012, así como el caminar del magisterio del Papa Francisco hasta Querida Amazonia de febrero de 2020.
Nace entonces la pregunta ¿qué es un directorio para la catequesis y cuál es su finalidad? Es un documento elaborado por la Santa Sede que recoge el pensamiento del Magisterio de la Iglesia sobre el Ministerio de la Palabra y la catequesis; su finalidad es indicar los principios teológicos pastorales de carácter fundamental por los que pueden orientarse y regirse estas importantes acciones pastorales. Sus principales destinatarios son los Obispos, así como los responsables nacionales, diocesanos y parroquiales del campo de la catequesis.
El DC viene a respuesta al cambio de época, posicionándola como eco (κατηχέω) que resuena poniendo a la Iglesia rumbo a su deber de ir hacia el diálogo con el mundo en que le toca vivir (cfr. DC 53).
Cumpliendo un mandato divino
Este DC afirma que “la catequesis es un acto de naturaleza eclesial, nacido del mandato misionero del Señor (Cf. Mt 28,19-20) y cuyo objetivo, como su nombre lo indica, es hacer que el anuncio de su Pascua resuene continuamente en el corazón de cada persona, para que su vida se transforme.
En cuanto realidad dinámica y compleja al servicio de la Palabra de Dios, la catequesis acompaña, educa y forma en la fe y para la fe, introduce en la celebración del Misterio, ilumina e interpreta la vida y la historia humana.
De esta forma, integrando armoniosamente estas características, la catequesis expresa la riqueza de su esencia y ofrece su aporte específico a la misión pastoral de la Iglesia” (DC 55).
Bien pudiéramos decir que el DC pone a la catequesis en la posición de aquella frase de Miguel de Unamuno: “renovarse o morir”, pues resistirse en renovar la creatividad pastoral de los sacerdotes, evangelizadores, catequistas y de todo agente de pastoral es no querer tomar la talla del cambio de época. Cauterizar la creatividad pastoral y resistirse en renovar personas, estructuras y contenidos en favor de la delicada tarea de la catequesis en la Iglesia Diocesana de Guadalajara, puede pasarnos una factura pastoral con altos costos en tiempos de COVID-19 y a ello sumemos los desafíos que se esperan de una época que cambia con una velocidad inesperada.

Decálogo de horizontes del Directorio para la Catequesis:
- Horizonte de responder con una catequesis a la talla del cambio de época.
- Horizonte de la primacía de la evangelización: al servicio del ministerio de la Palabra.
- Horizonte del mandato misionero: la acentuación kerigmática y la acentuación mistagógica de la evangelización y la catequesis.
- Horizonte de aceptar la catequesis como proceso: conociendo los dinamismos de la gracia y de la disponibilidad antropológica para la conversión.
- Horizonte del insustituible sustento teológico de la catequesis en el cristocéntrico-trinitario con una profunda acentuación pneumatológica.
- Horizonte antropológico, cuyo fin último es la plenitud humana-cristiana.
- Horizonte de los escenarios de la catequesis en la vida de las personas.
- Horizonte de la catequesis y la pedagogía de la fe.
- Horizonte de la inculturación y la interculturalidad.
- Horizonte de la programática vital: la santidad en lo cotidiano y hodierno.