Así lo señaló el Cardenal José Francisco Robles Ortega, a la llegada de Nuestra Señora de Zapopan a su Santuario.
Redacción Arquimedios
En la Misa de Bienvenida de la imagen de Nuestra Señora de Zapopan a su Basílica, nuevamente se leyó el Evangelio de San Lucas, específicamente la visita de la Virgen María a su prima Isabel.
Durante la homilía el señor Cardenal José Francisco Robles Ortega dijo: hizo referencia a las lecturas y dijo que al Igual que Isabel, estamos alegres y nos llenamos de regocijo por la llegada de la imagen a su Basílica, “imagen que es portadora de Dios”.
El Cardenal Robles explicó que existe una estrecha relación entre María y la Iglesia.

“La Madre de Dios es tipo de la Iglesia, modelo de virtudes para toda la comunidad de los elegidos. Los Obispos en Aparecida nos recuerdan que en el misterio de María, como en ella y a ejemplo de ella, la Iglesia encuentra cuál es su identidad y misión como Madre, discípula, misionera y servidora”.
Añadió esta visión mariana de la Iglesia es el mejor remedio para una Iglesia meramente funcional o burocrática y para que su presencia maternal enriquezca la dimensión materna de la Iglesia y su actitud acogedora que la convierte en casa y escuela de comunión, y en espacio espiritual que prepara para la misión.
Explicó que el nombre propio de la Virgen es María pero recurrimos a ella en sus diversas advocaciones.
Dijo que en Zapopan la invocamos porque aquí, en este lugar y a los hijos de este lugar, fray Antonio de Segovia dejó, como el regalo más preciado, aquella pequeñita imagen de la Inmaculada Concepción que portaba en su pecho anunciando la alegría del Evangelio en estas tierras y pacificando a los pueblos que se habían sublevado, tejiendo así como en filigrana las nuevas relaciones de una sociedad que comenzaba.
“Desde entonces ella se ha hecho parte del caminar de nuestro pueblo, entrando profundamente en el tejido de la historia y acogiendo los rasgos más nobles y significativos de su gente.
“La sentimos muy nuestra, como Madre y hermana.
“María acompaña la gestación de este pueblo como acompañó a Isabel que gestaba en su seno al Bautista.
“Podemos parafrasear al profeta diciendo ‘Canta de gozo y regocíjate Guadalajara pues Dios ha venido a vivir en medio de ti por la presencia maternal de María’. María en su advocación de Zapopan nos ha acompañado a lo largo de esta nuestra historia.
“Jalisco es lo que es por la Virgen María en sus distintas advocaciones que se veneran en el Estado, es factor importantísimo e indiscutible de nuestra identidad. Reconocida ahora por la misma UNESCO al declarar la Romería como patrimonio intangible de la humanidad”.
Añadió que no podría haber una renovación o una refundación de nuestra sociedad jalisciense dejando en el olvido la influencia de la Virgen María y de los valores del Reino de Dios porque ella está como madre al inicio de nuestra existencia como el pueblo que ahora somos.
“No puede refundarse al margen de Jesucristo y de la Virgen María y los valores de su reino de justicia, paz, amor, solidaridad y fraternidad.
“Ella es tipo y modelo de la Iglesia. Por eso cuando en nuestro proceso pastoral hablamos de la necesaria renovación de las estructuras eclesiales debemos poner la mirada en esta bendita imagen que nos recuerda cuál es nuestra identidad como Iglesia y que nos recuerda cuál es nuestra misión en esta sociedad”.

Explicó que nuestra Iglesia entrará en un estado de misión permanente de misericordia en cada comunidad parroquial en actitud de salida, recorriendo las calles, visitando las casas, estableciendo contacto personal como la imagen de la Virgen de Zapopan lo hace. “Como ella, queremos acercarnos a los rostros concretos de nuestros hermanos que sufren para poder consolarles y acompañarles como María.
“Hoy la presencia de la Iglesia, Esposa del Príncipe de la Paz, debe trabajar por la construcción de la paz que se funda y brota en la justicia social y en la solidaridad fraterna. No podríamos aspirar a la paz sin la justicia que comienza con el reconocimiento y el respeto irrestricto de los derechos fundamentales de toda persona, comenzando con el derecho más elemental y que sustenta todos los demás derechos. El derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural
“Sin el respeto al derecho a la vida, todos los demás derechos son pura ilusión ideológica que terminan por erosionar y deformar los auténticos derechos humanos.
“Todo lo que atenta contra la vida no puede ser un derecho sino esclavitud idolátrica de los propios caprichos egoístas. Las ideologías quieren imponer su agenda en la sociedad y poco a poco van minando las conciencias hasta hacer que parezca bueno lo que no lo es, terminando por confundir y erosionar valores, y paradójicamente los derechos más elementales como el de la vida y el de la libertad de conciencia.
“La Virgen de Zapopan nos recuerda que la auténtica paz sólo puede venir de la disposición amorosa de recibir al otro como otro, respetándolo y reconociendo que es valioso por el mero hecho de existir, y ella aceptó ser la Madre del Hijo de Dios a pesar de las consecuencias sociales que pudieran venirle. Porque su corazón maternal tenía la capacidad de acoger la Palabra de Vida, de la cual ya había hecho norma de vida.

“La violencia que está caracterizando nuestras relaciones sociales no corresponde a la voluntad de Dios. Una sociedad violenta que ve la muerte como solución a sus conflictos termina por deshumanizarse.
“Hemos entrado ya en una espiral de violencia que nos habla de signos alarmantes de deshumanización, lo que lleva al sufrimiento a tantas familias, especialmente el de las madres que no saben el paradero de sus hijos, a las que la Virgen acompaña desde la Cruz, en la que ha compartido el dolor que produce la muerte violenta.
“Hoy quizá más que nunca, la iglesia debe aparecer como María Madre de Misericordia y Pacificadora, por eso a la Virgen Santísima de Zapopan, nuestra amada patrona, que está por celebrar el centenario de su coronación, pontificia encomendamos todos los trabajos pastorales para que bajo su amparo y a ejemplo de ella, la Iglesia resplandezca en el mundo como signo de misericordia y de paz.
“A ella encomendamos y consagramos nuestra sociedad jalisciense, para que recobrando su identidad en sus raíces más profundas, pueda vivir en justicia, armonía y paz. Amén”.
Concelebraron la Misa:
-Mons. Héctor López Alvarado, Obispo Auxiliar de Guadalajara
-Mons. Juan Manuel Muñoz Curiel, Obispo Auxiliar de Guadalajara
-Mons. Engelberto Polino Sánchez, Obispo Auxiliar de Guadalajara
-Mons. José de Jesús González, Obispo de la Prelatura del Nayar
-Mons. Juan Humberto Gutiérrez Valencia, Obispo Emérito de Guadalajara
-Mons. José Luis Chávez Botello, Arzobispo Emérito de Antequera
-Mons. Héctor Guerrero Cordoba, Obispo Emérito de Los Mijes
La celebración concluyó a las 12.50 del mediodía con bendición impartida con la bendita imagen, cumpliendo así con la edición número 285 de la Romería de la Virgen de Zapopan.