Sergio Padilla Moreno
Hace unos días disfruté la bellísima ópera Otello de Giuseppe Verdi, donde se nos muestra a un poderoso general sucumbir ante los celos. Lo que nos muestra esta genial historia es la tragedia de Otelo, quien creyó en las mentiras y “pruebas” en que lo envuelve su “amigo” Yago, haciéndole creer que su esposa, Desdémona, le es infiel. Finalmente, los celos llevan al propio personaje a asesinar a su fiel esposa, para después suicidarse cuando queda al descubierto la mentira que él tomó como verdad absoluta. Diríamos, en términos actuales, que Otelo y Desdémona fueron víctimas de las fake news de Yago. Esta obra de arte nos refleja una realidad que nos tiene que hacer reflexionar.

Hoy en día, parece que muchos nos podríamos poner en el papel de Otelo al creernos, sin más, mucho de lo que leemos o vemos en las redes sociales, o también mucho de lo que decimos leer, sin crítica alguna, en los medios de comunicación. Pero también muchos nos podemos ver en el papel de Desdémona, al ser víctima de información falsa y calumniosa. Aunque también podemos ejercer el papel de Yago, al difundir información que sabemos que no es cierta, pero que nos decidimos difundir para proteger nuestros intereses o golpear a quien nos representa alguna amenaza o no son de nuestra simpatía.
Durante el desarrollo de la pandemia hemos visto que las fake news son cosa de todos los días: presuntos remedios para no enfermarse, historias sobre el origen del virus, efectos secretos de la vacuna sobre las personas, etc. Pero también, en medio de la crisis social y económica que esta situación ha generado, surgen noticias e informaciones que hablan de temas que, seguramente, muchas veces ni entendemos del todo, ni nos constan, pero que replicamos en base a nuestras filias y nuestras fobias, no en base a la verdad, ni en una honesta búsqueda de ella. Hace poco un buen amigo hizo un experimento donde subió en sus redes una nota informativa donde el título era crítico hacia cierto político, pero el contenido de la nota hablaba maravillas del mismo personaje. Por supuesto que los contrarios al político replicaron la nota ¡sin haberla leído!
Desde la perspectiva creyente no podemos olvidar las palabras de Jesús cuando dijo: «la verdad los hará libres» (Juan 8, 32). Sabemos que Jesús nos invita a buscarlo a Él como Verdad, pero también como actitud de vida. El compromiso de nosotros como creyentes es discernir y buscar la verdad, lo cual no es fácil. Uno de los modos es ser honestos con nosotros mismos para tener la mayor claridad de porqué quiero difundir cierta información. Pero también la claridad de corroborar por todos los medios la información que se me da, más allá de las presuntas “evidencias”. Si Otelo hubiera aplicado esto, no hubiera matado a su esposa, él hubiera vivido feliz y hubiera hecho a un lado a Yago como persona mentirosa y tóxica. El que tenga oídos para oír, que oiga.
El autor es académico del ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara – padilla@iteso.mx
Verdi – Otello