Recibir con dignidad y provecho la Eucaristía requiere como requisito previo la fe, a fin de entrar en intimidad con Jesús, el Hijo de Dios, muerto por nuestra salvación y resucitado para nuestra justificación (Cfr. Rom 4, 25).
"En la Iglesia tenemos urgente necesidad de una comunicación que inflame los corazones, sea bálsamo en las heridas e ilumine el camino de nuestros hermanos y hermanas"