Santuario de los Mártires
Continuando con la entrevista concedida por el Cardenal Juan Sandoval Iñiguez, Arzobispo Emérito de Guadalajara, hoy presentamos la tercera y última, en la que nos comparte cómo dio inicio el proyecto del Santuario de los Mártires Mexicanos, una obra de fe y caridad.
Alejandra Lozano Saldaña
Durante las asambleas que se hacían con motivo del II Sínodo Diocesano (enero de 1989 a diciembre de 1995), y estando aún el Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo al frente de la Arquidiócesis de Guadalajara,
se establecieron dos puntos prioritarios. Uno, el establecimiento de una casa para sacerdotes mayores, lo que ahora conocemos como el Trinitario Sacerdotal, y el segundo, un auditorio con gran capacidad de aforo.
Debido al asesinato del entonces Arzobispo de Guadalajara, Cardenal Posadas Ocampo, su sucesor, el Cardenal Juan Sandoval Íñiguez sería el encargado de continuar y dar vida a estos proyectos.
CON NUEVOS BRÍOS
“La primera obra que hice, llegando, fue el Trinitario y la segunda pensé… ‘un gran auditorio’, y pues ahora que tenemos tantos Santos Mártires, también les voy a hacer un Santuario ¿Dos obras grandes?, ¡pues no!
No ajusta”, dijo con una sonrisa el Arzobispo Emérito.
“Dije, dos en uno, que sea Santuario, que sea templo, y además grande para que sirva de auditorio”.
Y es así como surgió este gran proyecto, pues desde los cimientos se buscó que tuviera como lema y como misión, ser “una obra de fe y caridad”.
Y es que “Don Juan”, como es recordado por la feligresía, se dio a la tarea de buscar quien donara un terreno en lo alto, pues decía “el Cielo está arriba y
el infierno está abajo”, señaló en tono sonriente. Así, como él mismo lo explica “sin monedas en la bolsa”, se dio a la tarea de que el proyecto tuviera vida.
EN LO ALTO
Durante la entrevista, nos explicó por qué buscaba que el Santuario estuviera arriba: “A Moisés, Dios se le apareció en el Monte Sinaí. Cristo fue crucificado en el Monte Calvario; y la Virgen de Guadalupe se apareció en la colina del Tepeyac; todos para arriba, entonces dije: ¡Tiene que ser en alto!”.
Cuando se encontró el lugar perfecto en el Cerro del Tesoro, hubo dificultades, pero eso no fue sinónimo de desánimo.
Tuvieron que esperar 10 años, para poder obtener el predio de 16 hectáreas, unas como donativo y otras se tuvieron que comprar.
Una vez que estuvo todo en regla con el tema del terreno, el Arq. José Gómez Vázquez Aldana se dio a la tarea de hacer el proyecto.
Conforme se iba concretando la obra, se formó un concejo, donde había desde publicistas, ecónomos, arquitectos, ingenieros, licenciados para cuestiones legales y todos sin cobrar nada; y es ahí cuando se comienza a solicitar el apoyo económico de las parroquias y fieles a través de donativos.
UN PROYECTO QUE SIGUE VIVO
En diciembre de 2011, Don Juan Sandoval dejó de ser el Arzobispo de Guadalajara. El proyecto del Santuario lo continuó su sucesor, el Cardenal Francisco Robles.
Actualmente, tiene vida pastoral y las celebraciones se realizan ya en la asamblea principal, aun cuando la construcción continúa.
“Yo, sin pedir ayuda; ya sabían que estaba con la mano tendida, pues cualquier ayuda es buena. El Santuario es fruto de la fe en los Mártires y ahora tenemos un lugar para nuestras grandes reuniones, grandes celebraciones y ojalá se concrete. Es una obra grandiosa que no creo que haya otra igual en Latinoamérica”, son las palabras del Arzobispo Emérito,
quien sigue invitando a los fieles a apoyar esta obra.
El Cerro del Tesoro es un cerro volcánico, son cenizas y gravas volcánicas, lo que lo convierte en un suelo difícil de construir.
Durante dos años se trabajó en emparejar el suelo, hacer terraplenes, esto en ingeniería civil se denomina a la tierra con la que se rellena un terreno para levantar su nivel y formar un plano de apoyo adecuado para hacer una obra.
COLECTA PRO CONSTRUCCIÓN SANTUARIO DE LOS MÁRTIRES DONATIVOS A LA CUENTA:
65-09830126-6
BANCO SANTANADER CLABE:
01432065098312668