Pbro. Eduardo Pajarito González
En una Misa presidida por el padre Efrén García Sotelo y concelebrada por 20 sacerdotes compañeros y amigos, fue despedido el padre Aurelio Salas Serrano, a quien Dios llamo a su presencia el martes 13 de octubre por la noche, a la edad de 87años y a 17 días de cumplir sus 60 años de vida ministerial.
Su jovialidad y capacidad de asombro
Familiares, amigos y fieles de la parroquia de la Anunciación en Lomas de Polanco, se dieron cita l jueves 15 a las 12 horas para despedir al amigo y pastor de esta comunidad, donde prestó su servicio sacerdotal por más de 22 años, primero como párroco y ya los últimos años como adscrito. Un hombre sereno y de mucha paciencia, sencillo en su trato y como mencionaría en la homilía que estuvo a cargo del padre Emilio Torres, quien tuvo amistad y cercanía con el señor cura Aurelio, desde seminarista: “fue un hombre con una gran capacidad de admiración, todo le asombraba y se preguntaba muchas cosas, esa capacidad de admiración le hacían mantenerse jovial y que dejara a un lado las preocupaciones”: “Casi nunca lo vi preocupado, tenía una serenidad enorme, un hombre de mucha paz, en medio de su defectos y también sus virtudes”
Un ministerio fructífero
El padre Aurelio nació el 11 de diciembre de 1932 en Sombrerete, Zacatecas. Desde pequeño sus padres lo enviaron a estudiar al colegio de San Juan Bautista de la Salle, el cual era atendido por los misioneros de la Sagrada Familia, cuyo fundador el padre Jesús Ochoa, murió en aroma santidad y de ahí va surgiendo su vocación. La impresión de este testimonio llevó al joven Aurelio a ingresar a la comunidad, y fue enviado a Roma para concluir sus estudios en la Pontificia Universidad Gregoriana. Fue ordenado sacerdote el 30 de octubre de 1960.
Ya de regreso en México le encomendaron la formación de los jóvenes aspirantes de la Congregación. Además fue maestro de novicios y superior en Uruapan, Michoacán, donde conoció al entonces Obispo de Zamora don José Salazar López. Después le designaron una comunidad, en La Concordia Chiapas, donde coincidió con el Obispo Trinidad Sepúlveda quien le pidió su apoyo para el naciente Seminario de Tuxtla Gutiérrez.
Su incorporación a la Iglesia diocesana
En 1977, hablando con el Cardenal José Salazar, quien ya se encontraba en Guadalajara, tomó la decisión de incardinarse a esta Arquidiócesis, y se le nombró vicario del Señor de la Misericordia en Ocotlán. Pasó también por Ixtlahuacán del Rio como párroco y después llegó a la Anunciación en Polanco, donde le tocó continuar con la construcción material y pastoral de la todavía entonces joven parroquia, que había sido desprendida de Santa María Magdalena.
Un servidor fue recibido por el señor cura Aurelio para realizar el servicio como seminarista y diacono en esa iglesia parroquial, en el año jubilar de sus bodas de oro sacerdotales 2009-2010. Los fieles ahora lo recuerdan como un amigo y pastor, persona afable y de buen trato, y sobre todo por la entrega de su vida ministerial durante tantos años en esa comunidad parroquial donde quiso permanecer ya como adscrito.
Familiares del padre Aurelio agradecieron a los sacerdotes y fieles dela comunidad parroquial el ser “familia para el señor cura Aurelio”, quien continuamente manifestaba que se sentía muy contento donde estaba. Ahora sabemos por la fe, que festejará no solo sus 60 años de vida sacerdotal en el Cielo sino la Pascua eterna. Que Dios le dé el premio de los justos, descanse en paz.